Alejandro Fantino: Amo y señor de las medias noches

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Hacerle la primer pregunta a unos de los mejores entrevistadores de la televisión actual –acaso el mejor- y no morir en el intento, es una de las empresas más difícil que tendrá esta nota. Hasta los que no comulgan con su estilo tuvieron que sacarse el sombrero y elogiar, por ejemplo, las entrevistas que le realizó a Ricardo Darín, Charly García, Martín Bossi o Gabriel Rolón, por citar algunas de las tantas.

Es que Alejandro con gran oficio ha construido charlas exquisitas con grandes referentes de nuestra cultura. A fuerza de gran información, un tacto prudente que va de cierta complacencia con el entrevistado a preguntas de aparente ingenuidad y un manejo magistral de los tiempos; Fantino se calzó un nuevo traje en su ascendente carrera que ya lo tenía como conductor estrella. Amo y señor de las medianoches desde su extinto y de culto “Mar de Fondo” -que reeditó en teatro la semana pasada-, el gringo que relató los mejores momentos de su querido Boca Juniors posa para Random con la seguridad de los vencedores. Más aún si junto a él se encuentra su rubia debilidad. En las antípodas de la obra que protagoniza Miriam Lanzoni, esta es una mujer que verdaderamente “le regaló la vida”.

Para no incomodar el resto y no meter la pata, ¿De qué tema mejor ni hablamos en el resto de la nota así no la tiro afuera? ¿De la ciclotimia de nuestro querido Boca? ¿De la cantidad de gatos sueltos que se te acercan a diario y tenés que repeler? ¿De la sarta de políticos que desean que los entrevistes y que te ponen loco con sus mentiras?
(Se sonríe) No me genera ninguna pregunta o tema incomodidad alguna ya que simplemente soy un periodista reconocido y no trabajo con la vida o la muerte de nadie. Es decir, no soy un médico que pifió con una dosis y mató a alguien, lo mío es muy simple y ningún tema debería ser complicado de contestar.

Entonces arranquemos con lo más superficial, viendo estas fotos que hiciste para Random no podés negar Gringo que cuando eras adolescente pintabas para ser modelo de campaña… ¿0 no? Vos fuiste de mínima rey de la primavera alguna vez…
Desfilé para algunas marcas cuando era más pendejo, pero nada serio, fue para boludear o ganar minas. No me daba la cara para presentarme para rey de nada, solo para el rey de los boludos con suerte (risas) y ahí te digo que hubiese sido elegido número uno.

Alejandro Fantino | Foto: Pablo Schreiterer
Alejandro Fantino | Foto: Pablo Schreiterer

¿Cómo te sentiste en la producción de fotos? ¿No creés que con Miriam (Lanzoni, su mujer) dan la imagen de las parejas perfectas que quieren las abuelas: facheros, simpáticos, entradores?
Con Miriam tenemos algo muy importante y a la vez muy simple que la gente capta: nos amamos de verdad. Nosotros tenemos una historia muy larga, muy profunda, de mucha lucha juntos, estuvimos en las malas y ahora en las buenas peleando a la par uno del otro, espalda contra espalda como en los bares cuando se arma quilombo. Nosotros nos completamos mutuamente. Catalogarnos como una pareja perfecta es mufa, somos una pareja que lucha día a día para crecer individualmente y juntos en lo nuestro, yo le doy alas a ella y ella me da alas a mí. Por último, venimos del mismo lugar, estamos construidos por el mismo material, ontológicamente somos lo mismo y tal vez sea por eso que estamos fundidos el uno en el otro. Ser padres juntos sería magnífico. Yo ya lo soy de Nahuel pero ojalá se nos dé con Miriam, es cosa pedida a la vida desde hace tiempo.

Aparte ustedes transmiten eso de los que surgieron de abajo, que lograron cumplir su sueño y nunca se marearon con la fama…Son como unos “Little Miss sunshine” pero exitosos… ¿Cuáles fueron las claves para mantener esa autenticidad y simpleza de sus pagos tanto en lo personal como en el matrimonio?
El ser humano ha venido tratando de explicar desde miles de años que lo más importante para vivir en paz es tener cordura. Prudencia como le llamaban los griegos, ese camino virtuoso o intermedio que no te haga ni cobarde ni temerario, ese camino medio que te convierte en valiente, ni un extremo para abajo que sería pasar por una falsa humildad ni por el de arriba que sería mostrarse excéntrico todo el tiempo. Vivimos muy bien, nos damos un montón de gustos, no nos falta casi nada, pero de ahí a andar mostrándolo todo el tiempo la cosa cambia y te pone en un lugar de tipo afiebrado y sin cordura. Podemos hacerlo alguna vez, pero si vivís en ese mundo tarde o temprano la locura de creerte que eso es de verdad te derrumba.

Por esas cosas caprichosas de las historias que no vienen al caso, vuelvo a plantearle semejanzas con “Little Miss Sunshine”, no sólo por el origen humilde de los protagonistas, acaso también porque la historia habla de quién persigue su sueño a pesar de los prejuicios. En ese sentido Fantino tuvo que superar miles y en cada laburo que tuvo, desde el pendejo que tenía que relatar a Boca y suplantar a “Pancho” Caldiero, al que debía reemplazar a Matías Martin o el que iba al aire pero viniendo del cable. Ninguneos varios que lo terminaron fortaleciendo y haciendo crecer más rápido de lo normal. “El ninguneo es de los otros, no es mío interno, no me puede afectar lo que alguien crea de mi. Claro que si alguien me da su mirada y quiere enseñarme o aconsejarme, mis oídos estarán siempre abiertos a escuchar, pero el que viene a ver como fracasás no debe ser tenido en cuenta, no existe. Siempre laburé creyendo en lo que hacía, siempre tuve confianza en mí y cada vez que tomé un trabajo deje toda mi piel allí. Y de esa manera no podes fracasar nunca”, agrega Alejandro.

¿Por qué creés que has tenido constantemente mala vibra de parte de algunos? Hasta en el medio de tu éxito te buscan con la sexualidad…Si parafraseo al “Bambino Pons”….podemos decir que toda la envidia que generás tal vez sea por “buen tipo” ¿no?
La imbecilidad humana lleva a pensar que a uno lo puedan ensuciar por afamarlo de gay. No es un insulto para mí. Es como si me llamaras estoico o comunista o pescador. Quizás a alguien -a quién debo haberle comido la mujer o a su novia- se le ocurrió pensar que con esa fama yo iba a sufrir. Pero calculó mal ya que dupliqué mi éxito con las mujeres a partir de que ese rumor se instaló. No me afecta en lo más mínimo, es más, me da orgullo que lo crean, no debe haber gente más sofisticada desde lo sentimental y desde la sensibilidad artística y humanística que el gay. Cito a Verlaine y Rimbaud o a Warhol por si acaso. De todas maneras, y gracias a la evolución de la sociedad, cada vez menos esta pregunta está incluida en la agenda de quien me entrevista. No te aclaro esto desde la molestia, sino desde la pena que me produce que aún haya gente que se preocupe por el culo de otros sin ver primero si tienen sano el propio.

¿Y de la gente que valió la pena? ¿Cuáles fueron esas personas clave en cada etapa de tu vida?
Sería quedar mal con muchos y no quiero. Voy a tratar de ir a la base de todo y te diría que mis padres tuvieron la suficiente dosis de valentía para dejarme volar solo desde los 14 años. A esa edad me fui de mi casa y nunca más regresé. Si bien estaban presentes y se preocupaban por mí, ellos marcaron a fuego en mi interior el buscar algo que no sabía bien que era, pero que debía encontrar en algún lugar lejos de mis afectos. Esto que me pasa hoy es gracias a esa libertad otorgada con confianza hacia mí, después hubo muchas personas más, pero quiero quedarme con las que fueron clave.

¿Qué extrañás de aquella tranquilidad en San Vicente? ¿Cuáles son los recuerdos de la infancia que nunca borrarás de la memoria?
(Suspira rememorando) Recuerdo mi infancia, mis salidas a pescar a los canales cercanos que nos regalaban mojarras o bagrecitos pequeños. Recuerdo mis partidos de tenis padre e hijo contra otros pueblos. El taller de mi papá y el eterno olor a grasa de litio que salía de las cosechadoras. Las clases de literatura de Pototí, las de música de Lisdé y la eterna sonrisa de mujer sabia de mi directora Azucena Giacossa. Recuerdo la plaza y recuerdo mis juguetes desparramados en el patio.

Alejandro Fantino y Miriam Lanzoni| Foto: Pablo Schreiterer
Alejandro Fantino y Miriam Lanzoni| Foto: Pablo Schreiterer

No podemos dejar de mencionar tus raíces, sos un piamontés de pura cepa, de esos que de la nada construyeron todo… ¿Qué costumbres, valores o modismos reconocés en tu personalidad que vienen de la familia Piamontesa?
La competencia con el otro, la desaforada necesidad de ahorrar, de guardarla y no quemarla a la guita. También heredé mi fanatismo por la comida toda, la tranquilidad ocular de que mi plato esté siempre lleno por demás, que quede algo sin comer, que haya servido de más. Y eso que con el tiempo he tratado de corregir y contra lo que lucho. De ellos adquirí el respeto por mis mayores, por los viejos, por mis abuelos y bisabuelos, heredé el amor por la “bagna cauda” y el sonido del acordeón. O el hecho de jugar a las bochas y disfrutar de los chorizos a la grasa.

¡Por favor Ale!, no me hables más de esas exquisiteces que hacen ruido las tripas. Todo lo que me decís está armado de cosas simples. Sin embargo, siempre reconocés que te gusta la guita… ¿Cómo lográs equilibrar esa contrariedad? O la idea es ganar una moneda suficiente como para retirarse a los 50 para pescar, hacer asados y escribir libros de entrevistas…
No he podido aun transitar por un camino de desapego a lo material, no he podido elevarme, lucho día a día para que tampoco la guita me vuelva loco. Hay mucha gente a la que ayudo desde mi trabajo como padres, hijo; menos “Miri” que gana más que yo (risas). Es enriquecedor desde lo intelectual y para el alma leer por ejemplo las meditaciones de Marco Aurelio, un clásico que recomiendo, un manual para vivir éticamente y desapegarse de lo material, pero una cosa es leerlo y otra muy diferente aplicarlo. Se dice que el hombre primero trabaja por plata y luego, cuando la tiene, trabaja por poder, yo trabajo porque me gusta y mi trabajo me trae un poco de cada cosa. Tal como lo planteás estoy a ocho años de mis cincuenta y ahí me gustaría tener la suficiente guita como para dedicarme un poco más a mis placeres. Recomiendo un libro pequeño de uno de mis escritores preferidos: Robert Louis Stevenson, se llama “El diablo en la botella” y ahí en sus páginas uno se puede dar idea de lo que la ambición puede hacer en el hombre por un poco más de plata.

Muy buen libro por cierto, entonces dejemos la guita de lado ¿Cómo es o tiene que ser tu fin de semana ideal?
Sin llamados telefónicos, sin horarios, sin citas, sin salidas de mi casa, sin compromisos. Con tiempo para entrenar, para leer, para estar con Miriam, para conectarme con ella, para saber cómo está, para charlar de la semana y, por sobre todo, para estar un rato solo si puedo.

El “Negro” Fontanarrosa decía que el hombre para crear debía pasar un poco de tiempo al pedo. Al menos has manifestado la decisión de recuperar los domingos, no?
La sociedad tecno-capitalista ha instalado que el estar sin hacer nada es perder tiempo, y que el tiempo perdido no se recupera más. El ocio es necesario, te hace pensar, crear. No exagerarlo y tener ocho horas pero un poco hace bien, te descansa internamente.

Entre la radio, las reuniones de producción y la televisión entre la semana se te debe complicar para hacerte ese espacio. ¿Cómo es la rutina de un día normal? ¿Cuáles son las cosas que te desenchufan? Por ejemplo, ¿un partido de tenis?
Juego tenis casi todos los días al mediodía y comparto charlas con mis rivales y amigos, luego almuerzo en el club. Me levanto a las 11.30hs ya que leo hasta las seis de la mañana casi todos los días. Y corro en cinta tres veces a la semana.

Igual tu esfuerzo valió la pena ¿no? ¿Sentís que este fue tu mejor año?
Estos tres últimos años vienen siendo mis mejores en mi carrera, coincide con que en mi trabajo uno alcanza su esplendor a los cincuenta y yo me voy acercando. Las cosas que hago las hago meditadas, me preparo, estudio, lo que parece improvisado no lo es. La gente me acepta y percibo su confianza cuando toco temas difíciles.

Y todos quieren ser entrevistados por vos. ¿Cuál es tu opinión sobre este reconocimiento ganado? Algunos han dicho que sos nuestro David Frost…
Entrevistar es escuchar, no hay mucho secreto en eso, luego está ir preparado en general, mientras más leés mejor entrenado estás. No poseo preconceptos de nadie, voy limpio de ideología y de alma cuando laburo. Cuando voto o cuando estoy en mi casa tengo mi manera de ver el mundo pero sería una falta de ética profesional que yo le vuelque mi ideología a cada entrevista que hago. La gente debe sacar sus conclusiones escuchando lo que dice él que está sentado. Soy respetuoso y nunca te clavaría un puñal por la espalda, si quiero acorralarte lo hago de frente y te doy la posibilidad de que te escapes, pero si en ese juego yo termino siendo más astuto, nadie puede quejarse. Si es de frente debe ser aceptado. Y como a Frost, es mejor que en este medio te tomen por sonso como le paso a Nixon con él. Mejor para nosotros que vengan con la guardia baja.

Tus programas son los que más twitts generan, ¿Te sorprende todo lo que se genera en la web? Hasta ya hay un verbo que se llama fantinear…
No sabía lo de fantinear. Me alegra saber que se produce algo en mucha gente que se toma el tiempo de tenernos en cuenta.

Si pateamos para adelante te imagino en algún tiempo con un programa similar al de Felipe Piña entrevistando presidentes…Es más, no fueron pocos los que pedían que entrevistes a Cristina Kirchner ¿Cuáles son tus máximos objetivos?
Eso, líderes mundiales, protagonistas de la historia del mundo y también pequeñas historias de superación personal: deportistas, artistas, etc. No quiero quedarme sólo en Argentina con mis entrevistas, quiero recorrer el mundo aprendiendo de otras culturas, quiero conocer gente. Como de Cristina no me llamaron, no respondo sobre supuestos.

Hoy tiraste irónicamente en twitter la idea de volver al relato en el mundial, ¿Hay una chance de que se concrete un regreso tan esperado?
Sería cerrar mi carrera deportiva con una gran frutilla, además, como soy un tipo de suerte sé que Dios me tiene preparado “Argentina campeón”. Es que casi todo lo que relaté fue campeón.

Entonces Ale vayamos prendiéndole velas al “Barba”…
Vayamos. ¡Pidamos que todo lo cumple!

Alejandro Fantino y Miriam Lanzoni | Foto: Pablo Schreiterer
Alejandro Fantino y Miriam Lanzoni | Foto: Pablo Schreiterer

 

Ph: Pablo Schreiterer  – Producción & Styling: Nicolás Pesce Freijo Mk Up: Solana Perkes  – Pelo: Cool Cuts  – Asistente de Producción: Iberia Medrano – Locación:Hotel Awwa Suites&spa / Dir: Lafinur N°3370 / – www.awwassuites.com  – +54 11-3966-0000 – Look Alejandro Fantino / Carrington www.carrington.com.ar – Look Miriam Lanzoni By Maria Gorof / Accesorios Shibinda Zapatos Prada .

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