Sin duda un nombre que ha estado dando vueltas en la escena electrónica mundial desde siempre ha sido el de D-Nox, o mejor dicho: D-Nox & Beckers como se conoce al proyecto musical que encarna junto a Frank Beckers desde hace más de 13 años. Miembro de la generación alemana hija de Kraftwerk que vio nacer la música techno a principios de los 90s, Christian Wedekind –su verdadero nombre- se mantuvo desde esos tiempos, fascinado y fiel por un estilo low-tech más cercano al vinilo que a la Macbook.
Pero D-Nox es además un habitué de nuestro país, en donde vive su hija y al que prefiere por sobre otros destinos –no es raro verlo también por Brasil, Japón e Israel- por la mundialmente célebre pasión argentina por la música. Lo encontramos justamente de paso por La Rioja, provincia que visitó para para tocar su música en Beat Soul, un evento de electrónica que se organizó colaborativamente entre varios DJ´s y productoras locales. Con muy buena onda, nos regaló una larga charla donde recorrimos su historia como artista, el proceso creativo detrás de su música y su mirada sobre la escena techno argentina e internacional.
“Acá todo el mundo está apasionado por la música”
-¿Qué música escuchabas cuando eras jóven?
-Uff, en los ochenta escuchaba todo lo que podía, que es lo que los jóvenes occidentales se criaron escuchando: desde Madonna a Rick Astley, pero después en los 90´s empecé a escuchar también mucho rock: AC/DC y Guns n´ Roses. Pero eso fue después, gracias mis primos en Dusseldorf porque a finales de los 80´s mis padres tomaron la gran decisión de escaparse al Oeste: mis padres, mi hermano y yo cruzamos el muro ilegalmente.
-¿Y porque decidiste ser DJ?
-Bueno, terminamos viviendo en Dusseldorf, una ciudad industrial famosa por ser la cuna de la música electrónica y de bandas legendarias como Kraftwerk. De golpe me encontré, un chico de 15 años, con toda la cultura occidental al alcance de mi mano, con discotecas por todas partes, chicas, música fuerte, luces, humo, esa sensación de juventud y libertad era increíble. Ahí fue cuando me dije que eso es lo que quería hacer por el resto de mi vida.
-Y como construiste tu carrera desde esos primeros días hasta el éxito.
-Primero tuve un sueño: ir a tocar a tal lugar, entonces me hacía de amigos, buscaba contactos e iba, y una vez que cumplía ese sueño buscaba otro, como ir a tocar a Austria o Amsterdam. Durante 10 años me manejé así, siendo solamente un DJ que va a clubes a tocar, hasta que me di cuenta que para crecer necesitaba algo más, que es la producción musical. Así que comencé a comprar equipo, hablar con gente especializada…
-Hasta ese momento solo te importaba estar frente a las bandejas en un club…
-Sí, todavía es lo que más me importa. Pero entendí que si se quiere ser exitoso necesitas producir, tener una discográfica, muchas cosas más. Así fue que conocí a Frank Beckers, alrededor de 2004.
-¿Qué me podés decir de tu estilo y como lo desarrollaste?
-Hmm… bueno… el estilo es muy difícil de poner en palabras, sobre todo porque llevo andando un largo trecho, vengo de los 80´s pero con influencia de la música de mis viejos. Te puedo decir que es techno, por supuesto, pero no es hard techno, ni música house cursi, no es trend, es una cruza de todo lo que me gusta: energética, no demasiado ruidosa, creo que es una saludable rebanada de todo.
-¿Cuál es tu opinión de la escena electrónica local?
-En Argentina lo más popular es la house progresivo que se ve mucho en DJ como Hernán Catáneo, Nick Warren, John Digweed. Cuando esos tipos vienen la gente se vuelve loca, son muy populares. Pero para el underground creo que lo que más pega es el techno, el verdadero techno, que tiene un revival muy importante con la música volviéndose más oscura. Se nota que el EDM, no quiero decir que ha muerto está muy disminuido, Afrojack y David Guetta, que eran tan grandes hace dos años atrás ahora están desaparecidos. Acá realmente la música house, la que se escucha en Ibiza, nunca entró, no se escucha.
-Vos también sos muy popular y soles ir seguido a Brasil ¿Qué diferencia encontrás entre los dos países?
-Es totalmente diferente, acá la gente es apasionada por la música y cada DJ que viene dice que son el mejor público que han visto. Yo no puedo más que estar de acuerdo.
Brasil a mí me gusta mucho, pero tiene que ver más con otras cosas, como el aire caribeño, el tamaño del país, el clima. La gente tiene buena onda pero está menos educada en la música que acá. Acá todo el mundo está apasionado por la música, tal vez en Brasil esa pasión se vuelque a otras cosas.
-La tecnología y la música electrónica van de la mano pero, ¿te consideras más old school con tu música o te entregás a los adelantos tecnológicos a medida que vienen?
-Hasta el día de la fecha nunca he intentado usar una computadora para tocar música. No sabría cómo además, nunca me senté a probar. En el estudio sí, pero es distinto porque solo la usamos para escribir música. Hoy toco en un CD player, pero soy totalmente oldschool, vengo del vinilo y aunque ya no lo uso, me gusta tener que elegir la pista sin ayuda de ninguna computadora que mezcle o seleccione.
-¿Cómo llevas tu faceta de productor? Sé que tenés dos sellos: Plastic Park y Sprout Music
-Plastic Park está bastante tranquilo por el momento, en parte porque no tengo el tiempo para so sellos y en parte porque ya no hacemos vinilo en realidad. Así que toda la energía está puesta en Sprout Music con el que trato de tener seis lanzamientos en el año, así que cada dos meses más o menos. Pero prefiero tomarme el tiempo y sacar algo cuando tengo pistas que me gustan y sentimos que es el momento, es un sello para mí y mi amigos así que cuando alguno tiene algo que mostrarme y me gusta, vamos para adelante.
-¿Y con tu propio material? ¿Cómo articulan con Beckers cuando se juntan?
-No sentamos en el estudio, empezamos a hablar, nos tomamos un café y tratamos de conectar. Después empezamos a escuchar música, lo que me gusta a mí y lo que le gusta a él para encontrar un sonido fresco. Después simplemente comenzamos: buscamos la percusión, el beat, la melodía, tal vez buscamos voces. Somos bastante expeditivos, si no queda bien en un día entonces seguimos con otra cosa.