Con una conectividad aérea en crecimiento y nuevos atractivos para descubrir, desde los caminos del vino hasta una gastronomía regional que se consolida cada vez más, la provincia se prepara para una nueva temporada.
Hace unos días se presentó en la FIT (Feria Internacional de Turismo) en Buenos Aires parte de sus atractivos con un stand contundente que hizo hincapié en los Festivales y el arte culinario con un creativo laboratorio de sabores donde cada visitante podía vivir experiencias cordobesas en varios sentidos.
Amable y en tono campechano, el presidente de la Agencia Córdoba Turismo, Julio Bañuelos, se muestra optimista por el presente del sector pese a la crisis y repasa el paso por la FIT: “Siempre digo que Córdoba tiene una larga historia y hoy –en momentos difíciles- la estructura que respalda el turismo está bien firme, desde empleados, lo privado, la provincia está muy firme. Soy un ex intendente y sé las situaciones, y más de 100 intendencias nos acompañaron durante cuatro días en la FIT haciendo un esfuerzo enorme, algunos con poquito, otros con mucho, y eso es lo que se vio. Un stand donde usamos mucho el ingenio, y prácticamente con el mismo presupuesto del año pasado volvimos a hacerlo este, y salió muy bien”, resume.
¿Cómo se trabaja para articular la diversidad de tantos atractivos en la provincia?
A veces sale muy bien, a veces más o menos (sonríe), es muy difícil, cada tanto realizamos estudios de mercado desde estados de ánimo, en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Capital y van variando mucho las formas de comunicar. Vamos viendo el estado de ánimo, el bolsillo, por dónde está pasando el eje de las prioridades, cómo está la provincia. Hay cuestiones que se repiten año a año y otras que en determinado año tienen más o menos potencia y uno elige dar prioridad a todo, o hay cosas que uno quiere desarrollar más que otras que están súper instaladas. Son muchos los factores que te van haciendo el criterio de cómo armar tu estrategia de cómo comunicarlo, pero de un modo es fácil porque es bellísimo, es grande la oferta y es variada, es complejo porque nunca alcanzás a mostrar todo. Siempre es simbología: un lago y su actividad náutica, un río, playa, montaña, algo de gastronomía pero es imposible mostrar todo.
Se revalorizaron los caminos del vino, ¿Se sorprendió con los datos del Observatorio que sea el tercer destino vitivinícola del país más visitado?
Te soy sincero…me sorprendió. Le venimos poniendo ganas y cuando vez los números, porque cuando uno quiere tiene, acá tenemos contenido, hemos hecho muchas cosas nosotros pero si los bodegueros no tuvieran buenos vinos y no abrieran sus establecimientos y cumplieran sus horarios o atendieran bien, hubiéramos fracasado. Es un trabajo en conjunto, como decía, si la estructura está fuerte es una muestra de cómo funcionan las cosas en una interrelación de tantos actores complejos.
La atención en el servicio era quizás uno de los puntos más conflictivos del turismo provincial, ¿Cómo se ha logrado mejorar este aspecto donde se percibe una evolución en los últimos años?
Córdoba se instaló rápidamente como un destino de verano, somos una provincia de abundancia y un gran territorio y el turismo se dio, antes hablabas de turismo en la Argentina y eran pocos lugares, después cada provincia comenzó a ingeniárselas (y enumera desde playas del sur como Las Grutas a las termas y el norte), a su vez Córdoba siguió creciendo, tenemos mucha infraestructura pública y privada. En algunos casos la provincia hizo inversiones y por atrás vino el desarrollo o al revés, y hoy donde la demanda está tan empoderada por internet, se elige precios, se critica, todo se resuelve por internet, si uno no observa calidad en el servicio las personas no se van contentas. Desde tener una mucama que sea profesional, un recepcionista, un mozo, un jardinero, en cualquier rubro es clave para hacerse sustentable y fuerte, y Córdoba tiene varios colegios y universidades con orientaciones turísticas. A lo largo de casi tres años y medio capacitamos más de 15000 personas, de cursos hasta diplomaturas, esto sostenido en el tiempo va a dar muchas fortalezas, el turismo va a seguir generando fuentes de trabajo siempre y cuando haya gente capacitada para. Creo que la política debe dar un salto en ese sentido y los municipios deben empezar a profesionalizar a las autoridades a cargo del área de Turismo, lo digo como una crítica constructiva porque no todos lo hacen, y se nota cuando un profesional está al frente.
El tipo de cambio favorece el turismo extranjero…
El tipo de cambio y la conectividad, la gente cada vez quiere menos complicaciones. La conectividad aérea hoy de cuatro veces por semana con Europa, cuatro veces con Estados Unidos, una vez por día a Lima, Panamá, cantidad de vuelos a Santiago, Paraguay, Brasil, y a nivel nacional ni hablemos, creo que fue un acierto nuestro esto de empezar instalar a Córdoba como la segunda puerta a la Argentina.
La gastronomía cordobesa pasa por su mejor momento, ¿Cree que hay que seguir potenciándola?
Los mejores destinos del mundo donde se come bien funcionan, quizás no tanto en las salidas familiares donde el objetivo es otro, pero en los viajes de parejas o de amigos la gastronomía ocupa un rol importante y hemos ido logrando profesionalizarla, me gusta usar un término que no está en ningún lado, hemos ido gourmetizando la comida de Córdoba. Hoy encontrás todo el territorio con muchos rinconcitos donde ir, antes eran muy pocos y van apareciendo chefs muy bien formados que vienen buscando algún destino del interior de la Argentina y Córdoba es muy buen lugar para eso, y mucha gente hace kilómetros para ir a determinados lugares, tengo muchísimos ejemplos para dar. Hay gente que por ahí hace 100 kilómetros sólo para ir a comer, mirá como moviliza la gastronomía. Por ejemplo, Alta Gracia es la meca, se reinventó a través de la gastronomía y tuvieron claro donde debían ir y ahí apostaron. Hay una tendencia mundial del Kilómetro 0 –que es gastronomía de cercanía- y los chefs movilizan las materias primas regionales. Nosotros en algún momento tuvimos un pequeño programita con los productores de hongos, quesos, etc y los fuimos conectando pero ellos hicieron un gran trabajo. Y los chefs lo fueron entendiendo. La gente viene a buscar experiencias nuevas y en la gastronomía eso también se refleja.
Además de los clásicos Festivales y la cartelera teatral de la Villa, ¿Cuáles son para usted de visita obligada y quizás menos conocidas que recomienda?
Me metés en un brete (piensa), se me vienen muchas a la cabeza, por ejemplo la gente de La Cruz, una comuna chiquita, ellos vienen tratando de dar intercambio y protagonismo a su festival –el año pasado fue Salta y este año Santiago del Estero- con un perfil que les ha dado un resultado bárbaro, porque va cambiando de provincia y cada una va conociendo La Cruz que es un pueblito bien metido hacia adentro, en relación a otras localidades más grandes. Después, a mí me gusta mucho el Festival de Quilino, donde podés comer cabrito en todas sus formas, y ya viene medio salado de fábrica, hay mucho folklore, hay bosques de algarrobo, frutales, todo bien típico. A mí me gustan mucho, son Festivales chiquitos aunque podría hablar de los mega festivales pero tienen su propia difusión ganada. Cada comuna tiene su fiesta, imagínate, por ejemplo Bañado de Soto, otro pueblo chico, es sin dudas el Festival que por noche convoca más gente, es un fenómeno social, impresionante, la temática es la del lechón, más allá de otras comidas. Es increíble que en una comuna chica, donde llegás por un acceso de tierra haya tanta concurrencia y es realmente llamativo. Son los primeros que me vienen a la mente de tantos.