En poco tiempo, Vanesa Martín se coló entre los indispensables de la música hispana. Nos enamoró con Crónica de un Baile y hoy refuerza el vínculo con su nuevo disco Munay. Inmensa en su arte, delicada en sus estribillos, poética en sus letras; la queremos para siempre entre nosotros.
La relación entre Vanesa Martín y Argentina fue amor a primera vista. Mucho más intensa que la de cualquier otro artista español. Lo que a Alejandro Sanz, Pablo Alborán, Ismael Serrano y Miguel Bosé, entre tantos otros, le costaron varios discos, a la malagueña más intensa, le bastó con su primer tema Sin Saber Por Qué, de su quinto disco Crónica de un Baile, pero primero para nuestra región. Después, no fue más que un reenamoramiento y la confirmación de que estábamos descubriendo a una artista humana y universal. Su segundo single de difusión fue Polvo de Mariposas y hurgando en su pasado a través de YouTube, rescatábamos Ey , Ropa Desordenada , Aún No te Has Ido. Un 2014 donde nos apropiamos de su arte y su misteriosa vida, su ambigüedad sentimental y hermetismo la potenciaron en todos sus aspectos. Y fue recíproco. Porque a su éxito ibérico, Vanesa agregaba fechas inesperadas en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Y como de hipócrita no tiene nada, inició la gira de su nuevo disco Munay en un lujoso hotel de Palermo, barrio del cual está enamorada y en donde ya lo piensa como una de sus sedes de operaciones con un departamento a su nombre.
Muchos artistas encuentran en su mejor álbum, su abismo porque nunca lo superan. ¿Cómo mejorar lo conseguido con “Crónica de un Baile”?
-Lo tomé así. Mi anterior disco “Crónica de un Baile” fue lo mejor que me había pasado en mi carrera musical porque me hizo crecer mucho, porque lo disfruté como nunca, porque la gira fue alucinante, pero llegando al final me dio mucho estrés y nervios porque no imaginaba qué venía después. Si sería capaz o no de crear algo mejor, que guste más, que me abra más puertas. Tampoco uno tiene la obligación de superarse todo el tiempo, pero es lo que se anhela.
¿Cómo componer una canción que impacte más que “Hablas”?
-Es que “Hablas” creo que jamás la superaré (sonríe). A nivel personal me entró la angustia de pensar qué hacer. Y sobre todo cómo saber que estaba yendo por el buen camino. Los momentos de composición son muy para adentro, tal vez de no salir de mi casa por diez días. Sin embargo llegó el momento, me relajé, me olvidé de la presión que yo misma me ponía y me limité a disfrutar y a que las canciones me hablaran y me conmuevan solas.
“La mayoría de las veces que escribo, es porque se me rebalsa el sentimiento. ”
¿Por qué creés que se armó este vínculo tan fuerte con nuestro país?
-No sé por qué, pero yo sentía la necesidad de venir a Argentina. Nunca había venido antes de mi primera visita promocional, pero me picaba venir. Y se dio esa sensación que tenía. Córdoba, Mendoza, Rosario, fueron ciudades que me gustaron a primera visita. Ojalá el año que viene pueda incluir también La Rioja y Tucumán. Es más, empiezo la promoción de mi nuevo disco “Munay” aquí por todo lo que se generó. Cuando me pongo a pensar, me cuesta creerlo pero me da felicidad. Hoy por ejemplo, tengo pautadas dieciocho notas, y mañana otras tantas. Que ni siquiera en mi país me sucede.
Tus fans son intensas, lo noté ayer en el Hard Rock, minutos antes a tu presentación.
-Sí, ayer lo viví por primera vez. Sentí esa pasión tan característica de los argentinos, de la que tanto me hablaron Pablo (por Alborán, su amigo), Alejandro Sanz y Manuel (Carrasco). Las saludé, charlé con ellas y eran como un ejército. Me dio mucha felicidad.
-Vas a tener que tachar a Buenos Aires como posible ciudad de descanso…
-Buenos Aires me gusta mucho de verdad. El barrio de Palermo me recuerda mucho a Málaga. Avenida de Mayo es muy similar a Madrid. Si pudiera me compraría un departamento en vuestra ciudad. En el viaje anterior cogí una bicicleta y recorrí un poco todo. Y para mi sorpresa, más de uno me reconoció (sonríe).
-Tus canciones son sinceras, el público así lo siente y por ello la empatía es inmediata…
-Las canciones yo las compongo según la necesidad de contar algo. Así surgió “Crónica de un baile”, así fue siempre. Y se ve que así surgió el tema de mi libro “Mujer océano”. Cuando la editorial Planeta me lo propuso, les dije que no. No me sentía cómoda sin mi música. Pero insistieron y la segunda vez que me lo propusieron, me dije “¿Por qué no?”. Tenía muchas cosas escritas, lo consulté con mis amigos y todos me dijeron que le de vida. Al final me puse a escribir, por esas cosas que tenemos los que nos gusta escribir que queremos contar y solo el diez por ciento de lo que tenía escrito se publicó. Todo es nuevo. Es que me han pasado tantas cosas en los últimos años, y tan fuertes, que me dan un papel y un bolígrafo y me pongo a escribir. Me dio más pudor que sacar un disco, pero soy yo. Es un libro auténtico. Y le va bien porque en España ya va por su quinta edición.
-Además de tu quinto disco, ¿qué es “Munay”?
-Munay es una palabra quechua que representa toda una filosofía de vida basada en el amor por la creación, por las cosas que nos rodean. Me gustó que una palabra pudiera resumir todo lo que yo sentía. Me la dijo mi amiga Patricia y me puse a llorar porque sabía que tenía el título de mi nuevo trabajo. Y ahí me tranquilicé porque sabía que ya tenía algo cerrado como para dar a luz.
-Escucho “Complicidad” y “Descubrí” e imagino que son canciones que te llevan mucho tiempo de terminación.
-Depende. Hay de todo. Existen canciones que salen de un tirón, y otras que llevan más tiempo. “Te has perdió quién soy”, “Inmunes” y mismo “Complicidad”, salieron de coger la guitarra y en diez minutos tenerlas terminadas. Porque la mayoría de las veces que escribo, es porque se me rebalsa el sentimiento. Sinceramente tengo poco tiempo. Quisiera tener más tiempo para componer pero acepto que debo aprovechar este buen momento.
-Sé que no hablás de tu vida privada, pero de escucharte, entendemos que sos una mujer que siente por demás.
-Yo soy así. Mis canciones son mi vida privada. Un poco abiertas para que cada uno se las apropie, pero soy mis canciones. Soy muy densa, muy profunda, pero también muchas veces quito el hielo al asunto y vuelo.
-En pocos años pasaste de ser una cantante de bares en Madrid a ser una de las cantautoras más importantes de España y de Latinoamérica. ¿Cómo te protegés de los interesados?
-Tengo mucha intuición pero también agradezco a la gente que me felicita por mi trabajo y se me acerca para hablar, para conocerme en persona. Con mi círculo más íntimo soy muy hermética, respeto mi privacidad y difícilmente alguien de ahora pueda entrar, pero me encanta hablar con la gente y siento que aprendo todo el tiempo.
-¿Dentro de ese hermetismo, cómo sos?
-Soy muy anfitriona, me gusta cocinar, me gusta organizar fiestas en casa. Que mis amigos vengan y la pasen bien. Me gusta decorar mi casa e invitarlos a que pasen un buen momento. La vez pasada vino a cenar Pablo (Alborán) junto con otros amigos y escuchamos “Munay”. Sentí agasajarlos para que escuchen mi nuevo disco. Nos reímos mucho y después nos pusimos a cantar con la guitarra y el piano.
-Le gustó a Pablo, me gustó a mí, como que superaste la prueba, ¿no?
-(Sonríe) Ojalá le guste a todos (risas). Tengo mucha ilusión con “Munay”, porque está saliendo por primera vez en Uruguay, Chile, México, Italia y Portugal. Ojalá que como “Crónica de un baile” sea un disco de crecimiento y de mucho recorrido. Que la gente lo reciba bien y que me puedan acompañar en mi primer teatro Ópera en abril próximo.