Conversamos con Nicolás Olivera, dueño y CEO de Black Onyx Esports, un equipo multigaming que desde La Rioja apunta a convertirse en un fenómeno que trascienda fronteras.
Black Onyx Esports se presenta como el primer equipo multigaming de La Rioja, pero aunque su base administrativa se encuentra en esta provincia norteña, es difícil ubicar a una organización de este tipo como de algún lugar en particular cuando la naturaleza de los deportes que representa le permiten extenderse hasta donde la conectividad lo permita.
Para quien todavía duerme la siesta sobre qué son los Esports, se trata de los deportes electrónicos, los videojuegos online que son las nuevas disciplinas deportivas y han tomado al mundo por asalto arrastrando a millones de fans que los siguen en directo en las transmisiones en vivo. Para poner estas impresiones en números concretos, el 2020 dejó una audiencia de 490 millones de espectadores de deportes electrónicos y Twitch, la plataforma líder en streaming de videojuegos aumento un 83% sus usuarios, superando la marca de los 200 millones. Pero aunque la explosión es nueva, la historia de los Esports ya tiene sus años.
El tercer milenio recién empezaba cuando Nicolás Olivera tenía 13 años y empezó a jugar como muchos otros al Counter Strike, un mod del legendario juego Half-Life del estudio Valve que se volvió furor en todo el mundo. Nico era bueno y llegó a formar parte de un equipo online que desde Buenos Aires aglutinaba jugadores de todo el mundo para competir. Era el amanecer de los Esports de la mano de juegos como el Counter, Star Craft, World of Warcraft o Tekken.
Sin embargo, en el mismo mundo donde un padre se desesperaba tocando puertas de clubes de futbol para que prueben a su hijo, ningún padre iba a considerar aceptable que un adolescente deje todo para ir a jugar a Buenos Aires. Eso es lo que le ofrecieron a Nico y esa fue la pared con la que se topó. Nunca se alejaría de los videojuegos por completo (de la misma forma que nadie cuelga del todo los botines o la raqueta) y en 2020 le llegó la oportunidad de probar de nuevo. En plena primera oleada de Covid-19, un periodista deportivo de Buenos Aires y conocido suyo le ofreció integrar y capitanear un equipo de Valorant, un nuevo juego de disparos que empezaba pisando fuerte (el Counter Strike con poderes mágicos le dicen).
No solo acepto sino que en pocos meses el equipo ya estaba rindiendo resultados. Lo que no rendía era la administración de la organización: Black Onyx. En opinión de Nicolás, su dueño no parecía estar a la altura de un equipo de Esports profesional, menos aún de un club multigaming. Tras discutirlo un poco, a finales del año pasado el creador de Onyx accedió a cederle el club a Nico Olivera; aunque había poco para ceder: sin papeles ni contratos, Black Onyx era pura palabra.
Impulsado por las ganas de encarar un proyecto así y porque Nico sentía que no le quedaban muchos años buenos como jugador, decidió concretar Onyx de una posibilidad a una realidad. Así fue como nació el primer club multigaming de Esports de La Rioja. Toda una experiencia empresarial novedosa en la provincia. Random se acercó a charlar con Nico Olivera, el flamante presidente y dueño de Onyx para ver cómo es por dentro la administración de un club de Esports.
¿Cómo viene creciendo la experiencia de Black Onyx Esports desde que la agarraste?
Avanzamos mucho, sobre todo en la parte de lo que es salud, se creó un sector de salud que incluye un psicólogo y un kinesiólogo que se van a encargar básicamente de las buenas practicas, el kinesiólogo se va a encargar de la postura, como acomodar tu set up, sensibilidad y dpi o donde poner el peso cuando estás sentado.
¿Un kinesiólogo sabe ese tipo de cosas?
Un kinesiólogo especializado lo sabe, y el psicólogo es uno especializado en deportes pero además considero que debe tener una noción del juego, se llama Matías Pierangeli y jugó competitivamente al Counter Strike así que sabe dónde está el stress de este tipo de disciplinas. El “kine” es Pablo Vega, que ya ha realizado investigación en lo que son los Esports y conoce de ergonomía y ha tenido buenos resultados. Hay pocos especializados en este tipo de ambiente y les gusta, les gusta que sea en La Rioja y que sea este tipo de actividad.
Si ya están en este nivel, con kinesiólogos y psicólogos, entonces la turbulencia de los primeros pasos ya la solucionaron…
Solucionado entre comillas, porque hay cosas que les suceden a los equipos como el “poaching” (caza furtiva en inglés), que es una mala costumbre en el ambiente del e-sport donde un representante de otros equipos se acercan a los jugadores para ofrecerles una mejor oferta pero no a la organización a la que pertenecen. Esto genera que los jugadores bajen el rendimiento, se desmotiven, pidan más dinero.
¿Eso les está pasando a ustedes ahora?
Si, en nuestro caso el representante de otro equipo que vive en EE.UU. comenzó a ofrecer llevarse a jugadores y llegó a destruir a nuestro equipo de Counter Strike. Es un tema que roza lo personal porque nos conocemos con esta persona y sabemos que tiene una fijación con nosotros. Él les ofrece dinero que nosotros no podemos dar. Pero no es todo triste porque afortunadamente hemos establecido una reputación y una estabilidad en redes sociales; mucha gente nos manda mensajes para pedirnos un cupo o un lugar. El único problema es que uno quiere seguir trabajando con el equipo con el que está hace mucho. Soy muy amiguero y considero a mis jugadores como parte de la familia.
“Según estudios, la mejor etapa es entre los 28 y los 32 años, porque el desarrollo neuronal está en su madurez, el problema es el foco…”
Pero supongo que debe ser lo mismo que con un jugador de futbol. Tiene que negociarse el contrato…
Sí, tal cual como un jugador de fútbol, los nuestros tienen contrato. Los que estén interesados tienen que venir a hablar conmigo y no directamente al jugador. Es una muy mala práctica que tiene el objetivo de dividir al rooster y poner a los jugadores en contra de la dirigencia y el equipo.
¿Cómo fue que empezaste en el mundo de los VJ? Vos jugabas me imagino…
Jugué profesionalmente, o lo que se llamaba profesional en ese momento: solo te daban un apoyo para jugar. Empecé jugando Counter Strike 1.6 a los 13 o 14 años, primero con mis amigos y a medida que pasaban los años se fue abriendo un universo más amplio. A los 15 años me llegó una oferta para jugar en un equipo y como compensación solo me pagaban un servidor para poder entrenar, que para mí era un montón. El profesional era eso, no se le ofrecía un sustento económico.
Supongo que jugabas con pibes de todo el país…
Jugaba con gente de Buenos Aires pero también de La Rioja. Había mucho nivel en La Rioja en ese momento, pero los chicos eran más grandes, estaban enfocados en otras cosas. En un momento me llegó la oportunidad de ir a jugar e instalarme en Buenos Aires pero mis viejos se negaron rotundamente. Si hubiera sido para ir a jugar al Básquet o al Futbol no hubieran tenido problema, pero en esa época a los Esport no los entendían.
Después de esa etapa, cuando ingresé a la universidad a estudiar Ingeniería Civil, se me volvió muy difícil seguir jugando a ese nivel por lo pesado de la carrera. Fueron dos o tres años donde el nivel bajó mucho porque no es lo mismo un jugador de veinte y pico que tiene que estar pensando en el resto de su vida, que otro de 16 que solo se enfoca en jugar bien. Aun así, según estudios, la mejor etapa es entre los 28 y los 32 años, porque el desarrollo neuronal está en su madurez, el problema es el foco, poder dedicarse profesionalmente a esto.
Y además que viviste en una época donde todo empezaba. Digo, no es lo mismo ahora donde todo está más organizado y profesionalizado que en ese entonces donde debe haber sido más informal.
Efectivamente. Siempre existió el jugador con talento, pero el avance que ha habido en los deportes electrónicos hace que el talento solo lo haga más fácil al principio. Una vez que uno llega a las grandes ligas es una cuestión de trabajo en equipo, coaching, estadística, análisis, etc. Para que un kinesiólogo como el que está trabajando con nosotros tenga la noción de cómo mejorar el rendimiento de un jugador a partir de ergonomía, postura y set up, significa que los esports ya llegaron a un nivel de maduración más alto.
¿Cómo llegaste a Black Ónix?
En julio de 2020, un amigo me invitó a ser el capitán de un equipo de Valorant (un juego de disparo en primera persona o FPS que se estrenó y copó la escena a mediados de 2020) en esta organización. Entré a jugar con mis dos hermanos, entre otros, y obtuvimos muy buenos resultados. Pero a medida que uno iba queriendo avanzar empezamos a necesitar diferentes cosas: un mejor set up (equipo y periféricos), un coach, un analista; porque uno puede ver el juego de adentro pero necesita un ojo crítico externo que marque errores, lo mismo que en cualquier equipo deportivo. En agosto de ese año le pedí al CEO si existía la posibilidad de una asistencia técnica para llegar a ese nivel que sabíamos que podíamos alcanzar; pero este CEO entonces desapareció. El equipo de Valorant éramos de otra época, a nosotros no nos importaba mucho la mala administración y el equipo técnico con el que jugábamos siempre que pudiéramos jugar. Un equipo de pibes de Fortnite de 14 o 15 años ni siquiera considera jugar si no hay buenos premios en dólares en la temporada. Aun así, esta falta de respuesta del CEO generó que yo perdiera las ganas de jugar. A esto se le sumó que este chico viajara. En noviembre y es ahí donde yo le ofrezco comprarle el equipo, pero finalmente me lo dejó, en parte porque la organización no tenía ningún papel en ese momento.
¿Cuáles fueron esas primeras acciones para poner en pie al equipo?
Lo primero que hice fuer presentar los requisitos para hacer la marca en INPI, presenté el logotipo, cambié los datos de la certificación en DEVA (Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina), mejoramos la certificación a intermedio…
¿Para qué son esas certificaciones?
Son tres niveles que permiten ser oficialmente un club de deportes electrónicos. Cada nivel marca un nivel de estima y reconocimiento que tiene la DEVA. Se consiguen a partir de requisitos: para ser nivel C tenés que tener una red social con 500 seguidores y un nombre, pero para requisito B ya necesitas ser monotributista, poder cobrar, registro de marca, contrato y registro de jugadores. Ya para ser certificación A es mucho más avanzado y necesita que se cree una sociedad y poner algo de dinero. Nosotros somos B que de alguna forma avisa el nivel de interés y seriedad que uno le pone a esto.
¿Todo este camino administrativo como lo hiciste? ¿Te asesoraste o fuiste aprendiendo sobre la marcha?
Me informé por un lado, por otro ya tenía conocimiento por la mera práctica de los Esports y después empecé a trabajaren un estudio jurídico de La Rioja que se interesó mucho por entrar en esto de lo que son las firmas digitales, por ejemplo y nos ayudaron mucho con el registro de marca, los contratos con jugadores, con técnicos y con los sponsors.
Hablando justamente de eso, los Esports parecen heredar muchas prácticas de un deporte profesional tradicional…
Sí, yo creo que tienen muchas más similitudes que diferencias con los deportes tradicionales, con la diferencia de que el deporte tradicional, como lo hemos visto en pandemia, puede pararse mientras que los Esports no, salvo que se corte el internet del mundo. Es verdad que muchos torneos se jugaban de manera presencial, pero llevados a una situación extrema se demostró que se pueden jugar perfectamente a distancia. Pero creo que lo que más se parece a un deporte normal es el tema de los pases, el tema de contratos, lo legal.
¿Puede un grupo de amigos o profesionales juntarse y sin papeles empezar un club?
No hay ningún problema, tranquilamente se puede, pero solo hasta cierto punto. Hay por ejemplo un torneo argentino de League of Legends llamado LVP que te da pase a la liga latinoamericana y ya te pide requisitos como cierta cantidad de seguidores, contratos a jugadores, coaches y algunos de estos requisitos solo los puede tener una organización.
¿Cómo está constituido hoy Black Onyx? Me refiero a toda la estructura del club…
Black Onyx hoy está constituido por 50 personas entre jugadores y staff. Se agregaron recientemente un Kinesiólogo, un psicólogo y dos editores multimedia, Sabrina Ortiz y Red. Tiene un equipo de Rainbow Six, existe un equipo de Counter Strike, existe un equipo de Dragon Ball Z Fighters, de Mortal Kombat 11 y de Smash Bros. Además estamos armando algo de League of Leyends y estamos buscando de Valorant porque el equipo anterior se desarmó cuando varios jugadores se fueron para estudiar o por trabajos.
Por otro lado también hay un co-CEO, Nicolas Oliver un chico de Mar del Plata y segunda cabeza de la organización, que a una letra de diferencia no tenemos el mismo nombre y que se encarga al sector de juegos de pelea mientras yo me encargo de los FPS y marketing. Tenemos dos community managers, Manuel Alvez y Melisa Burgos, y también un diseñador Sacha Ivulich. Por el lado del staff técnico de cada equipo, depende del juego: los juegos de combate generalmente el coacheo se hace entre los propios jugadores, mientras que en los juegos de disparo es necesario tener a alguien que te observe de afuera y te marque los errores; en ese sentido tenemos directores técnicos y analistas.
“Lo que yo quiero como organización es abrir un campo competitivo, organizar torneos acá en La Rioja y que realmente suba el nivel y que el talento que ya existe tenga contención”.
¿Hoy en día que están buscando para crecer?
Bueno una vez armada esa estructura, llegó la etapa de buscar sponsors que aporten a la organización para que sea sustentable, porque estos chicos que forman parte de los equipos quieren representar a ONX pero también quieren representar a La Rioja o a Argentina y ellos necesitan set ups, necesitan teclados, mouse, auriculares. Yo hoy les pago todo tipo de incursiones que quieran hacer, cursos que quieran hacer, entrenadores que quieran ver por día, para que ellos vayan mejorando por su parte. Afortunadamente hoy ya hemos cerrado acuerdo con dos sponsors: uno es Clúster, muy conocido en La Rioja y el otro es Next Level, parecido a Clúster pero más orientado a las consolas y toys. Mi objetivo es que de acá a un año la empresa se mantenga sola.
Me comentaste que competitivamente se habían hecho de una buena reputación ¿A qué te referías con eso?
En los que son juegos de peleas no nos gana nadie y en Latinoamérica nos reconocen por tener un muy buen nivel,* esto es gracias al trabajo del co-CEO y conocimiento en el rubro*. De hecho uno de los jugadores de Mortal Kombat que llama Ger está clasificado para un presencial, que esperemos que se haga, de la Liga Latinoamericana. Nuestra organización se diferencia de otras por el hecho de que no nos llevamos ningún porcentaje de los premios, pero yo personalmente creo que los premios se los ganan los jugadores y es algo muy algo que ofrecemos a nuestros equipos. Lo que es el camino del deportista electrónico, nuestros jugadores saben que van a sentirse escuchados, siempre van a sentirse queridos, que yo voy a apoyarlos hasta donde me dé el cuero.
¿Qué es lo que se viene en el futuro de Black Onyx?
Estamos buscando consolidar los equipos que tenemos y como te mencioné crear algunos nuevos, pero además estoy muy interesado en incursionar en el género mobile (juegos en dispositivos móviles), algo de lo que no se nada aún pero realmente me gustaría dirigir a Onyx hacia ahí.
Por último, me gustaría saber qué habilidades descubriste que tenías que tener como dueño y presidente de organización de Esports…
Perseverancia ante todo. No hay que ser de personas que se deprimen rápido porque muchos te van a cerrar la puerta, te van a ningunear y eso choca bastante cuando uno quiere darle la posibilidad de crecer a algo nuevo. Yo considero que somos la primera multigaming de La Rioja, hay muchos equipos sueltos, grupos de jugadores que se reúnen, pero no una organización así con un perfil más nacional; básicamente porque en Buenos Aires se apalanca más por el simple hecho de que allá se juegan las competencias.
¿Ves posibilidades de hacer crecer este proyecto en una ciudad del interior como La Rioja?
En La Rioja hay talento, de acá salió Leonardo Marcos que hoy está jugando al League of Legend en EE.UU. pero además de él hay otros talentos, una diferencia es que a Leonardo la familia lo apoyó para que se vaya primero a Chile, después a México y luego a los Golden Guardians. Hay muchos equipos internacionales que están viendo a Latinoamérica y a Argentina en particular, pero no se le está dando la oportunidad que debería tener al deporte electrónico, se le están cerrando las puertas y, por ejemplo, ya no hay más cibercafés ni tampoco se realizan competencias de manera regular; las pocas que se hacen son pan para hoy, hambre para mañana porque hacen una sola y se paraliza todo. Lo que yo quiero como organización es abrir un campo competitivo, organizar torneos acá en La Rioja y que realmente suba el nivel y que el talento que ya existe tenga contención.
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