Este sábado 20 de diciembre, 17 agrupaciones musicales de toda Latinoamérica realizarán un festival web. Entre ellas, la Orquesta Maestro Montivero de La Rioja.
Ya desde el principio, cuando empezaban los encierros compulsivos y las prohibiciones maquilladas, surgió la necesidad de cortar con la cuarentena y para hacer hubo que volverse creativos. Algunos salieron a dar conciertos en los techos y balcones, otros se volcaron a las redes sociales y lo audiovisual, algunos aplicaron el distanciamiento con atrevimiento en eventos deportivos y musicales (fiestas).
Para muchos, descubrir Zoom, Skype o Google Meet les revolucionó la vida. Universidades, escuelas, empresas y dependencias estatales, todos aprendimos de una forma u otra a comunicarnos en la distancia absoluta del Covid-19. En ese embrollo se vieron envueltas las orquestas y los coros y más afectados que otros porque, ¿en qué lugar del mundo se puede coordinar más de 30 músicos cada uno con una conexión y un servicio de internet fluctuante?
Para muchos, mantenerse ensayando y aprendiendo fue más un acto de fe que de voluntad: las clases y ensayos empezaron a depender de cada uno con un seguimiento dosificados de los docentes y a esperar lo mejor. Esta era la situación de la Orquesta Juvenil Maestro Montivero de La Rioja cuando en Octubre recibieron una invitación muy especial.
La Orquesta Montivero tiene una historia muy particular porque nace en 2010 siguiendo el ejemplo del Sistema de Orquestas juveniles de Venezuela, el mítico programa creado por el maestro José Antonio Abreu que hizo escuela en el mundo entero. Esta Orquesta, ahora parte del Centro de Animación Sociocultural de la Capital riojana, se preparaba en buen orden para celebrar sus primeros diez años, con la expectativa de tirar la casa por la ventana y demostrar el impacto que habían logrado. Sin embargo la pandemia.
Decepcionados pero nunca desmotivados, sus directores y docentes comenzaron a mantener un régimen de clases a distancia como mejor pudieron mientras por detrás se iba gestando algo muy interesante. Un grupo de instituciones a lo largo y ancho de Latinoamérica, cerca de 17 entre tríos, cuartetos, orquestas y coros, se juntaron para armar un festival o, mejor dicho, un Webstival Sinfónico, una manera de volver al ruedo, de burlar el encierro y refrescar la imaginación.
Todo comenzó con una idea que circuló entre los grupos y foros de músicos venezolanos, muchos de ellos desperdigados por el mundo en un éxodo involuntario, algunos de ellos como César Nogera y Andrés González pasaron por la Feria de la Música 2018 de La Rioja y crearon una feliz y productiva amistad con los músicos locales, especialmente con Roberto Maldonado, quien coordina la Orquesta Montivero y otros proyectos musicales de esa provincia.
Como el propio Maldonado nos cuenta, una vez invitados a participar del encuentro online, las dudas quedaron en saber que tanto había desgastado la cuarentena la coordinación de los pibes de la orquesta. Afortunadamente el talento probaría estar intacto. Según el sistema que adoptó el webstival, cada organización debía grabar su intervención editarla y enviarla; los participantes riojanos, la Orquesta Infanto Juvenil Montivero dirigida por Walter Páez y el Coro de Niños Corallius de Andrea Aventuroso, decidieron que no podían permitirse una gran trabajo de edición con collage de pantallas y una edición compleja y optaron por algo mixto entre presencial y aislado.
Esto significó que grabar sería un negocio expeditivo y directo: se dividieron en varios grupos que acudieron en días sucesivos y tras una hora de práctica, grabarían durante dos más, siempre respetando las normas de distanciamiento pero haciendo uso de la apertura que para esos días ya regía en todo el país. Luego, en una grabación aparte, se juntarían todos para una toma playback rápida y de una sola tirada.
La cita de este tremendo evento será esta domingo 20 de diciembre desde las 19 horas en argentina y verá a los jóvenes riojanos participar con agrupaciones de Argentina, Brasil, Chile, Canadá, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, País Vasco, República Dominicana, entre muchas otras. ¿Qué hay detrás de esto? El amor al arte, la necesidad de expresar el talento y también, como nos explica Maldonado, compartir con los demás miembros de la comunidad de músicos, un contacto vital para mejorar y crecer, que es lo que a una provincia como La Rioja, tanta falta le hace.