Simón Bosio: “La música es un lugar donde puedo encontrar una forma de comunicarme.”

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Foto: Santiago Ruiz

Desde la intimidad de su casa, entre instrumentos y pantallas, charlamos largo y tendido con Simón Bosio. Su temple transmite serenidad y calma, propias de quien en su joven vida, ha tenido que arremangarse y hacerle frente a distintos desafíos. En esta charla a fondo, hicimos RANDOM y hablamos de todo: su música, sus influencias, el proceso creativo y su historia de vida. ¡Dale play!

-Estamos en tu departamento. Uno entra acá y es como un laboratorio…

-Esto sería el lugar donde trabajo “home”, donde hago las maquetas, las canciones, tengo varias cosas: pedales, teclados. La idea es tener todo a mano, según lo que necesito, lo agarro y empiezo a grabar.

Foto: Santiago Ruiz

-¿Sos más diurno o nocturno a la hora de laburar?

-En realidad soy un poco más nocturno, por una cuestión de que quizás a la noche es un lugar donde nadie me encuentra y tengo libertad para estar tres o cuatro horas sin parar y súper relajado, sin pensar en el teléfono y en nada, es como que encuentro ese espacio ahí para trabajar.

-Te definís como guitarrista, como músico, como compositor, ¿cómo te gusta tu autodefinición?

-Es complejo definir, tengo como varias personalidades según los proyectos que fui haciendo. Pero creo que en realidad más como todo junto, creo que soy más como un compositor en realidad. Mi acercamiento a la guitarra siempre fue más del lado de poder hacer canciones y tratar de expresarme y no tanto desde la parte técnica o teórica de decir soy un guitarrista.

-Vayamos a tus inicios, cuáles son tus primeros recuerdos de tu acercamiento a la música.

-Yo en realidad nací en un ambiente muy artístico, por un lado por mi viejo (Zeta Bosio) de estar rodeado todo el tiempo, y por el lado de mi vieja que es artista plástica también. Entonces en casa siempre se miraba mucho cine, se miraba mucho arte, se alentaba mucho a hacer eso. Crecí muy rodeado de la música y eso creo que me ayudó bastante.

-¿Sentís que hubo una posibilidad distinta en tu vida que no sea la música?

-Y a mí me gustaba mucho el cine, por eso mi acercamiento a la música es muy visual. Me gusta mucho también la parte de la imagen, por eso estudié diseño y no música. Para mí es como toda una unidad, la música se consume también por su imagen y creo que en cierta forma es toda una unidad.

Foto: Santiago Ruiz

-Aparte del arte que curtías en tu casa, debés tener tú propia influencia musical, referentes. ¿Es así? ¿Cuáles fueron?

-Empecé escuchando las bandas que son como una especie primaria de música como son los Beatles y todo eso. Después siempre me gusta estar muy al tanto de lo que pasa ahora. Creo que es muy difícil encasillarlo porque me gusta absolutamente toda la música, incluso las cosas que no me cierran tanto pero las escucho para entender el lenguaje y ver qué es lo que está tratando de comunicar esa persona y porqué les llega a determinada cantidad de gente, entonces es como que para mí es muy importante, tratar de interpretar todo, tratar de abarcar muchos géneros y no limitarme en una sola cosa.

-¿Qué genera la música en vos? ¿Qué simboliza y representa en tu vida?

-Para mí la música es un poco ese espacio donde uno se siente a salvo. Yo cuando empecé a tocar, fue en realidad a partir de un accidente que tuve cuando era chico, en el que los médicos sugirieron que para ejercitar los dedos tocase un instrumento, entonces no me acerque a la música desde otro lado más que como una especie de terapia. Fue como sanadora en un aspecto, creo que es eso. Para mí la música es como un lugar donde yo puedo encontrar una forma de comunicarme con un lenguaje que quizás no necesariamente me sale tan bien con las palabras.

-Y a la hora de componer, ¿qué nivel de importancia le das a la música y qué nivel a la letra?

-Creo que es esa mezcla de la música y la letra, pero creo que por ahora tengo mucho más desarrollada la parte de expresarme desde lo musical y las letras son como una especie de color de todo eso, que ayudan a potenciar el lenguaje de la música.

-Vos decís que la música fue un lugar donde pudiste sanar y encontrar el camino. Si un pibe o una piba están perdidos, no encuentran el rumbo, ¿creés que la música puede ayudar?

-Sí obvio. No creo que sea la única persona a la que le haya sucedido esto. Muchas personas pasaron por cosas y encontraron en la música como un canal, un espacio donde poder distenderse. Hoy por hoy, a pesar de que evolucionan todas las tecnologías, el cambio en la comunicación del ser humano, la música sigue siendo una de los primeros pilares de la comunicación hasta el día de hoy. Moviliza a un montón de personas y eso es muy loco que esté en la naturaleza del ser humano y siga hasta ahora.

Foto: Santiago Ruiz

-¿Disfrutás más tus momentos de creación o el vivo?

-Disfruto un poco las dos cosas. Para mí el tocar en vivo y el hacer canciones son experiencias súper distintas, serían como dos personajes distintos también, porque el hecho de tocarlo en vivo tiene una cuestión también del interprete y desarrollar la idea de estar en un lugar con otras personas y comunicarles eso que vos hiciste que es tan íntimo y compartir ese momento, es otro escenario completamente distinto. Yo trato de no pensar mucho en eso cuando estoy componiendo, pero primero para mi es importante que el mensaje que quiero transmitir sea claro y después encontraré la forma de tocarlo.

Me cuesta mucho imaginarme una vida mía sin la música, entonces es como que quizás, mis expectativas son muy simples.

-Cuando fue el momento en que sentiste que esto era algo más profesional que lo que venía siendo hasta ese entonces más terapéutico. ¿Hubo un quiebre en algún momento? ¿Un sentir más profundo?

-En realidad yo creo que no sentí ese quiebre con respecto a la música, por esto que contaba antes de que siempre estuvo en mi vida, entonces a mí me cuesta mucho imaginarme y creo que excede a lo profesional. Me cuesta mucho imaginarme una vida mía sin la música, entonces es como que quizás, mis expectativas son muy simples. Siempre estuvo adentro mío, lo único que hice fue seguir ese instinto mío todo el tiempo y tratar de desarrollarlo para seguir creciendo y no decir, “tengo una facilidad en hacer esto y me conformo”.

-Contanos sobre tu momento de creación, ese momento donde dejás que llegue lo que tenga que llegar. ¿Cómo lo vivís?

-El enemigo más grande del creativo es tener la hoja en blanco, por eso me voy a dormir con el celular al lado y siempre las ideas más locas se me ocurren antes de dormir, pero es un desafío y lo aprendés a disfrutar. Ahora estoy en un momento en el cual estoy tratando de combinar cosas que antes hice con cosas que tienen más que ver con el rock muy análogo, muy tocado y en vivo, con la facilidad que nos da la tecnología hoy en día de poder grabar cosas en una calidad bastante buena pero en una casa, no necesariamente en un estudio y aprovechar esa libertad para encontrar un poco mi personalidad en eso.

-En cuanto a géneros en este momento ¿dónde te sentís más identificado o cómodo?

-Tengo muchas carpetas con canciones divididas, que en algún momento van a salir que están como catalogadas por diferentes estilos. Por ejemplo empecé a tocar mucho la guitarra criolla y mezclado eso con un poco de electrónica, empezó a quedar como una especie de folclore medio abstracto. Después también tengo la otra parte que es súper rockera, estoy todavía como encontrando el balance, estoy completamente en una búsqueda.

-Estamos viviendo el furor de las redes sociales, ¿cómo te llevas con esta movida?

-Es un poco el lenguaje de hoy en día, a mí me tocó vivir en una generación que atravesó ese cambio de una manera muy grande, me pude adaptar pero justo entrando casi al final. Veo generaciones más chicas que están acostumbradas todo el tiempo a compartir todo lo que hacen y yo a ese chip no lo tengo tan incorporado. Pero sí el decir bueno grabo algo acá y de hecho lo estoy haciendo mucho en Instagram de grabarme tocando y eso genera que te puedas vincular con la gente de una forma súper rápida y sin tener que hacer algo súper producido o esperar hasta que salga el disco, sino que es en el día a día que una persona te comente de Perú o te comente de cualquier lado y está buenísimo.

Siempre fui una persona con muy bajo perfil en ese sentido, quizás cuando era más chico estaba muy empecinado en demostrar que era una cosa diferente o en escapar a eso, toda esta etapa en la que yo toqué como una música muy pesada tratando de escapar a eso. Pero es como una cosa inevitable, pero en el buen sentido.

-Te puede ayudar también en el proceso creativo, porque les ofreces algo y recibís al toque la repercusión de si les gusta, no les gusta.

-Sí, claro, a veces en las historias pregunto mucho, si les parece que toque esta canción o subo temas y me dicen, che postéalo porque está buenísimo. Recibo mucho feedback y está muy bueno eso.

-¿Cómo te llevás con tu apellido?

-Siempre fui una persona con muy bajo perfil en ese sentido, quizás cuando era más chico estaba muy empecinado en demostrar que era una cosa diferente o en escapar a eso, toda esta etapa en la que yo toqué como una música muy pesada tratando de escapar a eso. Pero es como una cosa inevitable, pero en el buen sentido. En mi viejo encontré primero una gran persona que me transmitió muchas cosas desde el lugar de la experiencia, aconsejándome y dejándome libre al momento de tomar decisiones y equivocarme. En ese sentido estoy muy orgulloso del lugar del que vengo, cada vez tomo más conciencia de lo que es Soda Stereo como banda la que fue y la verdad que para mí es un orgullo que mi apellido venga de ese lado. Creo que con la edad uno va tomando más conciencia de todo también, para mi es algo muy positivo. El prejuicio a estar condicionado a que cuando vos sacás algo nuevo o hacés música, va a venir gente de todos lados y va a decir “este está acá por ser el hijo de tal”, es un pensamiento muy viejo, porque hoy en día con las redes sociales vos podes ser el hijo de cualquier persona, pero si no hacés buena música o buen contenido no le podes vender eso a la gente.

Foto: Santiago Ruiz

-Contamos cómo llegó la “family Volcom” a tu vida…

-Con la Family ya estamos hace casi 10 años, se generó un vínculo muy lindo porque siempre la marca tuvo como una filosofía que va muy acorde con los artistas, independientemente de que sean músicos, hay todo un vínculo. Es una unidad en la que todos tiramos para el mismo lado, cada uno expresándose y atados a la filosofía de la marca.

-¿Y como describís esa filosofía?

-Hay una frase de Volcom que a mí me gusta mucho, que habla de que “lo único constante es el cambio” y tiene que ver un poco con eso, con que la evolución de uno. Pasa justamente por el estar probando y buscando cosas nuevas. Y otra frase de Volcom que es “True to this” que significa “se real a esto”, tiene que ver también con eso, todo está arraigado a ser uno mismo, sin otra vuelta más que eso. La identidad de Volcom va muy de la mano del arte.

-Tiene que ver con ser genuino a uno mismo, ¿no? ¿Qué es para vos ser genuino?

-Para mi ser genuino como músico tiene que ver con no dejarse atacar con las cuestiones de afuera. Cuando estoy haciendo música es un lugar de paz, donde no me afecta absolutamente nada, un lugar atemporal, no existe el tiempo, el día, nada. Ser genuino es no traicionar esa esencia que llevé siempre adentro mío ni dejarla afectar por el entorno.

Para mi ser genuino como músico tiene que ver con no dejarse atacar con las cuestiones de afuera.

-Formar parte de esta familia, genera un apoyo increíble para generar cosas. Varios chicos de la family nos contaron diversas aventuras. Contanos vos ¿cómo fue la vez que terminaste tocando con Molotov?

-De repente nos llega un mail de que podíamos hacer una gira con Molotov, pero había que hacerla a la semana siguiente. Llamo a la gente de Volcom y les digo “che, hay que hacer esto, necesitamos una camioneta y un par de cosas más”. Y se armó y fuimos. Fue una locura, a los cuatros días estábamos en Mendoza, no entendíamos nada y nos reíamos. Decíamos “qué loco que llegamos acá en dos segundos”. Es un poco así Volcom, es como que siempre está apoyando esa locura que tiene cada artista y eso es genial.

-Me imagino que también es un compromiso que se asume.

-Sí, obvio, está la responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias, cuando vamos a algunos eventos la música no es un tema menor. Uno desde el lado que aporta tiene que ser consiente en eso, saber que es importante estar a la altura.

-Sabemos que te prendés a full con cada desafío, con cada locura que te propone Volcom. ¿De dónde creés que viene esa capacidad de adaptarte y meterle con todo?

-Creo que el hecho de haber crecido con la música, me preparó para que me gusten los desafíos y salir de la zona de confort. La evolución es el cambio, es prepararme para esos desafíos.

Agradecimientos: Fernando Hermida y Guillermo Pérez.

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