Quien conoce a Alejandro conoce a un inspirador. Un intérprete y un artista de los sueños, lugares, personajes y situaciones. Fantasías difíciles de describir, amalgamas de conceptos propias de un observador de la realidad, exquisito.
Es uno de los responsables de crear esos mundos fantásticos y personajes épicos que vemos en las películas o en los videos juegos. La unión entre la imaginación y el talento confluyen en la mente y el cuerpo de Alejandro, quien además de su talento, es un ser entrañable y simple como un amigo del barrio. Su simpleza no hace más que exaltar su asombroso talento. Es difícil comprender para la mente inundada de problemáticas cotidianas que el pibe del barrio, “Burda” como le decían en el cole sus compañeros, el que los dibujaba de adolescentes mientras se aburría en la clase, es hoy, un exitoso. Y con la palabra éxito no me refiero a lo económico precisamente, sino a conseguir vivir todos los días haciendo lo que nos gusta y apasiona. En el caso de Alejandro: dibujar Porque quien conoce a Burda, conoce a una persona feliz.
-¿Cuándo fue que pensaste o sentiste que el dibujo en tu vida iba más allá de ser algo que disfrutabas, un estilo de vida, tu oficio?
-Dibujo desde que tengo uso de memoria como la gran mayoría de los dibujantes. Mi vieja me solía llevar cuando hacía las compras o algunos trámites y yo, con un cuadernito en un rincón me ponía a dibujar en donde sea. Esos son los primeros recuerdos que tengo con el dibujo. Después, esa vocación incipiente afortunadamente nunca se perdió… porque es muy fácil desenfocarse. En mi caso, gracias a la familia y a la vida misma, pude ir desarrollando interés por el comics, el cine y lo que había en esa época que no era mucho, estamos hablando de los ´70 estaba en el colegio primario.
-¿Cómo fue ese proceso de pasar de ser hobby a convertirte en un ilustrador profesional?
-Comencé a dar clases de dibujo a mis compañeros. En ese momento todavía no era Burda… era simplemente Alejandro Burdisio. Ale vos que dibujás bien y la tenés clara con esto ¿por qué no nos enseñás? me decían y así fue que armé un cursito en la cocina de mi casa. Al principio tenía 10 compañeros, después 30… me empezaron a llamar de los estudios de arquitectura para que fuese a hacer perspectiva de proyectos que ya tenían… también los grupos de tesis. En 3er año de la facultad ya tenía mi oficio armado. Iba a clases y paralelamente dibujaba profesionalmente. Estuve 11 años en la facultad de arquitectura (risas). No por vago sino porque me gustaba. Debería haberme recibido, es algo que siempre le digo a los chicos… no renieguen del conocimiento académico. Los dibujantes y los artistas en sí tenemos esa cosa de que somos autosuficientes y autogestionados y nos enorgullecemos de eso, pero para mí es importante no dejar de lado lo académico. Es algo que te complementa y en mi caso estoy enteramente agradecido de mi formación académica. Me nutrió de conocimientos técnicos y entré a la historia del arte. Siempre le digo a los chicos que trabajan con los videos juegos que vayan a ver Caravaggio, Monar y los grandes clásicos de la pintura… hacían los mismo que hacemos nosotros en la antigüedad y con el 90% menos de tecnología que nosotros.
-Lograste pasar ileso la etapa de la adolescencia con tantas distracciones…
-Para mí es quizás la etapa más frágil. Uno es muy propenso a desenfocarse. Fue la única época en la cual pasé 1 o 2 años sin dibujar a conciencia. Después vino el servicio militar en el año 85… y en la colimba ¿qué hice? Dibujar… Me la rebusqué como soldado dibujante laburando en la plana mayor. En realidad lo que hacía era llenar planillas, manejar rotring… De alguna manera siempre relacionado con el tema, es decir, el dibujo siempre me tiró una soga hasta hoy, fue una especie de salvavidas.
-¿Cómo fue tu formación académica?¿ Estudiaste Arquitectura?
-Sí, pero no fue así nomas. Cuando salí de la colimba en primera baja después de 6 meses no sabía que hacer… ya había perdido el año lectivo y no había facultades para inscribirse, entonces hice un curso de pintura, un taller. Ingresé a diseño gráfico en la Mariano Moreno -que en esa época era una sola oficina prácticamente- creyendo que lo mío era la publicidad y el diseño gráfico. Paralelamente quería estudiar una carrera universitaria así que me fui a La Plata. Allá estaba la carrera de Artes Visuales, había muchas cosas más relacionadas con la publicidad a nivel profesional… No me gustó La Plata más que nada porque era un pibe con 19 años… hoy calculo que sería diferente. Entonces me volví y comencé a estudiar arquitectura. Esa fue mi segunda puesta en crisis con el dibujo.
-¿Puesta en crisis? explicame eso…
-Me refiero a relacionar el dibujo con el conocimiento. Entré de lleno a la historia del arte y de la arquitectura, el manejo de la perspectiva en lo cual yo me perfeccioné en estos últimos 20 años y ahí, descubrí mi vocación concreta de ilustrador y la posibilidad de construir un oficio de eso. Me di cuenta de que no me iba a recibir porque me llamaba mucho más la atención el dibujo y el diseño que el título de arquitecto en sí. No era necesario para mí. Ya me había definido como ilustrador.
-Además, no terminaste arquitectura pero te casaste con una arquitecta….
-(Risas). Aparte que no solo ella es arquitecta sino que es freaky como yo de todo el tema de la historieta, los videos juegos… es más, jugamos juntos… compartimos juntos todo.
-Tuviste un paso fugaz por el humor gráfico… contanos un poco de eso…
-Sí, para mí el humor es el elemento de amalgama social. Si no fuera por el humor estaríamos todos cagándonos a piñas todos los días. En mi caso el humor estuvo presente siempre. Desde chico leía Inodoro Pereyra y todo lo de Fontanarrosa, Paturusito y lo que te imagines de humor gráfico. El humor para mí, fue el puente para dejar la arquitectura y comenzar a realizar lo que estoy haciendo actualmente. Un día le digo a mi señora: “estoy harto de la arquitectura, no crezco artísticamente, estoy aburrido, estoy malhumorado con esos laburos, ya aprendí muchísimo de la arquitectura y necesito dibujar otra cosa”. Así que me hice un blog, dibujaba hojas A4 y las subía una por semana. Esto era en la época en la que no había Facebook. Empezó a tener repercusión muy positiva y gracias a ese blog lo conozco a Nico de Mateo y Pupi Herrera, ellos estaban por editar la revista “La Murcielaga” y sin conocerme personalmente me invitaron a participar y fue justo lo que necesitaba para reafirmar ese cambio. Les dije que sí y además no había un mango, todo era de onda. La sección se llamaba “Urbana y el Marrano”. Urbana era mi tía y el Marrano mi tío. Gustó y fue como mi carta de presentación y de ahí comenzó a moverse todo.
-¿Para el ambiente gráfico siempre fuiste Burda?
-No, casualmente en esta movida Nico en un momento me preguntó cómo iba a firmar mis publicaciones y se me ocurrió Burda porque así me decían en el secundario. Además de ser cortito como el nombre de los perros (risas). Ahí fue que nació Burda el artista plástico, el ilustrador con un nombre propio.
-¿Y del humor a lo que haces hoy como fue el proceso?
-Apareció de pronto una oportunidad, esas cosas que te pasan muy pocas veces, que en mi caso fue pegarla con un dibujo, que se transformó en una serie, que me hizo conocido en el ambiente: Universo Chatarra. Literalmente me subí a un autito de esos y me fui… (risas). A veces hacés 20 mil dibujos y uno de esos pega una oportunidad como esta. No te das cuenta en el proceso lo importante que puede llegar a ser. Ese dibujo disparó una serie que encerraba todo lo que a mí me gustaba: arquitectura, diseño, ciencia ficción, la estética urbana, etc. Lo que hice fue combinar todo lo que ya existe, que fue la consecuencia de un gran trabajo de observación, que es algo que le debo mucho a la arquitectura.
-Qué importante que es el juego en todo lo que hacés, mantener la cabeza en estado lúdico.
-Sí, totalmente. Mis amigos y conocidos por ahí no entienden lo que hago. Les pasa a muchos dibujantes… la típica: “¿y vos que hacés? –Dibujo…” y te dicen: “pero ¿en qué laburás?” . Y me ven que viajo por todos lados y me preguntan qué es lo que voy a hacer… les digo que voy a dibujar o a dar charlas y no lo pueden creer… no entienden. Les explico que personas como yo diseñan los juegos que consumen sus hijos como el Mortal Kombat, Counter Strike… Osea, trabajo para la industria del entretenimiento. Que hoy es una de las que más factura en el mundo, recién ahí, les cae la ficha sobre nuestro trabajo.
-Hoy tenemos muchos recursos digitales para desarrollar arte gráfico ¿Cómo definirías tu técnica de trabajo?
-Soy formado en la vieja escuela, osea a lápiz y papel. Me formé sin medios digitales. Hoy estoy trabajando con medios digitales y me adapté a las nuevas técnicas. Siento que entré por la ventana al mundo digital, si hubieran pasado unos años más, no sé si entraba tan fácil. No tengo ninguna duda de que tipos como Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel vivieran, estarían dibujando en medios digitales. La cantidad de posibilidades del entorno digital son increíbles, me abrió la cabeza pero nunca abandoné el papel, los lápices y pinceles.
-¿En qué estás trabajando actualmente?
-Hoy estoy trabajando con dos productoras de Buenos Aires haciendo concept para cine relacionado a la ciencia ficción. Tema que se está moviendo mucho en Latinoamérica. Una de las productoras trabaja para la franquicia Fox que tienen como 10 canales y en varios de esos canales están apostando a hacer ciencia ficción en Latinoamérica. Estoy dibujando escenarios de personajes, naves, etc. Hago 2 o 3 por días para el trabajo de producción, que es un trabajo que casi no se ve y no se publica pero es un laburo muy interesante y muy lindo porque es muy creativo, con mucha técnica de impacto visual y es lo que más me gusta hacer. Espero verme el día de mañana laburando en producciones cada vez más grandes.
Agradecimiento: Luis Cuello
