En el Dique Cabra Corral, situado a 65 km de la ciudad, 127 km cuadrados de agua lo esperan en el inmejorable marco de los verdes cerros circundantes. Este espejo de agua, mágica postal salteña, es el lugar ideal para el turismo alternativo y la práctica de deportes de agua.
Situado a 65 km de la ciudad, 127 km cuadrados de agua lo esperan en el inmejorable marco de los verdes cerros circundantes. Este espejo de agua, mágica postal salteña, es el lugar ideal para el turismo alternativo y la práctica de deportes de agua.
Los números indican que Cabra Corral (nombre castellanizado del antiguo quechua que le daban los antiguos pobladores de la zona) es el segundo embalse más grande de Argentina, además de la principal reserva hídrica del Noroeste Argentino, aportando agua de riego para 110.000 hectáreas entre las provincias de Salta y Santiago del Estero. La cantidad de visitantes que recibe al año indica que es una excursión ineludible para los amantes de los deportes acuáticos y extremos.
Desde la navegación a vela, el esquí acuático o el kayak, pasando por los recorridos en motos de agua o catamarán, hasta los aventureros bungee jumping, tirolesa, rafting en los rápidos del Río Juramento o canopy, para los amantes de las alturas, siendo uno de los más largos de Sudamérica. Todas las actividades de entretenimiento están contempladas. Pudiéndose conjugar también la diversión con la observación de huellas de dinosaurios y algas fósiles en la exploración de cuevas con pinturas rupestres ubicadas en la vecina localidad de Guachipas. A dos horas, en el “Paraje de las Juntas”, las “Cuevas Pintadas” son atractivos para grandes y chicos. Se trata de una serie de aleros con pinturas rupestres que datan de entre el 900 y el 1470 de nuestra era. Un atractivo especial para los amantes del turismo arqueológico, un clásico de la zona y el noroeste.
Para quienes prefieran algo más tranquilo, se ofrecen apetecibles cabalgatas y trekking por los montes y cerros lindantes con una inolvidable vista del lago (en especial si tiene la suerte de poder detenerse a ver la puesta del sol en las alturas). Además la pesca se da muy bien en este resguardo (pejerreyes, bogas, bagres y sábalos).
Clubes náuticos, de pesca, diversos hoteles y establecimientos gastronómicos esperan al turista con una amplia oferta de opciones que se adaptan a su bolsillo tanto como a sus gustos.
