Hasta el 10 de diciembre de 2020, Cyberpunk 2077 fue el mejor juego del año, posiblemente de la década; uno de los títulos que revolucionó la forma de jugar, una ejemplo de cómo un pequeño estudio surgido en el patio de atrás de la industria, en Polonia, podía vencer a los gigantes y ofrecer calidad, jugabilidad, historia envolvente; sin perder de vista las necesidades de los usuarios y respetando a los empleados que lo hicieron posible.
Hasta el 10 diciembre Cyberpunk fue todo eso. ¿El problema? Que hasta ese día Cyberpunk 2077 no había visto todavía la luz del día. Este juego, creado por el estudio polaco CD Project RED fue de todo en la mente de una enorme marea de fans sobrexcitados. A priori, semejante hype parece el sueño de cualquier estudio desarrollador de videojuegos: saber que la gente está tan apasionada por lo que se viene que te pre-compran el producto y te aseguran el reembolso de las inversiones. Teniendo en cuenta que muchos estudios se hacen y deshacen con el destino de un solo título, CD Project estaba en una situación envidiable.
Pero entonces se estrenó el juego y como un polvorín, los peores presagios se hicieron realidad y el público se dio de bruces con un producto que estaba lejos de terminado: lleno de errores, bugs, crashes y diseño de juego de dudosa calidad… y esto en su mejor cara, la de PC, porque lo que se vio en el lanzamiento en consolas (las Xbox de Microsoft y las PlayStation de Sony) era directamente injugable.
De golpe, los ocho años de penoso desarrollo y los dos años de magnifico marketing de la mano de una presentación legendaria en la E3, empezaron a jugar en contra. Toda esa pasión, ahora herida por promesas incumplidas (y en muchos casos incumplibles) iba a fermentar en bronca del más alto octanaje. Pero lo que ocurrió es distinto de otro caso emblemático como el de Games of Thrones, donde una paulatina decadencia en la calidad chocó con una inflación sideral de las expectativas por el final.
CD Project RED venía de éxito tras éxito, entregando uno de los mejores juegos de todos los tiempos en la forma de The Witcher 3 y si con eso no bastara, públicamente se instalaron como una compañía en las antípodas de los grandes estudios ávidos de dinero al ofrecer contenido gratis y solo cobrar por aquello que realmente lo valía y a un precio razonable.
Ahora todo eso se fue al tacho y ni los fans que contaban los días para el lanzamiento y explotaban con cada retraso están dispuestos a sostener la reputación del estudio polaco y el “juego del año”. Y no estamos hablando de un fracaso económico, que muchas veces es lo único que importa, porque de hecho el juego alcanzó el rango de platino a dos semanas de su lanzamiento (y lleva más de 13 millones de copias vendidas) y ya había pagado todas sus inversiones en la preventa. El fracaso de CD Project RED quedará en el ámbito de lo simbólico como uno de los peores lanzamientos en la historia de los videojuegos.
Lo más triste de todo es que Cyberpunk es un gran juego. Tengo la fuerte impresión que de haber tenido un lanzamiento más prolijo en consolas, el mundo habría obviado la larga ristra de bugs y mecánicas flojas. Si TES V: Skyrim es hoy considerado lo mejor de lo mejor habiendo sido lanzado con mamuts voladores y NPC en pose de T por todos lados, tal vez lo mismo hubiera alcanzado aquí. Pero lamentablemente, el fiasco en Xbox y Playstation, donde hoy descansa la mayor parte de la horda gamer, fue un error imperdonable y de golpe hasta el más minúsculo error termina en un meme.
Lo más parecido a esto fueron los lanzamientos de No Man Sky y Mass Effect Andromeda, grandes ejemplos a la hora de mostrar lo toxico que puede ser inflar un título pero también dos formas distintas de abordarlo por dos empresas totalmente opuestas. Ambos juegos salieron al mercado con una serie de faltas y contravenciones que enfurecieron a los fans y convirtieron a ambos títulos en un chiste andante.
En el caso de ME Andromeda, a los bugs y crashes se le sumó una historia floja y una decisiones creativas lamentables. En cambio, el juego espacial de Hello Games salió al mercado con pocas o ninguna de las promesas que se hicieron durante el desarrollo. En el primer caso, los creadores quedaron impotentes frente a las críticas y las risas; hasta que los dueños poderosos (EA) decidieron pegar un tiro de piedad a la pobre criatura (cancelaron hasta los DLC). En el segundo caso, sin embargo, se cocinó una historia de redención para contar a los nietos, donde un grupo dolido de emprendedores se cargó al hombre el fracaso, cuchillo en dientes, y transpiró la camiseta. Hoy ME: Andromeda es un viejo y polvoriento recuerdo mientras No Man Sky es un juegazo.
¿Qué camino seguirá Cyberpunk? La esperanza es que, con los antecedentes de escuchar a la crítica de sus creadores, esta tremenda cachetada los fuerce a levantar la calidad no solo en los parches sino también el contenido extra que se rumorea será jugoso. Sería una pena que este juego con una historia escrita con gran calidad y un universo apasionante y creativo se diluya por un breve pero irredimible error de criterio.
Queda claro que Cyberpunk 2077 no debió haber salido nunca al mercado como lo hizo porque cada error conspira contra la inmersión de un juego muy, pero muy inmersible. Todavía pude levantarse y ganar la pelea. Depende de sus creadores, que hoy tienen los bolsillos llenos de guita y bronca de sus fans. Solo a ellos les corresponderá decidir de qué forma pasarán a la historia.