Portada | 100 Ediciones | Ícono, Valeria Mazza

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Son las cinco de la mañana, el centenario club Estudiantes de Paraná luce desierto, sólo un puñado de jóvenes percibirán el amanecer desde la pileta. Un trasnochado descansa en las lindantes barrancas del Parque Urquiza -vecinas al río Paraná- mientras en la pileta, la “Rusa”, mejora sus tiempos. El reloj es como una guillotina para esta adolescente, tanto dentro como fuera del agua. Poco antes de las siete, abandona el entrenamiento, vuelve a desayunar y se encamina para el Normal José María Torres donde cursa el secundario. “La natación no hace el carácter, lo pone a prueba” esboza un grafiti. Bien lo sabe la “Rusa” que viene de ser campeona de natación en la categoría Cadetes en ese mismo escenario. Tiempo después, la vida le propondrá distintos andariveles y la alta competencia le exigirá privaciones. Por un carril quedará esa “Rusa” que prometía medallas deportivas y, por otro, la modelo argentina más influyente de la historia.

“Soñé en algún momento ser deportista Olímpica, no sé si hubiera llegado o no, pero cuando tenía 16 años la decisión fue o me dedico a intentar poder llegar a una olimpíada o me dedico a vivir. Hasta ese momento mis amigas salían o hacían una actividad y yo tenía que entrenar todos los días y los fines de semana teníamos competencias. En época de carreras importantes entrenábamos a las cinco de la mañana, luego me iba al cole, a la tarde entrenábamos de nuevo. Por eso admiro a los deportistas porque sé del sacrificio, la entrega y la disciplina. Tenés que dedicarte, ser paciente, llorar cuando no te sale pero salir a flote con nuevas ideas al otro día”, cuenta Valeria Mazza, ya con nombre propio que trascendió fronteras. Fue elegida hace veinte años por el diario El Mundo entre las 100 mujeres más sobresalientes del siglo XX. Para tomar dimensión de su trayectoria en su profesión, sólo dos modelos integraron la lista definitiva: Claudia Schiffer y aquella prometedora nadadora.

En una charla extensa donde su verborragia, jamás toma respiro, intentamos descubrir las claves de su consolidación y vigencia como ícono en la moda. Valeria sostiene que “no es fácil mantenerse durante tanto tiempo, trabajé en base a mi esencia, fue como muy verdadero todo lo hecho. La gente lo ve, lo cree y lo respeta. Hubo también un compromiso de ir buscando, cambiando e ir reinventándose. Crecía a la par de la gente y han compartido mi carrera y mi familia. Se valora una entrega real y creíble”.

Fotos: Charly V Real
Fotos: Charly V Real

 

-¿Cuáles fueron los obstáculos a superar?

-He llorado muchas veces en mi carrera y muchas veces las cosas no me salieron como quería. Siempre lo que se ve es la foto que está publicada pero atrás hay muchas fotos que nunca se hicieron. Que te hubiera gustado que pasaran, siempre lo que se ve es el éxito pero nunca la planificación, el esfuerzo y el trabajo para llegar a eso. No hay otra manera de lograr algo sin esfuerzo. La contención familiar es muy importante para que te ayuden a tomar decisiones y que te mantengan los pies en la tierra (…) La idea es aprobarte, quererte y respetarte para que lo hagan los demás. Cuando sos más chica hay más dudas sobre lo físico y por ahí es peligroso porque encontrás gente que te dice que tenés que ser más flaca, tener más lolas, más rubias, etc. Por eso es importante aceptarse, cuidarse y saber para tomar buenas decisiones. Cuando no te aceptan no tiene nada que ver con vos, sino que el cliente buscaba otra cosa. Es imposible entrar en todos los requerimientos.

“He llorado muchas veces en mi carrera y muchas veces las cosas no me salieron como quería. Siempre lo que se ve es la foto que está publicada pero atrás hay muchas fotos que nunca se hicieron.”

-¿Cómo se trabaja hoy con la amplia cosificación que hay en los medios?

-Hay en redes sociales una necesidad de conseguir “likes”, buscar la aprobación afuera. Los medios han cambiado muchísimo, en el momento en que hice mi carrera había una gran diferencia con los medios de comunicación actuales. Siempre les digo a mis chicas (dicta un curso en la Universidad de Palermo) que pueden dar lo máximo para verse lo mejor que puedan cada una. En general, la mujer tiene una autoexigencia tremenda, por ahí tendemos a tomar malas decisiones. Hay que mirarse en el espejo y aceptarse, está bien que se puede hacer gimnasio, deportes, cuidarse, pero hay cosas que no se pueden modificar y no tiene por qué estar mal. Toda la vida me hubiera gustado tener piernas más largas pero obviamente no lo iba a conseguir.

-¿De chica siempre tuviste esas certezas?

-Cuando era chica no me daba cuenta, me sentía como todas las adolescentes con muchas inseguridades pero hoy viendo con el tiempo he sido muy aventurera y arriesgada en las decisiones. Sabía lo que me gustaba y lo que quería, entiendo que tiene que ver con la educación, me enseñaron que las cosas se logran con esfuerzo, sacrificio, disciplina. Me educaron mucho mis padres y mi profesor de natación. Aprendí mucho ahí porque todo era tirarse a la pileta e ir para el frente, aprendés a competir, que es superarse continuamente y no matar al rival. El éxito es rendir al máximo y no conseguir una medalla. Hoy uso mucho el deporte como forma de educación para mis hijos porque tanto a Alejandro (Gravier, su esposo) que hizo rugby, como a mí, nos ha formado mucho.

-La paciencia y la perseverancia, propias de la natación, ¿fueron otras de las claves de tu vida?

-Totalmente, esa es otra cosa que aprendés caminando cuando a veces tenés que decir que no, que es un camino más largo pero más firme, uno piensa que si se niega no lo van a llamar nunca más, pero a la larga es más seguro o tiene más que ver con lo que uno es. Lo importante es respetarse.

Fotos: Charly V Real
Fotos: Charly V Real

-Alguna vez dijiste que lograste mucho más que lo que soñabas, ¿qué se te pasaba por la cabeza?

-Nunca soñé con todo esto, de chica quería ser maestra y trabajar con chicos con discapacidad, de hecho busqué la especialidad por eso lado. Lo de modelo se fue dando de a poco y decidí probar y me fue yendo bien. Me vine a Buenos Aires y empecé a trabajar muy bien, al tiempo que arranqué con los estudios de Terapia Ocupacional y a trabajar con los chicos. Al año de estar en Buenos Aires, yo estaba de novia con Alejandro y le conté que me estaban ofreciendo ir a trabajar a Milán. Me fui tres meses y me fue muy bien, cuando volví hice otro año de estudio y trabajo acá, al año siguiente me fui a Japón y estuve dos meses y, tras otro tanto más en nuestro país, viajé a Nueva York y ya no regresé. Apenas llegué tuve trabajos relevantes para Vogue y Elle con jeans Bensimon, una campaña con gigantografías en todos los negocios que no podía creer y al año ya salió el primer contrato con Guess que fue en 1993. En ese tiempo ser una chica Guess te diferenciaba de la modelo. Chicas lindas hay millones, modelos miles y conocidas con nombre y apellido mucho menos. ¿Cuál es la diferencia? Es muy imperceptible, es personalidad, estar en el momento justo, el lugar indicado. No hay reglas ni nada escrito.

“Nunca soñé con todo esto, de chica quería ser maestra y trabajar con chicos con discapacidad, de hecho busqué la especialidad por eso lado. Lo de modelo se fue dando de a poco y decidí probar y me fue yendo bien.”

-Se dio además el momento de los supermodelos…

-Claro, los noventa eran la época de moda de la moda. Las modelos estaban de moda y los diseñadores eran grandes estrellas, las modelos empezaron a ocupar un lugar que antes estaba impensado, a hacer cine, a determinados lugares. Hoy está mucho más repartido y ocupan lugares en publicidades, es decir, son imágenes de empresas donde antes estaban las modelos. Por ejemplo, Messi hoy vende productos que no tienen que ver con lo deportivo en sí, pero constituye una imagen muy fuerte. Por otro lado, están las mediáticas que no son modelos sino personalidades que tienen un nombre que se usa para vender. A veces les pregunto a las jóvenes, ¿A vos que te gustaría ser? Y por ahí me contestan: “panelista en un programa de televisión” (se ríe). Y la verdad no sé si es una profesión. O me dicen “sueño con ser famoso”, pero eso no puede ser un objetivo, es una consecuencia o no de un trabajo bien realizado. Hoy no importa cómo se consigue y ahí está lo peligroso.

Fotos: Charly V Real
Fotos: Charly V Real

-Hablame de tus contribuciones en acciones solidarias.

-Siempre fue parte de mi vocación. A pesar de correrme del camino original, traté de unir estos dos mundos, mi vocación con mi carrera. Tuve suerte de tener voz en los medios y me uní a diferentes causas, si bien me piden un montón, de ser madrina y no puedo comprometerme con todos, cuando acepto me gusta cumplirlo. Siempre seguí ligada a Olimpíadas Especiales porque comencé con ellos a los 13 años, tiene que ver con el deporte y personas con capacidades diferentes. Pude hacerlo en los diferentes países donde estuve y luego me uní a UNICEF para campañas en África, hacemos acciones para el Hospital Austral…No obstante, son muchas las causas válidas y nuestro país necesita que nos involucremos todos.

-A la madre Teresa le encantaba repetir: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”.

-Seguro, ahora con Alejandro (Gravier) nos sumamos a Posibl.com, que es un multimedio que distribuye material de alto impacto social. Por citar un ejemplo, al ingresar al sitio podés ver diferentes documentales que se hacen y viralizás a través de la comunicación un tema y todos tienen “call action”, eso hace llamar a la gente a que se comprometa. Por ejemplo en Misiones, la Fundación Change estuvo trabajando con el trabajo infantil en la recolección de la yerba mate. No sólo que existe trabajo infantil en la recolección sino que mucha de esa gente está en una situación de pobreza extrema, viviendo en los campos de una manera inhumana. No puede ser que se mire para otro lado. En mi caso lo desconocía hasta que vi el documental, hoy se está trabajando en un proyecto de ley que se presentará en el Congreso, estamos empujando para que se convierta en ley, que el producto tenga una etiqueta que asegure a los consumidores que no lleva trabajo infantil. Hay que controlar y certificar a las marcas.

-Descuento que has recibido mucho pero, ¿te gratifica más dar que recibir?

-Sí, por ahí tiene que ver con la edad o con lo vivido, pero te das cuenta que en la vida es dar. El dar en algún punto es egoísta porque la satisfacción que recibís cuando das es tan grande, es maravilloso. A mí me gusta que todo debe tener un objetivo claro y cumplirse en el menor tiempo posible para que la gente lo palpe y vea el cambio. Además, tiene que ser tangible. Es más fácil comprometerse cuando conocés. Tengo que ser una agradecida que tengo la posibilidad de darle voz a los que más lo necesitan, quiero usar esa herramienta.

-¿Cuánto contribuye a la crianza de tus hijos el ejemplo?

Es innegable que tus hijos aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan, el ejemplo es fundamental. Estas movidas incentivan, hace que gente quiera hacer más o sumarse. Aunque estemos rodeados de malos ejemplos, que no haya respeto hacia el otro, que cada uno haga lo que quiera sin que haya consecuencias. Por lo tanto, hay que mostrar la diferencia de lo importante que es el respeto.

Fotos: Charly V Real
Fotos: Charly V Real

-¿Ha sido esencial la conexión espiritual?

-Siempre digo que me acerqué mucho más a la religión cuando fui madre ya que es una movilización tan grande, aunque crecí en una familia católica. Para mí es muy importante la familia porque es la célula de toda sociedad. Te marca para toda la vida, con sus cosas buenas y malas y es inevitable que como padres nos equivoquemos pero está bueno aprender de los errores y mostrarles a tus hijos algo positivo. Es esencial es tener una actitud positiva ante la vida y ante quienes nos rodean.

-¿Cuál es tu cable a tierra?

-Mi casa es mi lugar. Me conecta conmigo, por ejemplo, hoy tenemos una cena en casa y me encantar recibir, hacer todo en casa, preparar la comida, en este caso armar las empanadas (risas). Me gusta ocuparme del día a día, buscar y llevar a mis hijos al colegio, etc. Hacer una rutina común, por ahí alguno puede pensar que me encanta estar tirada patas para arriba con alguien que me esté abanicando (se ríe), pero estoy lejísimo de esa realidad. A la vida hay que ponerle onda y cariño, aprendizajes y vivencias que moldean tu personalidad.

“Mi casa es mi lugar. Me conecta conmigo, por ejemplo, hoy tenemos una cena en casa y me encantar recibir, hacer todo en casa, preparar la comida, en este caso armar las empanadas (risas).”

-Cuando nadabas imagino que era superar tus tiempos, ¿cuáles son tus metas de hoy?

-El desafío más grande es educar a mis hijos. Después hay cosas pendientes todo el tiempo, ya sea hobbies o cosas que te gustan, pero hay que buscar disfrutar lo que se hace. Tengo la suerte de poder elegir y dedicarme a lo que me llena, por ejemplo mi casa. Hace tiempo era como una invitada más, incluso no tuve casa fija porque saltaba de un lugar a otro, igual siempre le buscamos lo positivo a todo. El amor es una decisión, es querer despertarte cada día y elegir hacerlo dónde estás. Hay que trabajarlo y no sale porque sí. No es fácil, hay que correrse del protagonismo, cuando sos padre dejás un montón de cosas de lado, salidas que no hacés, actividades, programas, etc. Hay que estar todo el tiempo consensuando, dando, lo ideal es no esperar nada a cambio.

Fotos: Charly V Real
Fotos: Charly V Real

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