Es muy común que en la espera de una entrevista uno le pregunte a algún colega -que ya pasó antes- si el actor en cuestión está de buen humor o qué onda tiene como para saber por dónde encarar la nota. Con Esteban la respuesta fue fácil, “tratalo como una persona normal”.
Es que realmente en su esencia la clave de su vida es no creérsela, no se pierde en sus éxitos televisivos que son varios como: “Sos mi hombre”, “Farsantes” o “Guapas”, ni siquiera sabe que va a protagonizar un unitario del productor Nacho Viale y la próxima telenovela en horario central de Telefé. No obstante, es muy consciente de lo que persigue, que le digan que “es el actor del momento” le parece una pavada.
En Lamothe coexiste el chico de pueblo que fue a estudiar a Capital y el talentoso actor que puede brillar tanto en un rol protagónico como en un papel chiquito de dos líneas. Verborrágico en malas palabras, dice todo lo que piensa y no pretende guardar las formas, algo que los periodistas agradecemos y respetamos. En esta ocasión, en el Festival de cine de Panamá viene a presentar su película “El 5 de Talleres”, que protagoniza junto a su mujer Julieta Zylberberg, del director Adrián Biniez. Esteban charla con Revista Random para recorrer su ascendente carrera, sus flaquezas, sus proyectos, prioridades y pensamientos sobre el medio.
-Hoy estas acá en el Festival como actor reconocido, pero ¿qué soñabas cuando eras un pibe de Ameghino en la provincia de Buenos Aires?
-Me gustaban muchos los médicos, no me gustaba ir, ni me gusta ir al médico pero me atraían mucho los doctores. De hecho, ahora me compré el perfume que usaba mi médico de la infancia porque me acuerdo que cuando era chiquito lo olía y me gustaba, pero quería hacer una carrera universitaria, recibirme.
-Salir del pueblo a la gran ciudad…
-Sí, recibirme de médico y después volver recibido y ser médico en Ameghino. Empecé nutrición que era algo relacionado a la medicina pero más fácil, pero no me dio, desaprobé todo, intenté en un privado y fue igual. Y no era que no le ponía ganas (recalca), era estudioso pero no me entraba, no me quedaban los conceptos. De ahí empecé a estudiar teatro y me dijeron que lo hacía bien. Cuando te dicen que hacés algo bien, te empezás a quedar, así que seguí por ese lado. Tenía 23 años, hice mucho teatro independiente y viajé a Europa con el teatro independiente de Argentina que es brillante y está posicionado entre los mejores del mundo.
-Tu ingreso a la televisión fue por un casting con nada más y nada menos que Adrián Suar, ¿fue un casting significativo?
-Sí, fue mi primer casting para televisión y fue con él. Me quería morir de los nervios, me iba a ir, era para “Sos mi hombre”, estaba en camarines y entra Adrián para hablarme del personaje pero entra con unos camarógrafos, se filmaba esa situación y después hice la prueba. Lo hice horrible, estaba muy nervioso y ahí se metió Adrián a actuar conmigo y fue saliendo mejor, me sacó los nervios. Pero igual hasta la fecha siempre me pongo nervioso cuando actuó, no al extremo como esa vez y ojalá me siga poniendo siempre nervioso porque eso me hace estar más alerta. Ahora como trabajo mucho y soy conocido no tengo que hacer demasiados castings. Por suerte, porque los castings son una instancia re incómoda y nunca un actor puede demostrar al máximo su capacidad, eso es raro. Me rechazaron muchas más veces de las que me aceptaron, el triple de veces.
-¿Qué es lo que más te ha costado a la hora de actuar?
-Darme cuenta que puedo actuar y que puedo hacer cosas distintas, siempre es algo que me marcaron más los demás, que yo creyera que realmente lo puedo hacer. De hecho soy actor por eso, porque me dijeron que actuaba bien.
“Verborrágico en malas palabras, dice todo lo que piensa y no pretende guardar las formas, algo que los periodistas agradecemos y respetamos.”
-¿En qué cosas te reconocés bueno sin que nadie te las diga?
-Soy humilde cuando actuó, y mi mayor talento es que trato de trabajar con las personas que estoy, no voy y hago mi jugada y mi juego como algunos actores y estoy abstraído de todo. Me gusta trabajar con las personas, con el director, con los otros actores. Actuar es de a dos o de a tres o de a cuatro, depende de cuantos sean, pero nunca es de a uno.
-¿Recibís críticas o sugerencias de tu mujer y colega Julieta?
-Sí, siempre. Además la visión que tenemos de un mismo proyecto siempre es distinta porque venimos de escuelas distintas, por eso siempre está bueno escucharla a ella.
-Hay algún personaje que te parezca un gran desafío, te lo pregunto porque para mí das muy masculino y no te imagino componiendo un personaje distinto a ese estereotipo…
-(Risas) Justamente ahora me han propuesto hacer una película en la que tengo que actuar de un gay demasiado amanerado (risas) y tengo que practicar, ¿no? Igual el desafío de este personaje es que no sea tan amanerado pero que sea el más “p…” de todos. Tengo muchos amigos gay y hay muchos en los que vos no te das cuenta que lo son. También sería un gran desafío hacer un western, estilo John Wayne porque eso no lo hice nunca, más formal, y más artificial si se quiere, de tiros, de amor. Lo que pasa es que no hay plata para hacer este tipo de producción.
-¿Qué es lo próximo que se viene en televisión?
-Voy a hacer un unitario que produce Nacho Viale que se empieza a filmar en junio y está buenísimo, el resto del elenco no está confirmado y somos tres protagonistas. Después, voy a protagonizar en enero una novela en Underground, la productora de Graduados donde voy a estar con Griselda Siciliani en la apuesta de Telefé del año que viene.
-Algo que puedas adelantar del personaje o la historia…
-No sé bien todavía, en el medio por ahí hago una película de un guion mío y de Julieta, y de Ezequiel Díaz e Ignacio Rogers, que protagoniza Graciela Borges. Aunque no está confirmado, la idea sería poder presentarla en noviembre y diciembre que son los dos meses que yo tengo libres.
-¿Qué te seduce a la hora de aceptar un personaje? ¿Has rechazado alguno?
-Sí, he rechazado, pero lo que me seduce es si el director tiene hecha otra película, lo que haya hecho ese director, si me gusta o no, el guion. Me parece importante leer el guion porque de repente hay muchos pibitos chiquitos que te traen guiones que nunca hay que subestimarlos porque pueden llegar a ser el nuevo Santiago Mitre o Adrián Biñez. Siempre hay que leer los guiones pero tampoco me llegan tantos.
-Anoche cuando presentaron la película “El 5 de Talleres” ¿Te quedaste a verla con el público?
-Sí, me quedé un rato y me gustó que se cagaban de risa porque venía de Uruguay donde no le gustan tanto las malas palabras, igual se re engancharon con la película, pero en “El 5 de Talleres” decimos muchas malas palabras. Bueno hablamos así, yo hablo así también, sin ánimo de ofender, no es que estés diciendo algo feo a nadie. Y acá se cagaron de risa, eso estuvo bueno. Me quedé ni bien empezó un rato y volví en la última partecita.
-¿Espías un poco al público?
-(Risas) No, no, para nada. Pero esta película es la primera en la que lo puedo hacer porque la vi como ocho o nueve veces en los festivales. Como me da risa y me hace divertir, me olvido que actuó yo. Ya sé en la parte que la gente se va a reír, la disfruto.
-Te sorprende que la gente se ría de cosas que ni te esperabas…
-Sí, me ha pasado, hay un par de partes de la película que me sorprenden, una es la del técnico cuando va a renunciar, no sabía que se iban a reír tanto. Otra parte que me llamó la atención es cuando digo algo de “una vieja chusma” que lo digo muy al pasar y a la gente le da mucha risa. No sé porque ahí la gente se rió tanto, a mí no me pareció gracioso, es una pavada total.
-Es como que tenés algo extra…
-Creo que es algo popular, soy muy parecido a muchos chabones. En twitter siempre me ponen distintas personas que todos tienen un amigo parecido a mí.
-¿Te importan los críticos de cine o pesa más la opinión del público?
-Me importa mucho la opinión del público, y también las críticas de los diarios o de los críticos de cine, pero depende quien la escriba. Porque funciona como un generador de opinión entonces por eso me importa porque quiero que la gente vaya a ver mi película, por eso me importan los dos, pero desde lugares distintos.
-¿Te bajonea en algún punto si la mano viene mal?
-Trato que no, de no ponerme demasiado contento cuando me halagan ni demasiado triste cuando no lo hacen. En ese sentido, me parece que uno tiene que trabajar por otro lado, no pensando en lo que van a decir, hay que regular las dos cosas. Porque cuando hablan demasiado bien de vos te sentís un genio y después cuando dicen que sos un boludo te deprimís mucho.
-Lo decís con los pies en la tierra, pese a ser relativamente nuevo en esto…
-Me hice actor de grande, trabajé en otras cosas que nada que ver como pintor de casas, en un parripollo y otros. Ya no me como esa onda, entonces no da creérsela, recién una periodista me decía que yo soy el actor del momento y digo: ¿De qué momento? ¿Qué es ser el actor del momento? Es una pavada, ¿no? Me parece raro. Me pongo a pensar en mí por fuera y no puedo salirme de mí mismo y analizarme como actor para saber cuál o tal momento estoy atravesando. Trato de hacer las películas cada vez mejor, agradezco tener trabajo y que me sigan llamando y entiendo que me van a seguir llamando si trabajo bien. Y también va a llegar el momento que la gente se va hartar de verme la jeta y me van a “frizar” un tiempo y ahí tengo que estar preparado.
“Trato de hacer las películas cada vez mejor, agradezco tener trabajo y que me sigan llamando y entiendo que me van a seguir llamando si trabajo bien. Y también va a llegar el momento en que la gente se va hartar de verme la jeta y me van a “frizar” un tiempo y ahí tengo que estar preparado.”
-Hay que reconocer que tu carrera es ascendente y distinta a otras, saliste de “Farsantes” donde tenías un personaje notable y fuiste a “Guapas”, ahí me pregunté cómo reaccionaría el público porque fue una tira tras otra…
-Sí, a la gente le gustó, fue raro eso. No se sabe nunca cómo funciona eso, por suerte, porque si no uno iría siempre a lo seguro y se perdería de cosas que pueden suceder. Ahora me alejé un poquito de la tele pero ya vuelvo, pero me gusta así. Descansé un poco, pude viajar a acompañar esta película, hacer la prensa, es la primera vez que puedo acompañar plenamente una película y la verdad estoy muy contento. La quiero mucho, la hice con “Garza”, con mi mujer (Julieta Zylberberg), con gente que quiero mucho. Estoy muy contento y fue medio casualidad también porque si me salía un laburo en la tele que me pagaran bien no iba a poder. Fue bueno tener el tiempo para hacerla.
-¿Es más rentable la tele que el cine en Argentina?
-Para mí sí, por ahí para Darín o Suar que son actores que llevan mucha gente al cine con dos películas que hagan por año viven de eso tranquilos, pero para un actor como yo que de antemano no te lleva gente al cine, es muchísimo más remunerable la televisión. Es más sacrificado la tira diaria que el cine, por algún lado siempre la pagás porque estás un año entero trabajando, pero en el cine no hay mucha plata. Es más por amor que por dinero.
Fotos: Edison Sánchez/IFF Panamá y Marcelo Valles
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