Flamencos, llamas, guanacos, vicuñas, cactus y cardones, eternos salares, montañas y volcanes, ropas coloridas, tejidos únicos, exquisitos preparados de maíz, el quechua, la celebración de la Pachamama, música de cuerdas y aerófonos varios.Todos elementos distintivos de una cultura que también puede identificarse, conocerse y disfrutarse en Salta.
Cerca de los dioses
Para los que buscan destinos exóticos, el lugar indicado es el pequeño poblado de Tolar Grande, inmerso en el mágico desierto de la Puna salteña. Paisaje imperdible, digno de película, permite acceder a lo más profundo del desierto puneño y contemplar los gigantes de la zona es decir a los volcanes más significativos de la región como son el Llullaillaco, Socompa, Arizaro, Aracar y Guanaquero todos superan los 5000 m.s.n.m siendo el primero la altura máxima de la provincia 6739 m.s.n.m.
Ojos de Mar y Estromatolitos: otro de los paisajes imperdibles lo representan los Ojos de Mar, pequeñas lagunillas en medio del Salar de Tolar Grande; en este lugar recientemente se produjo un increíble hallazgo biológico como son los estromatolitos vivientes (agrupaciones de microbios fotosintéticos asociados a bacterias que van formando rocas orgánicas); podríamos decir que son piedras vivas que cuando mueren pueden permanecer en el tiempo como fósiles, ya que datan de hace 3 billones de años. Los estromatolitos de Tolar Grande son los únicos conocidos en el mundo a tanta altura y es el único lugar de nuestro planeta donde coexisten estromatolitos fósiles y estromatolitos vivos.
Montañismo: Para expertos y aventureros, el desafío de la alta montaña. Ese ambiente que está signado a los dioses antiguos y osados montañistas del presente. En esta región de los Andes, se puede ascender a numerosas altas cumbres veneradas como dioses por los Incas, y convertidos en los santuarios más altos del globo.
En las cercanías del pueblo: cuatro son los circuitos tradicionales para recorrer a pie o en bicicleta de montaña, ellos son: además de los mencionados “Ojos de Mar” se puede disfrutar el llamativo cerro conocido como “Cueva del Oso” se trata de un pequeño morro perforado naturalmente por la acción del viento, el agua y la arena; “El Arenal”, sitio ideal para la práctica del Sandboard y “Los Miradores” dos pequeños cerritos perfectamente erguidos de los cuales se admira un extremo oeste del enorme Salar de Arizaro (5500 m2), el mas grandes de Argentina como así también los imponentes volcanes que lo rodean.
Localidades como Tolar Grande, bien pueden ejemplificarse en la celosa conservación de sus costumbres ancestrales tales como las ofrendas a la Pachamama, las apachetas, el hábito del coqueo, entre otras. Sus habitantes, desde tiempos prehispánicos, lograron adaptarse a las duras condiciones climáticas y construir en esta tierra su mundo único e irrepetible. Todos estos elementos tan distintivos de la cultura andina es uno de los aspectos más interesantes de esta alejada pero maravillosa región.
En cuanto a los sitios para alojarse, en Tolar Grande se cuenta con una pequeña pero acogedora Hostería Municipal de 6 habitaciones con baño privado y con un Refugio también Municipal con capacidad para 36 personas en óptimas condiciones para recibir turistas.
No se debe olvidar que por estar a los 3500 m.sn.n.m y el muchas veces debido al cambiante clima, se puede desencadenar en el visitante el malestar conocido como “soroche o apunamiento”, no se debe temer, pero si tomar ciertas precauciones para evitar este mal de altura, a saber: el primer día regule sus esfuerzos físicos, camine lento y manténgase hidratado, de ser posible, coma liviano y lleve ropas cómodas. Por lo general los días son soleados y las noches frías. En su travesía, puede aprovechar para adquirir, a un costo accesible, las imperdibles telas y tejidos en lana de llama, junto a las hierbas típicas de la zona.
ASCENSO A LA MONTAÑA SAGRADA MACON
Desde tiempos prehispánicos el Macón fue ascendido por los habitantes de los Pueblos Andinos, quienes en su cima veneraron a la “Madre Tierra”, con ofrendas de diversa índole. Para cerrar el pacto con la “Pachamama”, le dejaban unas piedras en su altar en su “Apacheta”, al mismo tiempo que agradecían por lo brindado a lo largo del año y pedían por un futuro próspero para todos. El Macón fue adorado en tiempos pasados por los Incas, evidencias que se encuentran en las construcciones sobre su ladera Este y la observación de tiestos de cerámica y fragmentos de textiles en superficie que atestiguan la intervención de esta civilización en la Cumbre Sagrada. (Ceruti 1999).
En la actualidad cada 3º Sábado de Noviembre, los habitantes de Tolar Grande realizan la ceremonia anual del “Ascenso a la Montaña Sagrada Macón 5611 m.” para dar gracias por el agua que esta montaña les provee y permite que la vida se desarrolle en esta árida región de la Puna Salteña. Se trata de la única comunidad en Argentina que realiza ascensos de Alta Montaña tal como lo hacían los Incas para cumplir con su ancestral pacto de respeto y entrega mutua con el Tata Macón y con la Pachamama, una experiencia inolvidable. Este evento al tener un carácter ceremonial cuenta con un cupo de turistas que no pueden sobrepasar las 40 personas.
MAAM LEGADO INCA y QHAPAQ ÑAN
En el centro de la ciudad de Salta se encuentra el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM), el cual se creó para preservar a tres Niños Incas congelados los cuales fueron encontrados en perfecto estado de conservación en cercanías de la cima del volcán Llullaillaco a 6.700mts sobre el nivel del mar.
Hoy conocidos como “Los Niños de Llullaillaco” se encuentran en este museo junto a una muestra permanente de los distintos objetos, herramientas y utensilios que formaron parte del ajuar con el que fueran ofrendados por cuestiones religiosas hace más de 5 siglos.
Algunos datos de la expedición al Llullaillaco
Sorprendió el estado de conservación de las “momias”, atribuido al extremo frío de esas alturas. El Niño, La Doncella y la Niña del Rayo, fueron los nombres otorgados a estas maravillas arqueológicas por el hombre que lideraba la expedición que los encontró, el Dr. Johan Reinhard, junto a otros 14 especialistas.
Estudios posteriores de los científicos constataron que se trataba de un importante y destacado “Santuario de Altura” donde se ofrecía a los dioses un ritual conocido como “Capacocha”. Junto a los Niños, se encontraron 146 objetos: estatuillas de oro, plata, tejidos y spondyllus que componen el ajuar; y que hoy se exhiben en forma interactiva en el museo, y permiten conocer la historia, vestimentas, alimentación y rituales de los Incas y su influencia en la región del Norte Argentino.
Como complemento para la capacidad didáctica que, de por sí, todo museo posee, se encuentra también aquí el Centro de Información Andina. Una completa biblioteca y videoteca donde podrá accederse en diversos formatos a una completa colección de elementos relacionados a la cultura andina. Se podrán encontrar libros de Historia, Arqueología, Lengua Andina, Literatura, Geografía, cuentos andinos, Mística, cancioneros y partituras de música andina. Y, lo más importante, con un enfoque americanista. Porque el MAAM es un sitio donde la identidad andina no sólo se recuerda, sino que también se construye. Esfuerzos en pro de un Ser Americano.
En el MAAM no solo se encuentran objetos relacionados a los Niños y al máximo Volcán de Tolar Grande sino también otras salas que tratan sobre la cultura andina y una sala especialmente dedicada al Qhapaq Ñan el antiguo sistema vial andino que logró unir a toda la comunidad de los Andes y que la UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad en junio de este año. Una excelente posibilidad entonces de apreciar y comprender, en pleno casco histórico de la Ciudad, los secretos de la alta montaña, testimonios de la antigua Cultura Inca.
www.maam.org.ar