Para mucho su nombre puede no significar nada, pero en los círculos de artistas, galeristas y marchantes argentinos, la sola mención de Rodrigo Cañete suscita igualmente terror e inconfesable fascinación.
Residente en Londres, este doctor en Historia del Arte dirige Love Art Not People, uno de los blogs de arte más leídos del país. Allí conviven los más eruditos y agudos comentarios sobre el arte contemporáneo con latigazos inmisericordes a diestra y siniestra.
Rodrigo Cañete se ha convertido en un referente en los círculos de artistas plásticos y su blog, Love Arte Not People es una parada obligatoria para todo aquel que quiera entender de qué va el arte contemporáneo en Argentina. Con sus “Pastelas” –mini disertaciones sobre arte, muy bien fundamentadas- y también con críticas despiadadas y sin filtro, que muchas veces entran de cabeza en el insulto personal, se ha granjeado tanto enemigos como seguidores.
Pero detrás de esta fuerza de la naturaleza hay una historia. Cañete supo estar involucrado en política, llegando a ser Subsecretario de Cultura durante la presidencia de Duhalde. Tras el fin de esa etapa, desencantado y confundido, decidió mudarse a Londres donde pasaría los siguientes diez años estudiando y despeñándose como art dealer para el banco Morgan Stanley, y asesorando sobre arte a ejecutivos de Wall Street y estrellas de la música. Pero también caería de lleno en la adicción a las drogas, abuso que casi le cuesta la vida. Mientras se encontraba en recuperación en 2013, decidió comenzar a publicar sus opiniones en un internet y poniendo primera al polémico fenómeno que lo elevaría al status de referente, debatiendo con críticos de todo el mundo y escribiendo columnas para el Huffington Post. Odiador profesional, artista frustrado, loco, fenómeno pasajero, héroe, justiciero, genio. En los últimos años se lo llamó todo eso y más pero ¿quién es y qué hace realmente Rodrigo Cañete?
-Lo primero que tengo que preguntarte es ¿quién es el Rodrigo Cañete que escribe en el blog? ¿Es un personaje o es lo que realmente pensás y sentís?
-Si yo te dijese: “mi blog soy yo”, te estaría mintiendo. Mi blog soy yo con todas mis contradicciones y todo mi narcisismo, pero puestos al servicio de un proyecto. Es un género, que lo podés llamar literario o periodístico y que se remonta a la antigua Roma, a Menipo y Luciano. Había un modo de referirse a la realidad a través del humor, del sarcasmo, de la erudición.
-Tenés uno de los blogs de arte más leídos y, ciertamente, más temidos por los artistas argentinos. ¿Cómo fueron sus orígenes?
-El blog es un proyecto muy serio, que a mí me lleva mucho tiempo y hoy en día es como un organismo vivo. Al principio Love Art Not People era muy catártico: lo empecé cuando estaba recuperándome de mi adicción al crystal meth y tenía que ver con mi actitud respecto de la vida.
“Si yo te dijese: “mi blog soy yo”, te estaría mintiendo. Mi blog soy yo con todas mis contradicciones y todo mi narcisismo, pero puestos al servicio de un proyecto.”
-¿Cómo funciona LANP? Porque se distinguen diferentes tipos de artículos, desde los más eruditos a otros más superficiales…
-Yo diría que lo que hago son tres tipos de artículos: uno son los artículos de mi vida privada donde fundamentalmente hablo del devenir de la homosexualidad y cómo experimentan la vida los de mi generación, quienes nunca tuvimos una voz literaria. Por otro lado está la crítica de arte y por otro está el puterío, que tiene que ver -este último- con analizar la imagen.
Después, a partir de los temas que yo voy tirando viene la red de información del blog. Es impresionante: a mi me manda información tu socio, es decir, el que vos crees que tenés al lado y es de tu máxima confianza. Y yo a eso no lo controlo.
-¿Vos me querés decir que no tenés ninguna injerencia en lo que te mandan tus lectores?
-Para nada, yo estoy al frente de una computadora agarrando -mueve los brazos como tratando de manotear cosas a su alrededor – lo que puedo. La gente me manda cientos de e-mails y tengo que empezar a diferenciar qué correo es resentido al pedo, cual tiene sentido.
-Leyendo tu blog daría la sensación de que tenés algo así como “corresponsales” en Argentina…
-Pero yo no tengo corresponsales. Yo no le digo a alguien “vos encargate de este tema o investigá esto otro”, lo único que hago es marcar el ritmo de los temas. Ahora, si la información que me mandan es real o no, eso es otra cuestión. En ese sentido soy muy barroco -propio de la época de la historia del arte que más estudié-, donde la diferencia entre la fantasía y la realidad es muy sutil y las reacciones son más importantes que las anécdotas.
-¿Pero no crees que tal vez se pueda encarar algunos temas desde una investigación más seria?
-Yo estuve un tiempo relacionado, por amigos en común, con el grupo de periodistas de Jorge Lanata… y me hartaron muy rápido. Porque el problema con el periodismo de investigación es que es muy poco inteligente. Al final todo se reducía a que cualquier cosa que yo dijera que involucrara al gobierno, era retuiteado y me invitaban al programa; y a mí eso no me interesa. Lo que a mí me interesa es plantear una discusión inteligente en torno a la crítica de la cultura en Argentina. Si para plantear esa discusión yo tengo que usar realidades un poco torcidas, bienvenido sea.
“Yo estuve un tiempo relacionado, por amigos en común, con el grupo de periodistas de Jorge Lanata… y me hartaron muy rápido. Porque el problema con el periodismo de investigación es que es muy poco inteligente.”
-Vos tuviste una discusión muy fuerte con Liniers recientemente ¿Qué conclusiones sacaste después de encontrarte cara a cara con él?
-¿Sabés que creo de ese debate? Yo creo que Liniers creció en una casa donde se construían operaciones. Un día el padre le dijo: “vos andá a Laburar”, pero el nene quería ser “artista” y entonces el padre le dice “Bueno, pero tenés que ser empresario-artista”. Porque yo lo registro a este muchacho cuando él empieza a mostrarse en ArteBa de la mano de galerías y noto que empieza a usar el concepto de “arte”. Al mismo tiempo uno se da cuenta de que el diario La Nación lo está posicionando permanentemente (Nota: el padre de Ricardo “Liniers” Siri es Síndico del diario La Nación). Y de pronto este blog empieza a hablar de arte y Liniers no lo puede creer. O sea, cuando él vino a mi casa para hablar, estaba realmente intrigado por saber quién podía no ponerle like en Instagram y decirle “¡genio!”.
-Entonces ¿Vos crees que a partir de esta crítica se puede cambiar algo?
-No quiero sonar mesiánico pero hubo cambios culturales desde que empezó el blog. Cuando empecé, vos decías algo crítico y eras tildado de “mala onda” y “envidioso”. El argumento era el desprecio por la academia, por la disciplina. Solamente se respetaba la buena onda y esta era definida por un grupo determinado de actores que, casualmente, son “hijos de” (se ríe). Yo creo que desde acá empezamos a aclarar la mecánica de este aparato.
-¿Esto tiene que ver con ese concepto que repetís en el blog de “la mafia del amor”?
-Totalmente. “La mafia del amor” es un concepto de principios del blog que tiene que ver con el grupo de amigos. ¿Qué significa ser amigo? Saber que esa otra persona no te va a cagar y que al mismo tiempo no va a ser mejor que vos. Me pasa con los artistas en Argentina: se acercan para amigarse pero en cuanto hago un comentario sobre ellos como artistas, se lo toman personal -”pero si nosotros somos amigos, como vas a decir eso”-. De alguna manera personajes como Mica Tinelli o Liniers son centrales en esta historia, representan la idea del “todo macanudo”, y no todo en esta vida tiene o debe ser “lindo, lindo, lindo”.
-¿Pero estas cosas no pasan en Inglaterra también?
-Sí, sí. Ok, sí. La diferencia es de escala. Para que te des una idea yo también tengo un blog en inglés que lo tuve que hacer mucho más específico porque el nivel de la discusión es otra. En Argentina los críticos de arte me ignoran, en Inglaterra yo discuto con críticos como Neal Brown o Matthew Collings.
El que lee mi blog en inglés está leyendo crítica de arte de calidad, sin pelos en la lengua, desde una actitud muy concreta. Mi blog en castellano es otra cosa: es un personaje, una especie de Robin Hood -y yo de Robin Hood no tengo nada.
-¿Cómo es que llegás a Londres?
-Yo me voy de Argentina porque profesionalmente no encontré que pudiera desarrollar la excelencia que yo quería. A mí me interesaba saber en serio sobre arte y quería ir a estudiar en el lugar donde se estudiara en serio… pero en realidad te estoy mintiendo. Yo lo que quería es garcharme a todo el mundo y vine acá e hice desastres. Londres es una juguetería: hay mucho alcohol, mucha droga y eso a mí siempre me gustó. Queda mal lo que voy a decir pero creo que Buenos Aires, en lo sexual y en lo intelectual, me había quedado chico.
Yo llegué a Londres y estudié en la London School of Economics porque quería ser como Alec Oxenford, quería hacer guita, quería ser un chico cool-corporativo. Me puse de novio y me fui a vivir en las afueras de la ciudad. Así estuve ocho años hasta que un día me dije: ¿qué carajo estoy haciendo acá? Me mudé al centro, al (Hotel) Ritz, y empecé a experimentar con drogas. Me fui a la mierda, me zarpé muy magníficamente.
-¿Cómo lograste salir de eso?
-Bueno, cuando llegó la caída yo estaba solo, con una depresión tremenda en la que tuve tres intentos de suicidio. Me encontró mi actual pareja a quien yo menciono mucho en el blog, Krishna, y me llevó a rehabilitación. Ahí empezó LANP, que tenía desde el principio una estética más bien del amor no correspondido antes que del odio: yo sentía que estaban destruyendo al arte justo cuando yo necesitaba reconectar con ella.
-¿Qué pensás que necesita hoy el arte argentino?
-Necesita artistas formados en historia del arte y un público que sepa consumir y apreciarla. Hoy en día se utiliza el arte no para subir el nivel de la gente sino para bajarlo. Lo que yo creo es que se necesita educar a la gente y esa es mi misión: formar público de arte con el más alto nivel. Por eso está bien que le tengan miedo al crítico.
[…] Vía Revista Random – Julio Marinelli 2015-10-23 Fotos: Edu Torres Photography Para mucho su nombre puede no significar nada, pero en los círculos de artistas, galeristas y marchantes argentinos, la sola mención de Rodrigo Cañete suscita igualmente terror e inconfesable fascinación. Residente en Londres, este doctor en Historia del Arte dirige Love Art Not People, uno de los blogs de arte más leídos del país. Allí conviven los más eruditos y agudos comentarios sobre el arte contemporáneo con latigazos inmisericordes a diestra y siniestra. Rodrigo Cañete se ha convertido en un referente en los círculos de artistas plásticos y su blog, Love Arte Not People es una parada obligatoria para todo aquel que quiera entender de qué va el arte contemporáneo en Argentina. Con sus “Pastelas” –mini disertaciones sobre arte, muy bien fundamentadas- y también con críticas despiadadas y sin filtro, que muchas veces entran de cabeza en el insulto personal, se ha granjeado tanto enemigos como seguidores.Pero detrás de esta fuerza de la naturaleza hay una historia. Cañete supo estar involucrado en política, llegando a ser Subsecretario de Cultura durante la presidencia de Duhalde. Tras el fin de esa etapa, desencantado y confundido, decidió mudarse a Londres donde pasaría los siguientes diez años estudiando y despeñándose como art dealer para el banco Morgan Stanley, y asesorando sobre arte a ejecutivos de Wall Street y estrellas de la música. Pero también caería de lleno en la adicción a las drogas, abuso que casi le cuesta la vida. Mientras se encontraba en recuperación en 2013, decidió comenzar a publicar sus opiniones en un internet y poniendo primera al polémico fenómeno que lo elevaría al status de referente, debatiendo con críticos de todo el mundo y escribiendo columnas para el Huffington Post. Odiador profesional, artista frustrado, loco, fenómeno pasajero, héroe, justiciero, genio. En los últimos años se lo llamó todo eso y más pero ¿quién es y qué hace realmente Rodrigo Cañete? -Lo primero que tengo que preguntarte es ¿quién es el Rodrigo Cañete que escribe en el blog? ¿Es un personaje o es lo que realmente pensás y sentís? -Si yo te dijese: “mi blog soy yo”, te estaría mintiendo. Mi blog soy yo con todas mis contradicciones y todo mi narcisismo, pero puestos al servicio de un proyecto. Es un género, que lo podés llamar literario o periodístico y que se remonta a la antigua Roma, a Menipo y Luciano. Había un modo de referirse a la realidad a través del humor, del sarcasmo, de la erudición. -Tenés uno de los blogs de arte más leídos y, ciertamente, más temidos por los artistas argentinos. ¿Cómo fueron sus orígenes? -El blog es un proyecto muy serio, que a mí me lleva mucho tiempo y hoy en… Random Arts | Rodrigo Cañete, el satirista […]
[…] Lee la entrevista completa en Revista Random […]