Nati Pastorutti: bien de familia

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La cantante cierra el año con un show virtual gratuito y presenta un nuevo sencillo: “La voz de la alegría”, una canción ultra pegadiza y radial. Mientras espera su segundo hijo, desde la tranquilidad de Arequito repasa junto a Random varios aspectos de su carrera.

En el año del cimbronazo mundial por la Pandemia, Nati Pastorutti cierra el año tal como lo inició: cantando. Y lo hace con un nuevo corte que propone justamente “recomenzar”, “no mirar hacia atrás”, “todo es posible si tienes Fe”. Esas frases sueltas que conforman la canción pueden parecer máximas de autoayuda pero tanto este nuevo trabajo que presentó: “La canción de la alegría”, como cada paso que ha dado en los escenarios -junto a su hermana Soledad- o en los discos que editó; poseen el mismo hilo conductor: la potencia de un estilo radiante. Cuando una la escucha cantar percibe un aura optimista, una energía evolutiva, cuando se la descubre en la intimidad de su hogar y en la calidez de la familia constantemente reunida; comprende la verdad de su arte. Nati recomienza sus días en la simpleza y ahí encuentra la armonía que expone.

La cantante presenta este miércoles 23 de diciembre (a las 22:00, con acceso libre y gratuito a través de YouTube) un show virtual para sus seguidores, donde sonarán clásicos del folklore que ya editó y sencillos de su próximo trabajo, “este fue un año complicado para todos, no sólo por la Pandemia, y nosotros no sabíamos que brindarle a la gente pero queríamos tener un contacto y un acercamiento y la mejor forma es brindarle la música. Lo que uno hace y se disfruta. Decidimos hacer un mini streaming que tendrá un regalito al final con un estreno y video nuevo. Estoy contenta porque es un acercamiento y también como un regalo para que el año termine de lo mejor posible”, dice.

Nati hace unos días presentó “La canción de la alegría”, una composición de Darío Pacheco con letra de Alejandro Montalbán, que invita a renovar la esperanza luego de un año difícil, a contemplar que siempre habrá un día después para intentar de nuevo y poner los sueños a volar. “Es un trabajo que uno le pone mucha energía y tiene expectativa cuando lo muestra, nos preguntamos de largarlo en esta época, porque cuando llega Navidad, fin de año, la sensibilidad se pone un poco diferente en todos y cuando elegimos este tema recién empezaba la Pandemia. El tema para nosotros siempre se llamó Recomenzar, casi todo el tema lo trabajamos pensando en ese concepto a pesar que el título actual lo dice el estribillo. A medida que pasaba el tiempo y la Pandemia, creímos que cada vez era más acertado o más fuerte por lo que decía la canción y lo que estábamos viviendo”, cuenta a Random.

La arequiteña inició su carrera artística a los 13 años junto a su hermana Soledad con quien realizó más de dos mil shows; viene de recorrer con gran éxito durante el verano los principales festivales de la Argentina junto a su banda como solista conformada por Diego Cuello y Ulises Basualdo en guitarras, Franco Morra en bajo, Ezequiel Suárez en batería y Pedro Pacheco en dirección musical. El dominio del escenario, su voz clara y potente, sumados a su larga experiencia artística forjaron las bases para una sólida carrera solista en ascenso que lleva dos discos editados y cuatro singles, con el nuevo material.

Un posible hilo conductor que conecta tu estilo se basa justamente en lo que propone este corte: la alegría. ¿Es así esta constante?

Vos sabés que ahora que me lo decís, creo que eso lo adquirimos de mi papá (Omar Pastorutti), siempre fue una persona que tiró para adelante, que luchó, tenía un objetivo y no le importaba otra cosa, luchaba para poder cumplirlo. Desde ese lado, del optimismo, de la paciencia, del sacrificio, del no enojo, es nos transmitió mi papá. Siempre fue una persona con serenidad que tiraba para adelante. Cuando empezó con todo esto que inició con mi hermana -y y– después la acompañé- como le ocurre a cualquier persona que inicia un proyecto musical, recibís en su mayoría “no”: “no subís”, “no podés”, “no queremos”, “no nos sirve”. Como que esos “no” a él le daban más fuerzas, pero no desde el enojo, sino del convencimiento de querer hacer las cosas. Tal vez eso nos transmitió a nosotros. Y qué mejor que cuando uno hace música trasmitir alegría y cosas buenas, la gente que prende el noticiero no quiere seguir escuchando esas noticias. Eso es lindo cuando uno tiene la posibilidad de comunicarse socialmente, no sé si todos lo que hacen algo público son conscientes de la importancia del mensaje que transmitís, porque eso la persona lo interpreta y lo adquiere. Hay que tomarlo con responsabilidad.

“Nati hace unos días presentó “La canción de la alegría”, una composición de Darío Pacheco con letra de Alejandro Montalbán, que invita a renovar la esperanza luego de un año difícil”.

Hablabas de tu papá y también pienso en su herencia, las raíces del gringaje de levantar desde cero. Ser un poco porfiados en el buen sentido…

Sí, recibimos el mensaje de mi bisabuela que vino de Italia. En canciones ya mi hermana lo ha cantado e interpretado. Mi bisabuela vino a los 17 años escapando de la guerra con parte de la familia y vino acá y se puso a trabajar, juntaban el maíz. Ella se ponía a cantar en la fila en el campo y alegraba a los otros, esas cosas ya de familia se van transmitiendo y son súper importantes. Cada uno después tiene su personalidad, sus cosas. Y ahí radica el transmitir el positivismo que decís, incluso esa tozudez de hacer lo que uno quiere porque está convencido, creo que está bueno.

El ser mamá, estar embarazada nuevamente, tranquila con las convicciones, ¿Esa plenitud que se percibe se refleja en estas nuevas interpretaciones?

Uno trata de ser consciente de lo que hace, de lo que dice y como lo hace; indefectiblemente la vida –por momentos personales que uno vive- va en conjunto con la carrera. Nosotros empezamos de muy chicas, yo tenía 13 años y pasé muchos momentos que supongo se vieron reflejados en la carrera, después de un tiempo comprendí que esto lo disfrutaba, porque muchas veces me plantee para qué seguir, sobre todo cuando tuve a mi nene que si bien no lo dejaba nunca era un lío llevarlo. Ahí donde decís realmente ¿Tengo que pasar por esto? Justamente ayer con el técnico mientras armábamos las canciones recordábamos un show en Recreo (Catamarca), el hotel era lindo pero cuando llegamos hacía 50 grados de térmica en la habitación y en el show a las 2 de la mañana hacía 30 grados, viste cuando la pasás mal del calor y mi nene que tenía dos años y pico me dice: “vamos a casita”. Yo me preguntaba, pobrecito, ¿Es necesario que pasé por eso? Pero hay que entender que ese es el trabajo de la mamá, después arriba del escenario confirmás el por qué elegiste esta carrera. En este momento trato de tomarla con la mayor responsabilidad posible, en los últimos años dije “esto lo hago porque tengo ganas y porque me gusta”. Obviamente dentro de cualquier actividad hay partes que no te gustan pero si estás convencido de lo que estás haciendo la gente lo siente.

Ustedes podrían haber elegidos otros caminos, pero siempre pusieron lo familiar por encima de todo, ¿no?

La unidad familiar hace eso, con Sole gracias a Dios fueron muchos años siempre lindos, pero viste que tenés altibajos, y cuando volvías de algo súper lindo o no tanto y llegabas a tu casa, tu familia, la gente de siempre, era como decir “senté cabeza de vuelta”. Cuando estaba en la secundaria y volvía de una gira cansadora de viajar y llegar el domingo a la noche tardísimo, pero el lunes ya era otra persona, me hacía bajar los decibeles y pensar en la realidad. A veces estás allá arriba o a veces allá abajo pero lo importante es tener la cabeza fría y tomar buenas decisiones.

Por si las moscas estudiaste las carreras de abogacía y escribanía…

Vos sabés que no ejercí nunca pero mi mamá siempre me recuerda que cuando tenía cinco o seis años yo decía: “quiero ser escribana y ama de casa”. Mi mamá me respondió: “ama de casa no te preocupes que lo vas a aprender seguro”. Después hice la carrera de abogacía y luego escribanía, pero no ejercí por esto, porque gracias a Dios siempre estuvimos con trabajo y viajando de acá para allá. Es un aditamento que te ayuda mucho en la vida, todo lo que suma yo lo adquiero.

¿Cómo te llevás con las redes y la necesidad de likes?

El otro día decíamos –cuando va pasando el tiempo- “en esta época tal cosa”. Ahora me pregunto, esta época qué extraña qué es, cuesta amoldarse. A veces me retan porque yo al celular no lo tengo nunca encima, nunca contesto, a veces me mandan un mensaje y saben que recién lo contesto al otro día, pero la verdad es que con mi nene –sobre todo en la pandemia- y que ellos usan mucho el celular digo: “lo dejo en el escritorio” y cada tanto lo vengo a ver. Creo que es sano además no estar tan pendiente de algo que es irreal. Vos en una red social no vas a subir una foto cuando recién te levantás, cuando estás limpiando o lo que fuere. Que tampoco está mal que subás que estás esplendida en lugares hermosos, hay que mostrar cosas lindas pero no hay que olvidarse que tampoco eso es la verdad y la realidad cien por ciento. Hay que tratar de ser responsables ya que esas cosas transmiten mucho y dicen, por eso hay que transmitir la mayor claridad posible de lo que uno quiere comunicar.

“Hay que tratar de ser consciente y disfrutar de las cosas simples de la vida, de las cotidianas, de un abrazo”.

¿Cómo fue preparar el repertorio y las nuevas canciones?

A pesar que venía haciendo algunos temas de hace algunos años y otros no tanto, pero estuvimos casi tres meses preparando el show porque le tratamos de darle a las canciones cosas nuevas, por ahí alguien lo notó en, por ejemplo, “Pedro Canoero” o “Zamba para olvidar”, porque tampoco íbamos a hacer lo mismo. Está bueno que se note porque realmente trabajamos mucho. En el verano medio que me asusté cuando surgieron festivales importantes y televisivos, no lo esperaba. Si bien sé que tengo el visto bueno de los Festivales y del público por todos estos años acompañando a Sol, siempre fui muy tímida y muy cerrada. Entonces primero me asusté y después lo tomé con mucha responsabilidad porque habíamos trabajado mucho lo que habíamos armado y sirvió porque uno se escucha, se ve y empieza a mejorar en algunas cuestiones que por ahí no les gusta tanto. El balance que tenemos del verano es súper positivo.

Te empujaron a lo más grande para que te animas, se me hace que sos de estar muy encima de todo…

Soy bastante detallista, perfeccionista, todo el tiempo me dicen “así no disfrutás mucho” pero yo aclaro: “así no molesto a nadie con lo que hago” (sonríe). Es sólo conmigo. Mi objetivo cercano es que guste esta canción que se hizo con muchas ganas y sentí que podía transmitir mucho. La satisfacción del artista es que alguien venga y te diga: “me gustó mucho”, “me sentí identificada”, “me llega”, creo que eso es muy fuerte. Y tengo todas las energías puestas en eso.

¿Con qué soñás?

Esta Pandemia y estos meses que estuvimos todos tan extraños, tanto el que tiene diez como el de veinte u ochenta que nunca vivieron la situación que se vivió este año. Lo primero que se me vienen a la cabeza es tratar de ser consciente y disfrutar de las cosas simples de la vida, de las cotidianas, de un abrazo, por suerte con mi abuela y con mi familia tan cercana no tuve que estar tan separada, pero extrañé a tíos y primos. Lo primero que uno sueña es que todos empecemos a tener una situación más normal, que la gente tenga más trabajo, educación, esos son los primeros sueños. Después a nivel personal estoy muy feliz de la familia que estamos formando, que mi bebé nazca bien. En lo profesional que pueda seguir haciendo esto que disfruto mucho. Soy consciente que hay que seguir creciendo mucho pero eso te lo dan los escenarios, cantar una canción y que te salga mal, hasta de los errores se aprende. La conclusión por esta pandemia es que no quiero soñar tan en grande, prefiero que las cosas simples y los objetivos que tiene uno en la vida sean bien concretos y luchar por ellos.

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