#Entrevista | Patrissia Lorca, la nueva voz del musical argentino

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Protagonista de los musicales más emblemáticos de los últimos diez años en Argentina como “Rent” y “Avenida Q”, Patrissia Lorca se lanza como solista con su nuevo tema “Si sabes amar”.

Una artista completa que enamora con cada uno de sus estribillos.

 

Tal vez en sus orígenes pueda entenderse que Patrissia Lorca respire música y necesite de ella para vivir. Nacida en Estados Unidos porque su padre argentino que estaba de paseo conoció a su mamá norteamericana, fue en sus primeros años de vida que necesitaba del ambiente que recreaba el Dj de “Géminis”, la discoteca latina que tenían sus padres en Port Chester, para que ella pudiera dormir. Una vez finalizado tan potente live set, ella se despertaba y comenzaba su vida. A sus cinco años, cuando su impronta norteamericana se imponía en su cabeza, su padre hizo regresar a toda la familia a Buenos Aires, donde ella inició su carrera artística. Y aunque en sus venas corra la adrenalina del jazz y la música country, su apellido proviene del mismo lugar que del de una de las grandes celebridades de España. Insólitamente, en su árbol genealógico, figura un tal Federico García Lorca.

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-Lo siento como surreal que uno de mis parientes lejanos sea Federico García Lorca. La historia es simple aunque un poco inverosímil. La mamá de Federico García Lorca, ella era Lorca, su papá García; era la prima hermana de mi bisabuelo. La verdad es que ver algo de Federico García Lorca no me genera nada, no lo siento cercano. No tenemos nada de él, ni un escrito ni nada, tampoco anécdotas como para contar de generación en generación, pero sí su apellido Lorca vino del mismo lugar que el mío. Lo que sé de él, es lo mismo que puede saber cualquiera, pero el apellido es legítimo. Igual de nuestra parte, su apellido termina conmigo y con mi hermana, porque somos las dos mujeres.

 

-¿Si te pido una fotografía de chica?

-Mi mamá era actriz independiente allá en Estados Unidos, más precisamente Nueva York, donde vivíamos nosotros. Toda mi infancia estuvo muy ligada a musicales como “Oliver”, “Annie” y “Evita”. Y me recuerdo disfrazada de Liza Minnelli cantando “Cabaret”. La típica sillita de nena para jugar, pero vestida con unas ligas, una remera brillosa, un sombrero que me bailaba en la cabeza y yo cantando y bailando. Me generaba felicidad. Quería eso, no me importaba otra cosa.

-¿Tu papá era el cuñado de Julio de Grazia?

-Exacto. Y fue él, cuando me conoció al llegar a Buenos Aires, que me mete en el programa de televisión “Mesa de noticias”. Me decía que yo por mi histrionismo tenía que estar en tele. El chiste era que yo venía de Estados Unidos y hablaba todo en inglés y nadie me entendía. Recuerdo a Gianni Lunadei que era divino conmigo. Me cuidaba mucho. Juan Carlos Mesa también. Sentía el cariño de todos ellos. Parecerá superficial pero algo que nunca me voy a olvidar… fue una vez que vi a Carmen Barbieri desnuda en el camarín. Era una bomba, tenía un verdadero lomazo.

-El segundo paso fue nada menos que una película con Alberto Olmedo…

-Sí, otra vez gracias a Julio de Grazia que escribió y actuó en “Susana quiere, el negro también!”. Me llamó para un personaje parecido, de una nena que solo hablaba inglés. Tengo los mejores recuerdos de esos meses filmando junto a Alberto Olmedo y Susana Traverso. Olmedo era muy cariñoso y me hacía divertir en esas jornadas híper extensas. También jugaba mucho con Fernandito, su hijo, que también participaba en la película. En su momento no tenía idea de nada, pero con el tiempo tomé real dimensión de con la gente que trabajé. Cuando llegaba al colegio me aplaudían. Yo no entendía nada. Tuve una infancia hermosa (sonríe).

-Muchos chicos que comienzan con mucho éxito después caen y desaparecen…

-Es muy difícil el medio. Con el tiempo entendí que los trabajos en este ambiente hay que valorarlos siempre. Era lógico que no iba a tener ese nivel laboral siempre, por lo que después me dediqué a estudiar y al teatro independiente. Y mientras tenía mis trabajos paralelos que me ayudaban a mantenerme, cantaba en pubs y restaurantes.

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-¿Qué te hubiésemos escuchado cantar?

-De chica amaba cantar canciones de Liza Minnelli, Michael Jackson y Frank Sinatra. De más grande y en mis shows, iba por las canciones de Celine Dion, Madonna, Whitney Houston y Barbra Streisand. Hice una temporada con Luis Aguilé y después de eso ya me metí de lleno en las comedias musicales.

-Te recuerdo de “Avenida Q”, tal vez uno de los mejores musicales que vi en mi vida…

-Una experiencia maravillosa. Una gran obra que cuando me la propusieron fue todo un desafío porque había que manejar títeres. Pero era una obra para adultos. Muy gracioso ver a títeres haciendo el amor o diciendo cosas no muy correctas (sonríe).

-Hiciste “Rent” también, cuna de artistas como Florencia Otero, Pablo Sultani y Germán Tripel…

-“Rent” fue una de mis trabajos más lindos. Y lo que significó esa obra para todos los que la protagonizamos, fue genial. Después de eso, quedé en el programa de Susana Giménez, primero como bailarina del circo y luego como coach vocal de Gino Renni que cantaba “A tutti grazie”. Pero era tanto lo que me gustaba y disfrutaba haciendo “Rent”, que terminaba en lo de Susana en los estudios de Martínez y mi padre me llevaba en su auto al teatro Konex en pleno Abasto para hacer la función.

-En “Hair” hacías un desnudo completo…

-Sí. No tengo problemas con mi cuerpo. La obra así lo pedía, era todo el elenco. Igual con el juego de luces y el humo no se veía nada. Pero al tener un libro tan maravilloso hace que todo se disfrute. Los grandes elencos también permiten soltarte y disfrutar de lo que hacés. El actor de comedia musical es muy generoso, muy de ayudarse uno con el otro. En “Hair” descubrí un hermoso grupo de gente también.

-En tu actual “Bare, una ópera pop” brillás…

-Mi personaje es Sor Chantal, la monja de un colegio muy estricto. Para ponerle una frase, es la típica “perra que ladra no muerde”. Muy jodida y exigente. Tiene a todos cortitos y hasta usa un silbato. Pero ama su profesión, ama enseñar y más allá de ser la maestra de arte, a la vez muestra un lado muy vulnerable. Mi personaje, dentro de su rigidez, entiende que un chico puede tener la orientación sexual que desee. Ella pregona “Dios todo lo hace bien”. Y me siento muy identificada con esta monja en el sentido que la gente tiene que ser feliz y liberar su sexualidad, porque es al día de hoy que tengo amigos que no pueden reconocer su sexualidad libremente, porque dicen que los miran mal, los prejuzgan. Amo a Sor Chantal porque tiene una cabeza muy abierta.

-Estamos esperando tu nuevo disco, del cual ya escuchamos “Besos de caramelo” y “Si sabes amar”…

-Sí, estoy en la última etapa junto al Chino Asensio. Será un disco netamente pop. Si bien soy un amante de la música jazz, quiero hacer algo bien pop. De “Besos de caramelo” y “Si sabes amar” soy la coautora. La última es una canción que adoro y que significa mucho para mí porque está dedicada a todas esas personas que siguen creyendo en el amor (sonríe).

-Siempre hay que creer en el amor…

-Claro que sí. El amor está en muchas partes y en muchas personas. Está en la persona con la que compartís un objetivo en común pero también en disfrutar lo que hacés y que la gente disfrute de aquello. El amor tiene muchas formas. Y esa canción habla un poco de eso.

 

 

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