Los flashes de los fotógrafos y los móviles en vivo de los canales de televisión que se instalan en verano en Córdoba apuntan a un solo lugar: Villa Carlos Paz, La meca del teatro mediático donde conviven algunos consagrados con famosos express y mujeres de escasa indumentaria en obras guionadas a las apuradas.
Salvo por el reciente paso del “Dakar” y la trascendencia de festivales como Jesús María y Cosquín –también en su versión rockera-, en temporada estival no se acostumbran alusiones a la extensa provincia mediterránea. Por eso, lugares emblemáticos del turismo no tienen actualmente la repercusión de otrora. Uno de ellos es Alta Gracia, una ciudad que reúne numerosos atractivos para recorrer.
LA CONTEMPLACIÓN
Nuestra vida acelerada del siglo veintiuno nos fue alejando de una práctica básica y embellecedora del alma como es la contemplación. Es tal el exceso de información y de tecnología que –incluso en momentos de descanso o turismo-miramos sin ver, masticamos rápido, corremos para no perder tiempo, vamos a donde nos dirige el marketing. Buscamos ganarle el lugar al “de al lado”, de una fila innecesaria.
A fin de cuentas, contemplar es una actividad perezosa, poco lucrativa, es cierto, pero enriquecedora y necesaria. Con ella en Alta Gracia es posible descubrir más allá de nuestras narices. Hay diversas maneras de abordar a la ciudad, empezar por los sitios más renombrados o recorrerla de a poco, preguntando a los vecinos. Cualquier opción será adecuada si se dispone de tiempo.
Probablemente la opción más lógica de desembarco sea en el histórico Tajamar, ubicado frente al Casco de la Estancia Jesuítica Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Conocer de día sus instalaciones, la perfección de la construcción, el esfuerzo, apreciar los objetos, la majestuosidad de la Iglesia, imaginar aquellos momentos del pasado. Dejar de mirar el reloj y obtener una visión nocturna de esa postal (como acompañamos en imágenes), toparse con los artesanos y transeúntes, disfrutar de los sonidos callejeros. Dentro de la ciudad, se distinguen las fachadas de algunos barrios antiguos, la vieja estación de trenes y la identidad de una ciudad con una extensa y colorida historia.
DOS MUSEOS
Para muchos la esencia de las personas reside en la infancia, en esos momentos de formación y juegos sin responsabilidades. Conocer una parte de la vida de Ernesto Guevara de la Serna en una Casa Museo constituye una experiencia ineludible. Revalorizada en los últimos tiempos ―lleva poco más de una década de su inauguración― Villa Nydia era una de las viviendas habitadas por la familia Guevara de la Serna. En las salas se muestran las vivencias en Alta Gracia, hábitos que contribuyeron a crear la personalidad y el carácter de quien se proyectó en la historia como “El Che”. El Museo muestra el honroso tributo de la tierra que lo vio crecer, a su memoria, a su vida digna y a su ejemplo para las nuevas generaciones que encuentran en ésta, su casa, el eco de sus pasos. Aquí se perpetúa un sentido homenaje, al niño, al joven, al amigo, a la figura universal: “El Che”, se escucha y lee al arribar. Las guías del lugar explican que los problemas bronquiales con los que nació Ernestito se transformaron en asma. A fines de 1932 la familia, por consejo médico, se trasladó a esta ciudad, buscando una solución para su enfermedad que lo acompañaría el resto de su vida. Por aquellos tiempos, además de ser un lugar turístico por excelencia, Alta Gracia era muy buscado por las personas con afecciones respiratorias, por su clima seco con aire puro y tonificante. La familia Guevara residió durante once años (1932- 1943), permitiéndole a Ernestito realizar una vida activa. A pesar del asma, practicó varios deportes que generaron en él un espíritu de disciplina y autocontrol. También por el clima se instaló en la ciudad la familia Gallardo, si desean leer algún libro, una opción puede ser “Nuevas historias de Córdoba” de Jorge Camarasa. Hay un capítulo especial sobre la estadía de Ángel Gallardo en Alta Gracia, algo muy poco difundido.
El otro museo que se recomienda visitar es el situado en el chalet “Los Espinillos”, dedicado al compositor Español Manuel de Falla. Inaugurado el 14 de noviembre de 1970, en sus salas se exhiben objetos personales, libros, mobiliario, vestimentas y correspondencia. Por ejemplo, en la sala Juan José Castro se exhibe el reconocido “minipiano” utilizado por el maestro, marca The Eavestaff.
De Falla residió en las sierras cordobesas durante siete años. Exiliado en 1939, al término de la Guerra Civil Española, se afincó en ese chalet, donde trabajó incansablemente en su inconclusa obra “Atlántida” hasta 1946, año de su fallecimiento. Cada año, a principios de diciembre, se realiza el Festival Internacional Manuel de Falla en diversos escenarios de la ciudad, al aire libre y con la presencia de músicos de enorme prestigio.
SIERRAS HOTEL
Construido sobre una colina en medio de un barrio residencial, el mítico SIERRAS Hotel de principios del Siglo XX, reinaugurado por la cadena Howard Johnson, es quizás ―en el segmento de hotelería― el lugar más significativo en la provincia, combinando relajación, comodidad y un entorno incomparable. Sus amplias habitaciones poseen balcones en sus legendarias galerías, el aire puro impregna el lugar apenas uno se instala en sus cómodos sillones. Sin embargo, una de las tentaciones es caminar por el extenso parque o realizar un circuito con ―el hoy de moda― “running”, el nuevo deporte popular.
El complejo original se inauguró a fines de 1908, convirtiéndose en un punto de encuentro de la “aristocracia” de entonces. En el coqueto restaurante actual se exhiben publicidades de la época donde se destaca la frase: “Alta Gracia, salud y placer en Sierras hotel” y la leyenda: “dotado del más refinado confort moderno, temperatura ideal, recomendado por todas las eminencias médicas. Con los mismos recreos que Montecarlo”. El constructor original fue Guillermo Neri, con el proyecto de un arquitecto inglés, de reconocida experiencia en este tipo de emprendimientos. Tal vez, su huésped más famoso fue Albert Einstein, que recordaba su paso por el hotel en 1925. Además era visitado -durante largas temporadas- por Alfredo Palacios, Federico Leloir, el escritor Mujica Lainez, Juan Manuel Fangio, el doctor René Favaloro o personajes de la televisión como Mirtha Legrand y Niní Marshal, además de otras personalidades de la ciencia, las artes y el deporte. Era muy usual en ese entonces el turismo desde Buenos Aires en un tren que partía desde Retiro y llegaba directamente a las cercanías del hotel.
Aparte de recomendarles el paseo por el extraordinario parque de 14 hectáreas diseñado por Chalos Tays, el SIERRAS actual, entre otros atractivos, cuenta con casino, salones de convenciones, habitaciones en suites, spa con sala de masajes, gimnasio, cancha de tenis, sala de relax, piscina cubierta y otra descubierta de grandes dimensiones custodiada por guardavidas, restaurante de nivel internacional, business center y Wi-Fi en todas las extensas áreas comunes.
EL TURISMO RELIGIOSO
El turismo religioso tiene una importante presencia en la ciudad con la Fiesta Patronal en honor a la Virgen de la Merced, donde una gran cantidad de fieles concurre a pedir bendiciones cada 24 de septiembre.
Asimismo, desde hace años me atrae la multitudinaria procesión que se realiza cada año hacia la réplica de la Gruta de la Inmaculada Concepción que se edificó en Francia tras la milagrosa aparición de Lourdes en el siglo XIX. La misma ocurre cada 11 de febrero y es conmovedora. Como si fuera poco, en 2011 sorprendió una “imagen” de la Virgen plasmada en un sector de la capilla que posee el lugar, generando conmoción y la llegada de miles de personas que acuden día a día al santuario. Con mi familia nos enteramos de casualidad y decidimos comprobar esa imagen que se observaba en una pared desnuda. Antes que la fe, fue la curiosidad la que nos motivó a visitarla. Sin dudas que resultó impresionante ver lo que allí sucedía, algo más allá de la percepción mental, la experiencia ingresa por los ojos, el dibujo perfecto de la Virgen de Lourdes como calcado de la imagen natural de porcelana que antes estaba en el lugar. Incluso el dibujo de una corona que en otras ocasiones la encontré de otras formas. Un hecho que no tiene explicación racional o científica. Cuando esto sucedió por primera vez, allá por el año 2011, en un fin de semana fueron más de 50.000 personas y no ha pasado ningún día en que no haya fieles que la visitan. Debido a los comentarios inexactos de algunos medios de Comunicación los padres Carmelitas Descalzos a cargo de la gruta emitieron un comunicado oficial en su momento en el que se aclara expresamente que: “(…) nos vemos en la obligación de declarar que la manifestación de la Santísima Virgen en la Iglesia del mencionado Santuario, no tiene por el momento explicación”. Algo similar expresaron oficialmente desde los párrocos de la Iglesia. Como sea, incluso para los no creyentes, la experiencia es movilizadora.
LAS COLECTIVIDADES Y LAS ACTIVIDADES DE VERANO
Para disfrutar en familia, cada día de la temporada 2015 hay actividades en la ciudad que van desde ciclos de cine en los barrios, de títeres, de circo y teatro, tango, humor, noche en los museos o el destacado “colores del mundo” donde músicos de diversos géneros realizan actuaciones en variados espacios. Además, se realiza una exposición sobre “Saint-Exupéry”.
Desde el 31 de enero al 7 se febrero se realizará el XXVIII Encuentro Anual de Colectividades, la fiesta mayor de la ciudad que en la última edición tuvo más de 120.000 asistentes, entre las más convocantes de la provincia. Se trata de un festival de excelente nivel gastronómico, con platos típicos de distintas vertientes del mundo y una grilla de artistas populares que se presentan cada noche. Además, a partir de este año se realizará la elección de la reina. Desde los Tekis, Sergio Gallegillo o Los Manseros Santiagueños hasta el exitoso Abel Pintos y Soledad animarán el escenario principal.