Los días previos y posteriores a la sesión de fotos para revista Random la tenían a Fátima Florez en pleno ensayo, probando las nuevas voces, practicando las muecas, gestos y muletillas exactas de sus imitaciones, los pasos y el andar de cada nuevo personaje.
Asimismo preparaba el cierre de temporada en Buenos Aires y alistaba a toda su tropa para un nuevo desembarco en Mar del Plata, nada menos que en el mítico teatro Atlas de la Avenida Luro con el flamante espectáculo: “Fátima para todos”. Sin embargo, el lógico cansancio de ese trajín no logró disminuir su sonrisa. Es una carcajada cortita que mantiene durante toda la charla con intensidad. Fátima puede ser la mujer de las mil caras, es cierto, pero la propia la sostiene firme, sin hipocresía ni doble discurso. Uno nunca sabe si es merecedor de las cosas que le pasan, pero la verdad que sí trabajo mucho para eso. Cuando este año me llamó Carlos Rottemberg para convocarme para el teatro Atlas me pareció un gran desafío. Por ese teatro pasaron los número uno, los capo cómicos y las figuras más convocantes del país. Que me toque a mí este verano realmente es una gran apuesta. Ya había estado hace dos veranos en el Teatro Provincial donde la gente nos recibió increíble, en una temporada muy buena. Más o menos fuimos marcando un precedente y ojalá que se pueda igualar. Si se supera mucho mejor”, cuenta.
Desde la puesta te vas superando con la incorporación de tecnología. ¿Cómo es el trabajo y la coordinación con lo virtual del nuevo espectáculo?
A los personajes con los cambios rápidos de vestuario, las coreografías donde uno canta en vivo y al mismo tiempo baila con los bailarines, a este año le sumamos el holograma que se va a incluir en el popurrí, donde los diferentes personajes, en algunos casos, van a entrar los verdaderos a decir algo. Van a tener un parlamento tipo: “ay Fátima, voy corriendo hacia vos” y se van a meter en mi cuerpo. Como que yo los estoy llamando, mi voz los llama, se sienten atraídos, entran en mi cuerpo y ahí es que en mi cuerpo vuelven a salir. La gente va a ver un momento épico de la obra.
¿Cuál fue el criterio de selección de los nuevos personajes? ¿Consejos de tu entorno, tu intuición, la opinión de la gente?
Tengo en cuenta todo y soy de hablar mucho con la gente y de sentir el olfato, trato de tener tacto popular. Qué es lo que la gente quiere ver y escuchar, qué es lo que está de moda. La última decisión la tiene uno, por ejemplo, este año surgieron muchos personajes nuevos a raíz de estar en “Showmatch”. La producción me decía: “queremos que hagas personajes de acá, los que están en el momento, de ahí surgieron personajes muy lindos como Solita Silveyra, todas las mujeres del jurado, Moria (Casán), Graciela (Alfano), también Laura Fidalgo, Vicky Xipolitakis, Paula Cháves, Mimí, etc. Fueron siendo personajes muy divertidos y muy diferentes unos de otros, con lo cual está buenísimo para la actriz esto de jugar diferentes roles.
¿Se puede decir que la actriz cada vez está sacando más rápido los personajes? Antes algunos te habían llevado años hasta que le encontrabas la vuelta…
Hay un verso que dice que “cuando te tienen cortito” uno como que rinde más, eso es lo que hice en “Showmatch”. También uno busca desafiarse, progresar, y sacar nuevos personajes. Este año salieron algunos muy rápidos, estaba acostumbrada a tomarme tiempos más largos, como para procesar de otra manera por ahí cada uno de los personajes, pero está bueno lo que pasó este año de jugar con esto del reloj en contra -o con poco tiempo- y meterse de lleno en pocos días. Se puede lograr igual. Es mucho más intenso el trabajo pero se puede lograr.
“Hay que pensar así, para adelante, no hay que quedarse con lo malo. Esta carrera cambia y tenés oportunidades todos los días de demostrar cosas lindas. Eso también cabe para aplicarlas a la vida, es un todo.”
A pesar del guión en el teatro, le venís agregando mucha improvisación, imagino que también te implica tener un mecanismo muy aceitado. ¿Te produce mucho desgaste?
Sí, totalmente, por ejemplo en el teatro, si bien está todo guionado por nosotros dos -por mi marido y por mí-, se juega mucho con la improvisación. A eso la gente lo disfruta mucho, porque todas las funciones son diferentes, pasan cosas y es una obra donde el público es protagonista. Me preguntan cosas, suceden otras, entonces me agarro de eso para improvisar y a eso la gente lo festeja. Por eso, el personaje tiene que estar bien sólido, bien arraigado, sino no podés tirarte para improvisar si al personaje no lo tenés bien aceitado.
¿Cómo has logrado el mecanismo para pensar incluso como el personaje y que todo fluya de manera magistral?
Son estudios de training, de eventos, de teatro, ensayos. Tengo mi vida dedicada a esto, a perfeccionar los personajes que tengo, actualizarlos porque a todos los personajes les faltan cosas. Cada vez hay que ir buscando una vuelta de tuerca más, se va haciendo una bola de personajes que te requieren más tiempo porque se van sumando más, entonces mi cabeza está llena de personajes, uno vive para eso. Con training y con dedicación todo se logra.
Alguna vez dijiste que cuantas más trabas te ponían mejor te iba. En Showmatch te animaste a bailar y te angustiaste mucho con el trato, ¿En qué te aferraste para pasar rápido esa etapa?
Sí, en realidad fue ese día que vieron todos porque veníamos de días previos bravos, por ejemplo, lo habían operado a mi marido. Se me había juntado toda esa angustia. Ese piso es muy fuerte, te moviliza los sentimientos que uno tiene y te los saca más a flor de piel. Las cosas que me pasaron negativas en la vida las piso, me sirve para dar un saltito. Trato de pensarlo así porque sino uno se deprime, te quedás con todo lo malo que te pasa y te va consumiendo. De lo malo hay que utilizar eso, pisarlo y utilizarlo como un escaloncito para saltar. No es tan fácil pero con práctica lo lográs y no permitís que te afecten las cosas malas.
En psicología se diría que has hecho resiliencia, has convertido todo lo negativo en turbinas de energía. ¿Cuáles han sido esos cables a tierra que han ido incrementado tu carrera evolutiva?
La persona que me ayudó a ser así, siempre digo que es mi marido. Él me apoyó al decir: “no caigas, adelante, la vida es hermosa, lo malo que pasa, mañana pasó y después de lo malo viene algo bueno”. Es así, luego de lo malo viene algo bueno. En esta carrera hay revancha. Ponele que hoy no te salió tan lindo un personaje, bueno mañana vas a tener la posibilidad de hacer otro. Hay que pensar así, para adelante, no hay que quedarse con lo malo. Esta carrera cambia y tenés oportunidades todos los días de demostrar cosas lindas. Eso también cabe para aplicarlas a la vida, es un todo.
¿Cómo lograste administrar esa mayor exigencia, porque la popularidad en la fama también trae mucha demanda y tiempos de tu vida personal?
Me encanta todo. El hecho de ser popular y que la gente te reconozca, obviamente que por ahí uno algún día está cansado, pero la verdad es que mejor que te pase eso a que no te pase. Una trabaja para que te pase eso, para que tu trabajo guste, que los periodistas llamen porque están interesados en tu laburo. Que el público te reconozca es lo mejor que te puede pasar. Él que te dice que no, miente. Hay artistas que te dicen no me importa si me miran dos o veinte, bueno pero si te miran dos cómo hacés para seguir Adelante… tendrán a alguien que los ayuda o los mantiene (risas). Yo trabajo de eso y si no, no podría comer, pagar la luz, el gas. No sé otra forma, además porque querés que lo tuyo a cuanta más gente le guste mejor. No querés que lo vea uno, por eso está buenísimo ser popular. La tele bien usada está bárbara. Cuando mostrás lo que sabés hacer está buenísimo.
“Que el público te reconozca es lo mejor que te puede pasar. Él que te dice que no, miente. Hay artistas que te dicen no me importa si me miran dos o veinte, bueno pero si te miran dos cómo hacés para seguir Adelante…”
Cuando apareciste en la tele fue explosivo pero estabas preparada. Atrás había toda una formación, ¿verdad?
Sí, creo que mi camino fue despacito, me preparé mucho, estudié con los mejores: con Santiago Doria, con (Pepito) Cibrián, esas audiciones de Cibrián que te fortalecen mucho como artista.
¿Cuándo sentiste que no te bajarías de las tablas?
Siempre creí en mí y mi marido también. A veces por ahí decía: “uy, pero es muy difícil”. Sin embargo, él creyó mucho en mí, trabajé de esto. Nunca hice otra cosa. Por el “pancho y la coca” al principio, pero nunca paré. Si bien, no era conocida, hice muchísimo teatro, shows, eventos, fui a Perú donde hice televisión. Una mira para atrás y hay un gran recorrido. Todo eso llega un momento, pienso que todos los que tenemos las ganas, en algún momento la oportunidad se da.
De chica imitabas a Xuxa, ¿ya la sacabas bien o esto de la perfección fue llegando después?
Estaba la chispita al empezar, cuando uno era chico empieza jorobando con voces, con imitaciones, sería algo gracioso pero para entrecasa no para subirse al escenario, no era profesional. Después con los estudios se va aplicando todo lo que ha estudiado. Además, cuando era chica tampoco pensé que me iban a dar bolilla en esto porque no conocían a una mujer que haga imitaciones. Sí mujeres que hacían humor, imitaciones eran más de hombres. Entonces no me tenía mucha fe antes, lo hacía como un juego.
Aparte las imitaciones eran el relleno hasta que aparecieron Nito Artaza, Cherutti, Martín Bossi, vos, llevándolo como al espectáculo. ¿Sentís que remabas doble, por el hecho de ser mujer y que no había tanta trascendencia en tu género?
Es verdad, siempre se dio como algo de rellenito en las obras de teatro, algo para que se cambie la estrella. He hecho un espectáculo basado en eso, tanto en mi caso como el de Martín, y gracias a Dios nos fue muy bien, con premios incluso, desde Martín Fierro hasta Estrellas de Mar, o en Carlos Paz. Se está reconociendo, se está pisando fuerte, hay que hacerlo con profesionalismo y dedicándole mucho tiempo porque esto es algo en serio. No es joda, no es “me pongo una peluca y salgo a hacerme la payasa”. Realmente hay que dedicarle mucho.
¿Qué cosas te hacen mimos al alma?
Un poco de todo. Esto del cariño de la gente es increíble, yo sinceramente me acerco a ellos porque me hace bien. Cuando se quedan para esperarte después de dos horas de un show es magnífico, es una caricia, los premios. Un ensayo también es un mimo porque uno explora, se junta con los compañeros, son cosas gratificantes que tiene la profesión.
En un año donde hiciste cine, teatro y televisión, ¿con qué actividades bajabas un cambio?
Si te soy sincera este año no tuve vacaciones. No tuve tiempo ni para hobbies o semanas de relax acá o allá. Después de llegar de Carlos Paz, empecé a filmar Bañeros, más tarde la gira, la tele, armar el espectáculo nuevo. Este año fue bastante movidito. Espero el año que viene programarme para estar más tranquila, si no pobre cuerpo, no va a dar más. Después de Mar del Plata espero unas vacaciones. Otra cosa es que quiero hacer yoga y organizarme de una mejor manera en cosas que me gustan mucho.
Te siento tan exigente y perfeccionista en lo laboral que deberás tener tus imperfecciones como mujer, no me refiero a la estética lógicamente…
(Risas) Te confieso que este año no me he dedicado mucho a cocinar a pesar de que me gusta mucho y creo tener buena mano. Este año no tuve tiempo y fue mucho de comer afuera o comprar hecho, todo un desastre. Muchas corridas de acá para allá, pero gracias a Dios el trabajo gustó mucho y hubo muchos requerimientos. Para el alma del artista está muy bien. Sólo falta organizarme un poco mejor para el año que viene.
Hablando del futuro, es el mes de los deseos y esperanzas, ¿Cuáles son los tuyos?
Hoy (piensa)…lo que más anhelo es ser mamá, esa es mi asignatura pendiente y está dando vueltas, me encantaría y es lo primero que se me viene a la cabeza.
¿Cómo te vez en ese rol, ya que no podrás escudarte en ningún personaje?
Siempre digo que cuando tenga un hijo lo voy a tener cortito (risas), pero lo digo ahora y hay que ver en el momento. Pero cortito para que salga bien eh, soy muy exigente en todo, no sólo en el trabajo.
Creo que lo de la exigencia quedó claro en esta nota…
¿Te parece?
Fotos: Marcelo Cepeda / Producción y Estilismo: Baba Founrouge para Founrouge Laboratorio de Estilo