Foto del Mes | Selfie Intergaláctica

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El espacio, la última frontera” reza la intro de Star Trek, y es así: en el siglo XXI el ser humano es la única criatura de la que sepamos a ciencia cierta que ha podido poner sus pies fuera de los límites de nuestro planeta. En realidad apenas hemos llegado a arañar la superficie del Universo que conocemos. nuestro largo brazo únicamente ha llegado a enviar dispositivos humanos a la frontera de nuestro sistema solar.

Lo inconmensurable y profundo de lo que nos espera en este ámbito aún está por verse, pero no podemos menos que maravillarnos ante los intentos. No es la ficción a la que nos tiene acostumbrado el cine con su física de juguete, es la realidad: con sudor e ingenio verdadero, con sus propias dificultades.

La nave Rosetta, una sonda espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA), llevaba diez años persiguiendo al objetivo de su misión, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, un cuerpo espacial que órbita alrededor del sol y del cual se tiene conocimiento desde 1969. Una matemática precisa, una planificación de décadas es lo que se necesitó para encontrar al guijarro galáctico mientras se navegaba en la oscuridad del espacio, cuando se acercó el momento, la nave despertó de diez años de sueño y lanzó a la sonda Philae, el instrumento que debería aterrizar en la superficie del cometa. Cundo la misión logró el éxito, el aparato devolvió a la tierra la primera selfie de sí mismo en el cometa y se preparó para comenzar a estudiar el objeto hasta diciembre de 2015 cuando comience a acercarse al sol.

Una cosa más: el nombre de la nave, Rosetta, y el de la sonda, Philae, referencias a dos reliquias del ancestral Egipto que permitieron quebrar el misterio del jeroglífico. Comprender, siempre comprender, es lo que ha hecho al ser humano moverse con más pasión y buscar lo imposible.

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