Tomás se sube a escena y desplega una variante de rasgos y virtudes. Canta, baila, se expresa con la solvencia de un veterano de la actuación. Se le nota en cada función que realiza en la obra “Y Un Nico se fue”, a la que se sube desde hace más de un año.
Se nota que disfruta del éxito de un musical que tras una temporada en Buenos Aires y una gira por el interior, regresó a las tablas porteñas hasta el 9 de noviembre y regresará a la cartelera en el verano. Tomás interpreta a Nico, un personaje muy aplaudido en la adaptación de la novela de Osvaldo Bazán -que también diseñó la comedia musical- junto al coreógrafo y director Ricky Pashkus y a Ale Sergi, autor de las canciones. Además, el actor graba dos miniseries:
“La casa del mar”, un policial dirigido por Juan Pablo Laplace, y otro con un perfil de intrigas y suspenso que llegaría en marzo a la televisión. No es que me gusta ser obsecuente de entrada –estimado lector- pero de movida le consulto a Fonzi si estos desafíos que viene aceptando son en sintonía con un momento que lo encuentra muy bien plantado en lo profesional. Enseguida trato de rebobinar en lo dicho y no contradecirme porque en realidad, no puedo dejar por alto su trabajo teatral en “La Tempestad” o su debut en cine en “Una noche con Sabrina Love” cuando era muy joven.
Tu carrera ha sido de apuestas riesgosas, ¿Se puede decir que el musical que hoy protagonizás, diez años atrás también lo podías hacer?
Sí, podría decir que sí, no podría decir que fue a propósito, igual por suerte me fue sucediendo. No ha sido intencional porque no son lugares cómodos, no son lugares sencillos. Por lo menos, busqué muy a conciencia porque es un lugar de incomodidad o de incertidumbre, entonces uno no lo busca instintivamente. Por otro lado, termino reconociendo que es lo que también me moviliza que sea difícil. Que sea lejano y que haya que trabajar mucho para ver eso hecho realidad. Me fue sucediendo y fui aceptando, fui haciéndolo y enfrentándolo, llevándolo adelante. De eso, sí me hago cargo.
En este último tiempo tuviste que aprender a bailar, a cantar, asumir riesgos. ¿No era más cómodo quedarse con el mote de galán?
Creo que tuve la suerte de que se me hayan presentado esos desafíos y como nombrabas antes, mi primera obra de teatro fue “La Tempestad” en el San Martín con Alfredo Alcón. Mi primera película fue con Cecilia Roth y Leticia Brédice. Ni bien empecé a trabajar en la televisión tuve éstas experiencias que también me fueron abriendo un poco el espectro al crecimiento, pero creo que fue también un poco de suerte.
No seas tan humilde, hiciste todos los géneros hasta sumaste radio y música con “Mono tremendo”. ¿Cuál de todos estos lugares te sientan mejor, te generan felicidad?
Como bien decís todos tienen su gusto, y algo de esta profesión que me gusta mucho es la variedad y la posibilidad que a la vez es el germen de la inestabilidad. Ahora mismo estoy en esta experiencia de hacer teatro y la verdad que cuando sucede la magia del teatro sucede mucho más fuerte que cualquier otra cosa. No obstante, me parece pero cada cosa tiene su costado especial y único.
El aplauso del teatro debe ser un combustible diario ¿Cuáles son las primeras fotos primeras que vienen a tu memoria de tu extenso trabajo?
Me vienen por lo general las experiencias en las que hice amigos, las que disfruté y he tenido libertad para trabajar. Pensaba en “Costumbres Argentinas” hace como diez años donde hice un gran grupo de amigos que hoy en día son mis hermanos. Creo que a veces más que la calidad del producto, en un proyecto lo que más importa es la calidad humana de todo el equipo.
En televisión has dicho que al público nunca había que subestimarlo y entregarle productos que ofrezca la posibilidad de reflexionar. Si bien no es lo que abunda, ¿Creés que se están viendo productos con mayor contenido?
Creo que en muchos aspectos se ha evolucionado sobre el tema. Diría un montón, pero de todas maneras me gusta pensar que nosotros que hacemos la obra y plantemos varis temas complejos, haciéndonos cargo de que ya está asumido. Es como decir que ese lugar existe, hay un lugar donde ya no hay prejuicios sobre esto donde se pueda hablar. Contar una historia de amor, al margen de los géneros. Esa es la posición que nosotros elegimos para contarlo. Siento que haciéndolo así ampliamos esa plataforma de reflexión.
Si bien el programa ¨Somos Familia se grabó íntegramente el año pasado y también hiciste un personaje muy distinto en “Taxi”¨. Decías que la tele te potenciaba la creatividad, es como que te mantiene despierto, ¿Te da un ejercicio distinto a otros géneros?
Hay algo, en una tira diaria se graba casi cuarenta y cinco minutos de ficción todos los días, grabás quince, dieciséis, veinte. No hay muchos momentos para detenerse entonces hay una cosa del ejercicio de leer una escena y ver que te dispara. Que se te ocurre que es muy inmediato, tenés un día para pensarlo y un ratito para ejecutarlo entonces como que te mantiene muy activo. Muy alerta y muchas veces se te escapan cosas, todo el tiempo obviamente, pero ese ejercicio a mi me fascina, me divierte muchísimo.
Se te vienen varias películas, se va a estrenar “La ley primera” de Diego Rafecas, tenés otra en Bolivia. Si te pregunto por objetivos, además de series tenés además alguna oferta en Telefe ¿Cómo imaginás los próximos pasos? Hay veces que si no aparecés en tele es como que no hacés nada, sé que te ha pasado…
Sí, se ha dado (risas), se da con frecuencia y es un problema más ahora teniendo familia, los colegios, es un presupuesto, es un tema. Pero bueno apuesto fuerte a trabajar a cosas que me satisfacen y que quizás no impliquen tanto en lo económico. También uno está acostumbrado a cuando viene a guardar o cuando no viene a no desesperarse.
Uno diría que Fonzi con todo lo que hizo ya está salvado…
Si yo estuviera salvado me estaría dedicando a otra cosa me parece, a la radio. Me dejaría la panza y la calva, por ejemplo (risas).
Te propongo como un chiste un programa de radio en Córdoba, podés vivir en las sierras en una casita tranquila…
Yo no lo diría tan en broma eh…no estaría nada mal. Con buscar unos sponsors así te podés pagar los gastos familiares, listo…Me están tentando, me parece que me voy a venir con una carpeta con un proyecto a dar vueltas por las radios.
A esta altura de la nota parece una joda, pero no veo que te vaya a hacer falta presentar un demo…
¿Cómo qué no? Si lo habré hecho. Siempre hay que remarla.
¿Aunque seas Tomás Fonzi?
Más vale (risas).
Fotos: Miguel Ángel Rosales
especial para Revista Random