Protagonista exclusivo de la música electrónica en la década 90 en Córdoba, arquitecto de profesión, Moroco Colman filmó su opera prima “Fin de Semana” con la que recorrió varios festivales de cine en el mundo.
Atento a las formas y la estética, este director va por más, ahora con su nuevo proyecto de largometraje basado en una historia real que sucedió en Córdoba.
Tu origen fue la música como Dj, concretamente fuiste un referente de la movida electrónica de los 90, inclusive fui “víctima” de tu sets en los históricos discos cómo el “El Sol” o “Infierno”. Además sos arquitecto de profesión. Pasaste de una profesión dura o estructurada, luego usaste lo emocional de la música electrónica para luego desembocar en el cine. ¿Cómo usás ese bagaje?
La música, la arquitectura y el diseño gráfico me sirvieron para hacer cine. Justamente el cine reúne a todas las artes de alguna manera. Para hacer una película tenés que saber de sonido, de escritura, actuación, música para ambientar, las locaciones para filmar que tiene que ver con la arquitectura. Yo tengo oído porque puse música, me ayudó muchísimo para hacer cine. Siempre me gustó hacer cine. Filmar en el 1985 era una utopía, más en Córdoba, era muy costoso todo por la cuestión del fílmico en cuanto a filmar en 35 milímetros. Entonces estudié arquitectura, no era cine, pero era una cuestión sensible que estaba buena y me interesaba. Pensaba en todo de lo formal que lo llevo mucho al cine, en caso de “Fin de semana”, tiene mucho que ver. La película tiene un trabajo de pantalla, son tres lentes diferentes. Hay un bagaje anterior que me sirvió. En el caso mío tiene mucho que ver la parte geométrica de la sucesión de la pantalla con lo que pasa en la película, y como se va cambiando el vínculo entre las dos mujeres. Al igual que el sonido.
Decidiste empezar a estudiar de nuevo a tus 37 años ¿Cómo lo viviste después de ya haber estudiado otra carrera como era arquitectura?
Haber estudiado tanto una carrera como la otra da herramientas básicas, después tenés que ponerle vos el plus. Pero esas herramientas son muy importantes también. Cuando vos te recibís en arquitectura estas en bolas también, tenés que ir a las obras, estar al lado de los albañiles para hacer la práctica. No te podés quedar con la teoría y en el cine es lo mismo. Vos podés ver muchísimas películas y saber un montón de teoría pero cuando agarrás la cámara te encontrás con un montón de problemas que no viste en lo teórico. Todos los directores te lo dicen: “si vos querés saber de cine agarrá una cámara y empezá a filmar”. Necesitaba esa base y hay una cuestión técnica que te limita muchísimo, tenés cuestiones de luz, de planos que si no lo sabés y tenés en cuenta, después cuando pegás las tomas es un mamarracho. Y se nota que ha sido mal filmado. Para mi película usé como referencia la de Ingmar Berman y disparador Persona, me gusta el cine europeo y el de autor argentino como Lucrecia Martel.
¿Fue un riesgo cambiar de profesión?
Siempre es un riesgo porque estas en una zona de confort. Pero yo tenía como una pasión por el cine y no lo pude hacer en su momento, bueno, después vi que ahora lo podía hacer y dejé mi otro trabajo, empecé de cero, lo conversé con una ex novia en su momento y ahora es mi productora ejecutiva.
¿Cómo surgió tu opera prima “Fin de semana”?
“Fin de semana” era un cortometraje que fue la tesis de mi carrera que la escribí con mi socia Sofía Castells. De ese embrión nació la idea del largometraje, pero nada que ver con el corto, pero hay un punto de conexión. La película la filmamos en Villa Carlos Paz en mi casa, es una casa particular de piedra, a la orilla del lago cerca de la montaña y que la construyó mi madre. Me encantó como locación para escribir esa historia, es como otro Carlos Paz, no toco la ciudad en ningún momento, es una cosa más intimista porque no incluye ni bares ni teatros. A partir de ahí empecé a escribir el largometraje basándome en dos mujeres que habían estado en el corto y después tuve un problema familiar que es justamente lo que traté en la película. La película trata de la reconstitución de los vínculos. Y eso es lo que me pasó, escribiendo la temática parecida que tenía en el corto y después me atravesó la vida real y eso hizo que fuera más interesante.
Lo emocional y el sexo atraviesan la historia y entrelazan a los personajes…
Mi película muestra bastante lo emocional, dejé que los actores hagan lo que tienen que hacer, que los personajes sean lo que tengan que ser a nivel emocional. Quise ser coherente con esa cuestión y no frené, quería que si tenían que explotar explotaran. Hice la película y no me puse a pensar lo que iba a gustar y lo que no. Hay partes de la película en que la gente la tiene que terminar de armar y eso cuando la gente la ve le despierta intriga. También tiene escenas de sexo de entrada que pueden ser tomadas como pornográficas. Estas escenas de sexo llamaron mucho la atención porque en Argentina no se ve mucho. Hay como una negación de esto. Hay una cuestión muy puritana, en el cine argentino eso se esquiva mucho. Los mismos actores te dicen que prefieren no hacerlo porque la novia no quiere o al revés. A veces está pautada la escena y cuando van a filmarla te dice el actor que no la va a hacer. Me costó encontrar actores para esto, buscaba ciertas características específicas, cumplían todos eran buenos actores pero cuando sabían de esa escena me decían que no.
¿Cuánto tiempo llevó hacer la película desde que la escribiste hasta ahora?
En el 2011 empecé a escribirla y pude filmarla en el 2015. Después tuve toda la cuestión del INCAA que es tiempo para concursar, luego pasás un filtro. Participé en dos concursos, gané en los dos y eso llevó tiempo. Ahora todo el laburo que lleva eso es de día a día por muchos años. Previo al rodaje y luego hay una presión en lo económico, tenés que filmar en cuatro semanas por cuestiones económicas, no es como Hollywood que son 8 semanas. Todo tiene que salir perfecto porque de lo contrario genera gasto extra y eso es una gran presión.
¿Hoy estás trabajando en un nuevo proyecto?
Actualmente estoy con el casting de mi nueva película, para mí es muy importante que los actores sean de Córdoba y no que imiten la tonada. El personajes es muy complejo en su psicología, no aparentaba violador aunque si era de hacer negocios sucios. Le compré los derechos a dos periodistas que escribieron un libro pero no es que voy a hacer tal cual el libro. Sí, la película es muy fiel a la historia real.
¿Por qué te enfocaste en esa idea, qué te atrajo para filmarla?
Primero por es un caso que nos toca a todos nosotros, de hecho, yo vivía mucho tiempo sobre la calle Ituzaingó en Nueva Córdoba e iba al parque Sarmiento, a la isla Crisol, el foro, la pista de patinaje donde él violaba, todo eso lo viví cuando era joven . Y a la vez me parece es un caso que tiene que salir a luz también, en Buenos aires no tienen idea y acá en Córdoba tampoco. Yo no puedo creer que no se sepa este caso. Además hay una cuestión política, policía que incluye lo judicial que en algún momento encubrieron todo eso que el tipo hizo que violara durante tanto tiempo. Es un caso que le cambió la vida a muchas mujeres y el machismo con el que la policía trato estos casos. Imagínate que la policía les preguntaban que le habían hecho ellas para que el las violara, si ellas lo habían provocado. Tiraban las pruebas, no se involucraban, había como un desprecio y esto lo cuentan las víctimas. Por otra parte había tipos que decían “mirá que capo que este tipo se violó como 90 minas”. Por suerte, con este movimiento “Ni una menos”, las cosas están cambiando. A partir del email que manda una de las victimas esto se hace viral, se conoce el caso y repercute en lo político, se descubre quien era. Pasó en el gobierno de un político y este no quería que se quedara como que el no pudo descubrir y se agilizan las cosas. Es un caso que fue muy importante en muchos niveles.
Elegiste trabajar con actores de Córdoba, ¿Cómo se dio esa decisión?
En la película respeté el origen de cada personaje, no quería que alguien de Buenos Aires haga de cordobés, no quería falsear la tonada. Que es algo que queda horrible. Una de las principales es cordobesa y la otra de Buenos Aires. Como las historias están situadas en Carlos Paz este tipo de cruces pasan mucho, que vive mucha gente de Buenos Aires en Carlos Paz. Así que todo salió autentico, nada fue forzado en la historia. Uno de los actores es Jean Pier Noer.
¿Cómo vas a abordar el tema del sexo en esta película?
Todavía lo estoy pensando, con mi película anterior no lo pensé directamente, lo hice, en cambio con esta hay cuestiones más sensibles para evaluar cómo hacer. Por un lado no quiero regodearme en eso y, por el otro, es algo que pasó y debe mostrarse. Todavía no lo tengo decidido.