Unas Palabra sobre Braian

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El deporte en estado puro está triste. Braian Toledo era, es –porque desde otro lugar lo seguirá siendo- un embajador ilustre de la disciplina del esfuerzo. Todo en su vida fue superación y empatía por el otro. Y esta tragedia conmueve, cala hondo y también inspira a imitar su legado.

Fue un honor haberlo entrevistado, de hecho me quedé con ganas de más y le tiré la idea en aquel momento a un amigo que su vida era para grabar un documental. Recuerdo haber escrito en aquella nota para RANDOM: Braian ya ha ganado doradas de todo tipo en las competiciones y muchas más en la calle. Fue uno de los que no tienen voz, “los invisibles” para la gran mayoría. Pero él se acerca y brinda su ayuda desinteresada, desde el corazón y sin necesidad de la selfie. Un Papá Noel de carne y hueso, suburbano y atleta, al que seguramente alguien le escribirá también la canción que ya se merece.

Le comenté que mientras pensaba en su entrevista, estaba por escribir un texto para darle esperanza al equipo de básquet de uno de mis hijos que jugaban las finales del provincial de básquet e iban de punto, y me daba vueltas su historia, lo quería poner de ejemplo. Una demostración que a pesar de las adversidades hay que bucear la capacidad de resiliencia, le pregunté si eso de levantarse de la lona continuamente estaba en su venas. Me respondió: “es un placer que me usés de ejemplo, especialmente con tu hijo, algo tan personal, tan íntimo. Te agradezco. No sé si estaba en mis venas, si sé que era porque me nutría mi vieja con su forma de enseñarme a vivir la vida, no con palabras sino con hechos y la forma en la que ella la encaraba. Yo quería hacer lo mismo y la fui copiando e imitando. Creo que cualquiera se puede transformar en un luchador si lo deja todo en el camino y eso, a la larga, termina siendo parte de vos. De chico, siempre buscaba una salida, sea cual sea y no tenía miedo de lo que vendría. Siempre quise superarme, salir adelante, y buscar ser un poquito mejor; en principio era para ayudar a mi vieja y después para que se sintiera orgullosa de mí. Lo hacía más que nada para verla feliz porque la realidad no era la mejor en ese momento”.


No sé si estaba en mis venas, si sé que era porque me nutría mi vieja con su forma de enseñarme a vivir la vida, no con palabras sino con hechos y la forma en la que ella la encaraba.

Y claro que se fue muy temprano y que no había llegado a su techo. Y que tras recuperarse de la lesión tendría un inolvidable Juego Olímpico y tanto más. Y por supuesto que se merecía mucho, mucho más. Pero también sabemos que Braian llegó. Que lo hizo. Que se ganó un lugar vedado para que el nace sin oportunidades. Él trazó una senda. Para que todos y cualquiera podamos decir que bueno ser como Braian Toledo.

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