Sergio Chotsourian | “Todas las vivencias van directo a la música, así que hay que vivir.”

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A veces el infortunio se transforma en bendición. Sergio Chotsourian lo sabe muy bien, porque el destino le puso una guitarra en las manos, en el momento menos esperado. Y no paró. Y no para. Y no piensa parar. Los Natas, Ararat, Soldati. Mensajes y conceptos musicales que sufrieron la metamorfosis necesaria, y que sólo la experiencia de vida, pudo traer.

-¿Estamos en tu laboratorio?

-Este es mi estudio de grabación, el controlroom. Acá tengo todos mis juguetitos viejos, años 70, 80. También tengo mi central de Photoshop, que es una Mac vieja que debe tener 15 años, la última que se hizo yankee. También tengo mi stock de discos, todo lo que va saliendo de CDS, de vinilos para la gente que a veces viene a buscar copias, a comprar. Se puede decir que acá pasan muchas cosas y paso muchas horas de mi vida así, trabajando.

-¿Siempre fuiste el encargado del diseño en todo lo relacionado a tus bandas?

-Sí, yo arranqué con el diseño gráfico antes de ser músico. Trabajé para revistas de skate o de bike en su momento, también para la revista D-Mode. Y también llegó un momento en el que estaba laburando para la marca Diesel y estaba empezando con la música, en un momento de mi vida fui un pibe con un quiebre grande, firmamos contrato en el 94 con una compañía de San Francisco, ahí empezaba el movimiento de lo que hoy se llama Stone Rock o doubt metal banda como Queen of the Stone, capaz es la más conocida. Ahí fue cuando dije “empiezo con todo con la música” y empecé a poner todo lo que es el diseño gráfico al servicio de la música. Todo lo que es flyers, posters, edición de las tapas de discos, las ediciones en vinilo que tenemos muchas. Son todas cosas que a mi me encanta hacer, capaz tengo un estilo medio crudo o básico, osea dos colores. Pero bueno, es lo que me gusta hacer a mi. Para mi se junta mucho lo que es la música con el arte y la estética, van siempre unidas de la mano desde un video hasta un arte de tapa o la manera en la que vos armas tu logo o tu Facebook o Instagram. Me apasiona que todo sea un mismo mensaje.

Fotos: Santiago Ruiz

“yo arranqué con el diseño gráfico antes de ser músico. Trabajé para revistas de skate o de bike en su momento, también para la revista D-Mode.”

-¿Cuál es ese mismo mensaje?

-Va cambiando por momentos. Cuando arranqué capaz el mensaje era un poco del viaje, la psicodelia, la locura, del trip que a mí me genero la música cuando yo arranqué en el 94. Otra etapa fue el mensaje más lisérgico, más tal vez que tiene que ver con ciertas sustancias y plantas sagradas por así decirlo. Ahora hace un tiempo que, por ejemplo con el disco de Ararat, hace unos años cuando arrancamos con la Family de Volcom también, el mensaje era la cabalgata hacia la luz. De ir por ejemplo, de mi primer banda que tuve que fue los Natas que duró como 15 años, 10 discos, 9 giras en Europa, una carrera muy prolifera por así decirlo pero también una banda muy oscura. Invocábamos a todas las energías del pasado y de la muerte para plasmarlo en un viaje musical. Después de mucha oscuridad, vino la cabalgata hacia la luz, y ahora el mensaje es muy de honestidad de encontrarse con uno y no es algo de un día para el otro, no es algo que lleva 5 minutos. Uno siempre puede estar más conectado, puede ser mejor padre, mejor amigo, mejor hijo, mejor pareja, mejor persona y no es que me la dé de santurrón porque yo también he vivido mucho y me mandé muchas pero por lo menos el intento está de presentarme con mi música y con mi arte con mayor honestidad y sobre todo libertad. Siempre desde el 94 hasta ahora si hay algo que acompañó todo el proceso mío de desarrollo es esa búsqueda de libertad. A veces pensando que está por un lado y a veces pensando que está por otro, pero hoy entender que la libertad son pocas cosas, es no querer comerte el mundo sino con poco. Con lo que a uno le pasa. Poder transmitirlo y conectar con la gente, y de eso se trata la música también. De la conexión con la gente. Primero la conexión con uno, con lo que sentís. Después con el instrumento, el estudio de grabación y finalmente lo que importa es la conexión con la gente que se siente identificada con una palabra o frase, o por una imagen que utilizaste en el disco ponele.

-Y esos cambios cómo fueron tomados por los seguidores. ¿Acompañaron o hubo resistencia?

-Hubo un quiebre grande con el público, sí. Sobre todo al principio se notó porque el mensaje cambió y fue rotundo, y el público también se fue reciclando. También la gente que venía a ver Los Natas hace 10 años, o tuvo hijos o dejó de consumir o dejó de salir a la noche. Igualmente para toda esta gente de Los Natas, siempre en todos estos años y hasta el dia de hoy sigo trabajando en reediciones de vinilos, de CDS. La gente fanática puntualmente de Los Natas sigue recibiendo material. Cada tanto sale algún nuevo clip que se genera a raíz generalmente de propuestas de otra gente y el público nuevo es el público nuevo.

Fotos: Santiago Ruiz

-Contame de Soldati, tu banda actual.

-Mi nueva banda que se llama Soldati, porque estoy con dos amigos nuevos que me dio la vida, que son soldados. Sos chicos más jóvenes que yo, que nos juntamos a compartir vida. Los tres somos padres, la música es como un complemento o un suceso que parte de nuestra amistad. El público se renueva pero también ahí nos estamos encontrando de vuelta con el público viejo de Los Natas, porque es un trío bastante parecido de rock psicodélico y pesado. Así que cartón lleno. Me pude dar el gusto en todos estos años de tocar todos los instrumentos que quise, tocar con los músicos que quise también. Los chicos de Ararat, ahora los de Soldati, en el medio hacer participaciones como por ejemplo con Jorge Araujo, baterista de Divididos, Ernesto Romeo, tecladista de Klauss, hasta Ricardo Iorio, prócer del metal argentino. Muy contento con todo lo que me pasa, muy agradecido y sobre todo ahora tratando de sostener, ¿no? Ya no es a cualquier precio como cuando uno arrancó. Aprendí que todo tiene un precio. Creo que a las facturas las pagás tarde o temprano, entonces pagar el precio justo para hacer lo que me gusta, estar con la gente que quiero y que la cosa viaje bien, por abajo. Tranqui, pero que viaje bien, a paso firme, poco lento.

“Hubo un quiebre grande con el público, sí. Sobre todo al principio se notó porque el mensaje cambió y fue rotundo, y el público también se fue reciclando. También la gente que venía a ver Los Natas hace 10 años, o tuvo hijos o dejó de consumir o dejó de salir a la noche.”

Fotos: Santiago Ruiz

-Vayamos un poco más atrás. Los inicios en la música…

-Nunca se me había ocurrido en la vida que iba a ser músico y que iba a tocar la guitarra. Yo andaba en bike, en rampas. Era bastante bueno en su momento, volaba bastante alto pero tuve un accidente fuerte: rotura de ligamentos cruzados. Tuve que estar un año y medio entre operación y recuperación y al poco tiempo un amigo me dice, “Sergio con 100 dolares te podés comprar una guitarra eléctrica y un equipito”. Yo le dije, “¿para que?. Y me responde, “boludo vas a estar un año y medio parado, con la gamba arriba, hacé algo que te haga bien”. Me acuerdo que fui con las muletas, me pedí un taxi y fui a la casa de música. Compré una guitarrita eléctrica, un equipo y un pedal de distorsión. Nunca había agarrado una guitarra antes y estuve todo ese año y medio tocando la guitarra y obviamente, como me parecía muy difícil tocar las canciones de las bandas que me gustaban en ese momento, empecé a hacer ya de entrada mis propios sonidos. Ni siquiera sabía afinar la guitarra, la había afinado toda grave que era como me quedaba cómodo y no me dolían las manos por la dureza de las cuerdas. Me acuerdo que ahí empezaron a salir las primeras melodías que unos años después terminaron siendo las primeras canciones de Los Natas. Al poco tiempo grabamos un cassette, lo mandamos a Estados Unidos a un montón de revistas. Me acuerdo que fui con la bike a un kiosko de revistas y agarré un par de revistas. Armé 25 sobres con los casettes y unas fotos y mandé a USA. Seis meses después recibo un mensaje en el contestador del teléfono (te estoy hablando del año 94, no había mail). Recibo un mensaje de una compañía que justo estaba con ese estilo, en el momento justo, buscando bandas y era la única banda de sudamérica que ellos habían oído que hacíamos ese estilo. A los dos años estábamos grabando el segundo disco de Los Natas en San Francisco, con el primer baterista de Nirvana, Dale Crover. Estábamos de gira en la costa oeste, yendo y viniendo de una punta a la otra de México a Canadá. Osea viviendo el sueño. Y ahí arrancó. ¿Viste la frase “todo pasa por algo”? Creo que hasta el día de hoy la sostengo. Si yo no hubiera tenido ese accidente no estaría acá… Me cae la ficha de que uno muchas veces se resiste a lo que le pasa, pensás que es lo peor, y tiempo después, te das cuenta de que fue por algo.

-Y llegó el día en que se conectaron los puntos y llegó la Family VOLCOM. ¿Cómo fue eso?

-La family VOLCOM se conectó a mi primero en mi subconsciente. Yo estaba de gira en Europa, estábamos en Alemania tocando en Berlín. Termino de tocar un show para poca gente y estaba cargando los equipos. Paso por un pasillo del club, y veo un poster enorme que eran 6 gordos en cuero, barbudos, todos tatuados, en jean, cargando los equipos a la camionet. Ahí digo, “qué loco, es lo que estoy haciendo yo hace 25 días”. Y veo chiquitito un loguito de VOLCOM. Pensé, “ah, es una marca de ropa, ¡qué bueno!”. No lo pude creer que la marca de ropa me estaba mostrando su ropa desde ese mensaje. El trabajo, la hermandad, la libertad. O sea que VOLCOM llegó a mi y mi deseo en ese momento fue “quiero ser de VOLCOM”. Unos años después con la banda Ararat por medio de un manager que teníamos en ese momento, conocimos “al padrino”, a toda la gente de VOLCOM que siempre nos atendió con los brazos abiertos y realmente el espíritu que yo había percibido en esa gráfica en Alemania aquel día, lo pude sentir cuando los conocí acá. Es ropa que yo hubiera usado sin tener relación con la marca. Me gustaba de antes, es el estilo que yo uso. Osea que tanto el mensaje de VOLCOM como la ropa misma es algo que me eligió a mí, que ya estaba incorporado en mi, no me lo tuvieron que imponer. No es una marca que uso por que me da la ropa, todo lo contrario. Me da orgullo formar parte de la familia porque la ropa es un complemento. Lo que nos une a todos los chico de la Family VOLCOM. Deportistas, artistas y músicos es el espíritu de familia, de trabajo, de libertad también de superación. Ninguno de los chicos que estamos en la Family la hemos tenido fácil, todos hemos pasado por cosas duras y así todo, estamos haciendo lo que nos gusta, estamos unidos y estamos el uno para el otro para todo. Lo de la Family no es simplemente un slogan, es realmente una manifestación de lo que VOLCOM es.

Fotos: Santiago Ruiz

-Tremendo mensaje para una marca de ropa, ¿no?

-Sí, aparte el mensaje de VOLCOM se sostiene también por el mensaje de cada uno de los que somos parte de la familia y de la gente que finalmente termina eligiendo la ropa. El mensaje mio es este que te digo hoy. Es esa búsqueda de la libertad y la honestidad pese a todo lo que hayas vivido y esa situación de superación de ir por más, de no quedarte. Yo quiero que la gente que escucha mi música reciba la mayor honestidad de mi parte. Desde una foto, un disco, un video. A mi VOLCOM me ayuda a desarrollarme de esa manera y me respeta y yo también respeto los códigos que maneja esa familia. Hay códigos y si los rompés, quedás fuera y si los respetás las puertas están abiertas tengas un quilombo con tus hijos o en tu casa, o con el auto o de salud. La gente de VOLCOM está y eso no se encuentra en cualquier lado o en cualquier barrio o laburo. Es algo muy difícil de encontrar en la vida, es que el vínculo con la gente y eso es lo más importante que para mi tiene VOLCOM.

-Contame un poco del hoy. ¿Qué está pasando con tu arte?

-Mi prioridad es mi banda nueva que es Soldati. Estamos por grabar un disco nuevo, todas las canciones están compuestas, en pocos meses entramos al estudio, grabamos todo en máquinas de cinta. Imagínate que la máquina en la que grabamos no parece una computadora sino un ¡termotanque gigante del año 60! Tocando en vivo mucho con la banda. Después con Ararat estamos descansando un poquito, tuvimos 7 años de mucho rock, sacamos 3 discos en toda la movida. Por otro lado acabo de grabar un disco con un solista que yo admiro muchísimo que se llama Gabo Ferro. Saldremos a presentarlo este año. Folclore onda Atahualpa Yupanqui. Folclore crudo “in your face”, y la voz de Gabo que es tremenda, angelical, de otro mundo y la voz mía que según él me dice: “Sergio tu voz, es la voz de la tierra de este país”. Logramos una linda fusión. Después siempre abierto con producción de otras bandas, generalmente las bandas vienen a mi o a veces también pasa que yo las elijo. Siempre buscando cosas nuevas… Mi hija se fue a vivir a Frankfurt, Alemania y la extrañe tanto estas semanas que recuperé en mi estudio unos tracks que habiamos grabado hace unos meses de dos covers, y me quede produciendo esas canciones y seguramente armaré algo para ella. Siempre lo que me ha pasado con la vida es que todas las vivencias van directo a la música, así que hay que vivir…

“Mi prioridad es mi banda nueva que es Soldati. Estamos por grabar un disco nuevo, todas las canciones están compuestas, en pocos meses entramos al estudio, grabamos todo en máquinas de cinta.”

Fotos: Santiago Ruiz

 

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