Pablo y Pachu, dos pícaros sinvergüenzas

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Fotos gentileza Argentina Sono Films

Rosario es cuna de grandes artistas, desde el inolvidable Alberto Olmedo, Negro Fontanarrosa, la Trova, Fito Páez, entre tantos otros. Pachu Peña y Pablo Granados merecen estar en esa lista. Su humor fue un clásico en unos de los programas de mayor rating como “Showmatch” (en su época Videomatch).

Hasta el día de hoy en la red de videos youtube se pueden ver sketches como “Los modelos” o “Deportes en el recuerdo” que los identificó como la dupla que más nos hacía reír en la década de los 90. Protagonistas de una película clásica del cine argentino como “Bañeros”, por tercera vez siguen el legado de un ícono del humor como Emilio Disi.

-Cada vez que estrenan algo como en este caso una más de la saga de Bañeros, ¿les pasa que en esos momentos de crecimiento recuerdan sus comienzos?

-Pachu: Sí, bastante, porque fue un camino de esfuerzo siendo del interior insertarse en los medios.

-Pablo: Todo comenzó en Rosario y no teníamos nada que ver con los medios, Pachu laburaba en una embotelladora y yo daba clases de música en una escuela primaria de Granadero Baigórria, me desempeñé como maestro cinco años.

-Pachu: Pablo vino a buscarme a la embotelladora y me propuso tomar un café para poder hablar de hacer otras cosas y ahí empezamos con el programa “Propuesta Joven” en Rosario. Y seguíamos en los trabajos de siempre. Nos empezó a ir bien entonces dejamos los otros trabajos y nos pusimos de lleno en la tele.

Fotos gentileza Argentina Sono Films

-Después vino el gran salto y desafío: Buenos Aires y Tinelli…

-Pachu: Eso fue un gran cambio, éramos jóvenes y queríamos arriesgar y hacer todo.

-Pablo: En un principio Marcelo no nos dio bola, se nos ocurrió armar una cámara oculta en Rosario, la filmamos, lo hicimos y muy entusiasmados fuimos a llevar el “video tape”, suena prehistórico, el VHS (risas) y viajamos a Buenos Aires. Llegamos a mesa de entrada y nos cruzamos con Marcelo que, cuando le hablamos pasó de largo, nos dejó de garpe. Entonces nos cruzamos a la competencia de esa época, fuimos a lo de Mario (Pergolini) y le llevamos una copia a él. Así empezamos en “Hacelo por mí” y claro que no dejamos lo de Rosario, hacíamos las dos cosas. Y yo también comienzo mi carrera de cantante con Macaferri & Asociados.

-Que pegó con dos temas exitosos…

-Pablo: Si, (risas), fueron buenos tiempos, buenos comienzos y abrió muchas de las oportunidades que tenemos hoy.

-Pachu: Y es una banda en la que todavía está.

-Pablo: Sí (se vuelve a reír) es verdad, tocamos cuando nos convocan, pero no puedo dedicarme a eso de lleno porque hago otras cosas. Pero siempre está presente en mí porque tengo una banda con grandes músicos rosarinos.

-¿Cuál es la fórmula del éxito de la dupla y el proceso creativo para trabajar con el humor?

-Pablo: Ante todo respetarse, ser libres y el humor siempre. A veces no nos tomábamos en serio las cosas…

-Pachu: Hay entendimiento y una espontaneidad que está intacta, siempre surgen las mejores ideas de ese modo.

Fotos gentileza Argentina Sono Films

-Ya habías sido productor en “Ricos y mocosos”, por ejemplo, y ahora con tu hija…

-Pablo: Sí, estuve dedicado a la producción del proyecto de mi hija Mery Granados. Y el trabajo de productor es groso, no es fácil. Me dio otra experiencia que estuvo bueno vivirla y hoy lo puedo compartir con lo que más quiero en el mundo que son mis hijos. Con Mery trabajamos bárbaro, le compuse por pedido de ella algunos temas, participé en los arreglos y también en el armado del grupo. Eso me hace súper feliz. Y Migue teniendo mil caminos para seguir en la vida optó por el que yo sigo y eso es genial. Ella me pide que le componga las canciones que le gustan, que se las arregle, armamos la banda juntos y me permite que toque con en el escenario, es un bonus track. Eso me da una felicidad que no me lo paga nadie.

-¿Tienen ganas de seguir haciendo cine?

-Pablo: Me encantaría. A mí lo que me gustan son los proyectos distintos. Y cuando apareció lo de “Lusers” me sumé al instante, como también lo hice con la gira esta que hacemos o en la producción del disco de mi hija. Son todas cosas que te llenan de satisfacción, no es un trabajo más para el que te llaman, los disfrutás mucho y sobretodo el desarrollo que tienen. Eso es lo que me hace feliz. Tal vez tus hijos Pachu vayan por el mismo camino.

-Pachu: Sí, son muy chicos ahora pero no lo descarto, y me va a hacer feliz que hagan lo que los complete y haga feliz a ellos.

-¿Creen que el humor hoy está más vivo en los medios digitales que en televisión abierta?

-Pachu: Ahora el esfuerzo es más grande que antes en la tele. Cada vez más cuesta para que la tele sobreviva porque se está hundiendo y las nuevas plataformas se la están comiendo.

-Pablo: Sí, en el sentido que funciona como una plataforma para volcar creatividad que está al alcance de todos tanto en la elaboración como en la difusión y consumo. En mi caso particular, da una posibilidad de libertad, puedo volver a los orígenes porque ahí no hay nadie que me diga lo que tengo que hacer. Hago lo que siento y lo que quiero. Yo lo grabo, edito y lo musicalizo, como cuando tenía el programa en Rosario.

-Fueron la marca registrada de “Showmatch”, estuvieron diez años, ¿cómo vivieron ese momento cuando tuvieron que irse?

-Pablo: Me costó mucho dejar “ShowMatch”. Nunca lloré tanto en mi vida como esa vez, te juro. Irme de ahí fue terrible. En la cena, después del último programa en 2002, teníamos que hablar y me partí. Al otro día me levanté y dije: “¿Qué hice?”, pero bueno son etapas, ciclos que uno tiene que superar.

-Pachu: Fueron muchos años que lo vivimos con mucha intensidad, éramos como una familia y nos divertíamos mucho. Pero nos hizo bien porque se abrieron otras puertas, como trabajar con Sofovich haciendo “La peluquería de los Mateos”, era impensado para nosotros.

-Dejaron sketches inolvidables…

-Hay tres cosas que quedaron en la memoria de la gente: “Los modelos”, “Deportes en el recuerdo” y “La Poesía”. Todos se dieron jugando, en el caso de las poesías hicimos las que teníamos de un programa de radio y empezamos escribir poesías más largas pero aggiornadas a la realidad. Y la empezamos lanzando. A veces se trata de encontrar una idea estúpida que funcione.

Fotos gentileza Argentina Sono Films

-¿Cómo fue trabajar la experiencia de trabajar en Ecuador?

-Pablo: Fue maravillosa, me llegó la propuesta a través de una productora argentina que vive allá y acepté el desafío. Estuvimos tres temporadas de tres meses cada uno, yo fui un poco más, el primer año fui solo y después Pachu cayó la última semana. Trabajamos mucho. Después se avivaron y cerraron las fronteras (risas).

-Volviendo a Bañeros 5, ¿qué piensan que tiene la película para haber llegado a cinco versiones?

-Pablo: Sin lugar a dudas, hay un humor que a los argentinos nos identifica, hay personajes que los podemos ver por la calle y que los hay en la película. Además, la gente busca en la película reírse y huir de los quilombos….Es tan exitosa la peli que, imagínate, ya se está pensando la séptima que quizás la filmemos en Córdoba. Y con el Negro Álvarez (risas).

-No podemos terminar la nota sin acordarnos de Emilio Disi…

-Pachu: Emilio era el símbolo del humor argento, un personaje único, es el alma mater de Bañeros y lo vamos a recordar como una gran persona y un gran personaje.

-Pablo: Yo aprendí un montón de Emilio, era un tipo que lo escuchabas y te hacía reír. Lo vamos extrañar, seguro que no va haber otro como él.

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