La calle es su compañera diaria. Desde la pantalla de TN, nos transporta a la inmediatez de la noticia, con un estilo único e inconfundible, narrando los hechos con claridad y dinamismo. Su lucha por los derechos de la mujer, la puso en el lugar protagónico en 2015, cuando formó parte de la línea fundadora del movimiento Ni Una Menos. Feminismo, medios, aborto y su blog Mujer Sujeto. Nos tomamos un café de media tarde, con Valeria Sampedro y charlamos de todo.
-Te vemos hace años en la pantalla de TN, en la calle, al pie de la noticia fresca. Pero vayamos un poco más atrás. ¿Hace cuánto empezaste a trabajar en medios?
-Hace 15 años, seguro. Porque empecé de a poco, mientras trabajaba de otra cosa, por ejemplo haciendo colaboraciones para una radio. Yo primero estudié periodismo en el Círculo de la Prensa y unos años después estudié locución. Paradójicamente para entrar en Radio Continental, al informativo, pedían ser periodista y locutora. Así que hice el ingreso en el ISER, entré y me recibí. Digamos que empecé a ejercer periodismo seriamente, a partir de tener el título de locutora, cuando en realidad, lo que hacía era laburo periodístico.
-¿Ya desde chica sabías que lo tuyo iba por ahí, o nada que ver? ¿Cómo se dio encontrar tu vocación?
-Fue raro, porque si hago retrospectiva, en realidad sí jugaba a ser periodista, pero no lo pensaba como salida laboral. Sí me acuerdo que agarraba las revistas Anteojito, donde venía también la revista Trapito, y hacía una especie de pasando revista y jugaba a la radio. Pero cuando me recibí del secundario, fui a la UBA a ver la planilla de carreras, a ver cuál podía seguir. A mi me gustó siempre mucho la matemática y me iba muy bien en contabilidad. Entonces dije “me voy a anotar en Administración de empresas” pero cuando veo el listado de las materias de la carrera, me di cuenta de que eran todas en las que yo me copiaba en la secundaria. (risas) Ahí que dije no, una cosa es copiarse en el secundario, pero no me voy a copiar en la facultad. Entonces hice como un plan B y en ese giro, apareció periodismo. Y como quería ejercer rápido, decidí no ir a la Universidad y hacer una tecnicatura. Si pensaba en clave periodismo, ya me interesaba más la práctica y sabía que la práctica es la calle.
-¿Y cuándo hiciste tu primera salida desde un móvil, pisando efectivamente la calle?
-Yo empecé a trabajar en radio. Terminé un 18 de diciembre mi carrera en el ISER y el 24 hago mi primera suplencia en Radio Rivadavia. Me acuerdo que en esa época pagaban en patacones. Ese fue mi primer medio más formal y haciendo noticias. Ese fue mi debut en móvil radial, en informativo. Recuerdo que me tocó justo el caso Belsunce, y era muy abrumador. Ahí la escuela es la calle y la patria movilera que es realmente no sólo una escuela, sino gente de primera.
“Yo empecé a trabajar en radio. Terminé un 18 de diciembre mi carrera en el ISER y el 24 hago mi primera suplencia en Radio Rivadavia. Me acuerdo que en esa época pagaban en patacones.”
-¿Cómo te estás llevando hoy en día con tu profesión? ¿En qué momento estás? Me imagino que uno puede tener crisis con su trabajo y con su profesión también.
-Sí, claro. Yo creo que uno puede tener crisis en lo profesional, pero además es un momento muy complicado el que estamos viviendo en la profesión. Lo que pasó en TELAM, los despidos de Radio del Plata sin indemnización, lo que está pasando en Crónica. O sea, son muchos medios de un círculo que quizás no es tan grande, pero que me toca muy de cerca porque son todos colegas que conozco y que son buenos profesionales y que se ven envueltos o tapados por una ola que es tremenda. Con lo cuál el momento es de por sí muy difícil. Esto nos impacta de manera directa, por conocer a esos profesionales, pero también de manera indirecta, porque ¿cómo te plantás vos en tu trabajo con incomodidades, cuestionamientos y reclamos de derechos, si a tu alrededor está todo peor? ¿Cómo reclamás? Vos sabés que hay una cola de mucha gente sin laburo, que son buenos profesionales, capaces y que tienen que vivir y parar la olla. Eso en cuanto a la situación mediática. Y después me parece que con el correr de los años uno va teniendo distintas aspiraciones que, a diferencia de lo que puede resultar la fantasía de la gente que a veces me pregunta cuándo voy a conducir un programa, yo creo que profesionalmente es otra la ambición. En algunos casos puede ser especializarse, en otros hacer algo que tenga más que ver con vos. Y esa identidad va cambiando, porque uno va cambiando. Yo ahora estoy muy concentrada y enfocada en lo que estoy haciendo en el programa de radio, donde somos gestoras de nuestro contenido junto con mi compañera Marcela Ojeda. Hacemos Mujeres de Acá, por Radio Nacional y esta ya es la tercera temporada. Encontramos ahí un lugar muy interesante. Primero porque está enfocado a temas de género, que nos empezaron a interesar hace unos años, y además porque somos nosotras las que decidimos. En nuestra reunión de producción, somos nosotras dos y eso es impagable. Sobre todo, cuando venís de una estructura que puede estar buenísima pero donde no decidís el contenido. Excepto, y siempre lo defiendo, lo que yo digo. Yo sí decido lo que digo y lo que elijo no decir. Siempre el micrófono lo tenés vos.
-Fuiste parte fundadora, por decirlo de alguna manera, del movimiento Ni Una Menos. ¿Cómo fue ese comienzo?
-Sí, nos cuestan mucho las definiciones. Primero porque Ni Una Menos, fue cambiando en sí. Ni Una Menos era un concepto que se venía usando en latinoamérica, que se había usado en México vinculado con la lucha feminista pero no con la contundencia que logró con la movilización de la que sí fui parte. Cambió mucho de 2015 a esta parte. Primero que es imposible negar los antecedentes de esto: un movimiento de mujeres que siguen siendo referencia y que hace 40, 50 años vienen peleando, aunque es cierto que muchas veces con menos visibilidad. Creo que encontramos un pulso social que estaba ahí latente y prendió. Y tenés la suerte de ser parte de eso, porque fue espectacular, gigantesco y abrumador. Para nosotras fue primero un aprendizaje descomunal, pero también fue entender que es parte de un mecanismo y que de repente Ni Una Menos hay un montón. Si me dicen que fui parte del grupo que inició Ni Una Menos, sí. Estuve en las reuniones iniciales, cuando eramos 10 y definíamos qué día lo hacíamos, y cuando pensábamos que íbamos a ser 15. Incluso veíamos cómo lograr, como eramos la mayoría mujeres de medios, para conseguir aunque sea, un recuadro en los diarios. Eso fue creciendo con el correr de las semanas. Yo creo que el mérito si querés, fue entender que había que ir por un lado más popular, y eso incluso generó muchas discusiones internas. Sabíamos que había que abrirnos y eso lo teníamos muy claro y funcionó. Podría no haber funcionado pero funcionó.
-A partir del rol protagónico que tomaste en la causa, ¿cambió la mirada del medio y de la gente hacia vos? ¿Qué sentís que cambió?
-Podría decirte que soy muy cuidadosa respecto de mi visibilidad. No me gusta opinar de cualquier cosa. Por supuesto que el compromiso está. Sí cobré visibilidad, claro. Cuando fue la marcha, ahí estuve para hablar, contar, mover y activar. Pero después, por ejemplo la última vez, se empezaron a hacer asambleas, entonces tu voz ya no es la única. Entonces escuchás. Y cuando se decide algo en una asamblea multitudinaria, donde conviven distintas ramas feministas, que incluso tienen conflictos entre ellas, y hay una moción y se vota, se vota y punto. Podés no estar de acuerdo en algunos de los puntos pero la movilización es contundente y ya superó eso, entonces no te arrogás el hecho de hablar en nombre de. Creo que también hubo que entender que la dinámica de los medios fue cambiando. Las redes sociales lograron propagar Ni Una Menos.
-Contame cómo nació tu blog, Mujer Sujeto…
-Ese blog lo empecé cuando tuve a mi hijo. Estaba en la licencia y con necesidad de poner algo mío, y empecé a escribir. Me abrí entonces el blog y de repente empecé a escribir desde otro lugar. Con una mirada crítica y hasta un poco burlona de los medios. Yo me fui construyendo como sujeto y como periodista, escindida de algo muy fuerte, que es TN (Todo Noticias, señal televisiva). En un momento me llamaron para escribir en la Revista Para Ti, y el llamado fue de una editora porque le gustaban las notas que yo escribo en mi blog, y no me mencionó TN. Para mi fue una sorpresa. Ella quería que yo escribiera algo parecido al tono del blog. Por supuesto que el blog se pudo haber hecho más o menos conocido por mi trabajo en TN, pero para mi explotar esa visibilidad para abrir otros caminos es genial.
-Estamos a media sanción para que salga la Ley de Despenalización del Aborto. (Al momento de hacer la entrevista) Hubo mucho debate no sólo en las comisiones, sino en los medios. ¿Qué rol ocuparon los medios? ¿Se banalizó, en algunos casos, el tema?
-Mirá, nosotras hicimos 5 programas en la radio sobre el tema aborto. Cada uno con distintas aristas. Uno fue legisladores de distintos partidos. Te digo que en mis 15 años de experiencia, pocas veces vi en esa mesa y en lo que fue el debate de comisiones, un debate tan genuino. En otro momento se matan, pero acá se unían en defensa de la postura que tomaban, legisladores de distintos partidos políticos. Y a la vez otros simplemente escuchando, porque se sentían ignorantes del tema. Así fue en el Congreso. Ahora por fuera de eso, en un debate tan grande, más allá de que vas en el subte o en el tren y están los pañuelos, en las mochilas de los pibes y que la movilización ganó la calle, cuando algo es tan masivo, no pretendas controlarlo. Yo eso sí lo aprendí en Ni Una Menos. Yo creo de los cuarenta y pico de millones de argentinos, treinta están hablando de esto en la casa. La banalización mediática sobre todo, que es la que puede llegar a torcer una voluntad, pero tuvo a todas las voces. Cuando empezaron a multiplicarse las voces y de repente ves gente que nunca se atrevió a hablar, y lo hace con autoridad, eso es genial. Fue y es un debate, donde un un zapping yo escuché cientos de voces con posturas diferentes. El tema está instalado y de eso no se vuelve, más allá de lo que pase en el Senado.
-Cómo ves a futuro, si es que sale definitivamente la ley, la posibilidad de aplicación de la misma y el foco que se le va a poner a las instancias de educación sexual, por ejemplo…
-Yo creo que se van a ver obligados a ponerle foco a eso. Esta ley, va a empujar a que se activen las otras instancias que son la educación sexual integral, que está hace doce años y se aplica más o menos, y la ley de salud reproductiva, que es tener alcance primero a la información y segundo a la disponibilidad de métodos anticonceptivos. Son digamos las tres patas. Después hay otro tema que es el de la aplicación en sí de la ley. Acá tenemos leyes que están hace doce años y que no se pueden aplicar. Bueno, la ley es un paso y es un argumento. Hay provincias donde ese argumento les puede permitir que en una instancia legal no tengan miedo, y perder el miedo es un gran paso. Para los médicos, para las mujeres que pueden saber que si se acercan a algún centro de salud no están en la oscuridad de la clandestinidad. La clandestinidad es un tema que no se habla tanto. Por supuesto que las mujeres pobres la pasan mucho peor, pero aún las que pueden ir a un consultorio de Recoleta y pagar 25 o 30 mil pesos, lo viven en la clandestinidad que rodea todo esa situación que es traumática, y que incluso si falla algo en esa instancia de interrupción del embarazo, con un médico que está trabajando en la clandestinidad, se hace el desentendido y ahí quedás expuesta a un sistema público que muchas veces te da la espalda, que no te da respuesta. O sea que no es que si tenés plata estás salvada.
-De un tiempo a esta parte, ¿veías posible que se instale este debate, de la manera en que sucedió y que se haya avanzado de esta forma, con media sanción en diputados?
-Hay veces que hay parámetros que te sirven para ordenarte en la historia. Dónde estabas parada, de qué manera. Cuando fueron esas reuniones de Ni Una Menos en 2015, y armábamos el documento, surgió el tema de qué hacer, en cuanto a incluir o no el tema del aborto. Recoger el reclamo del movimiento de mujeres histórico, incluía este tema. Pero pensábamos si era el momento y si estaba el pulso social para hacer este reclamo, y nos dimos cuenta que no. Sin embargo, estuvo presente en el documento, pero redactado de una manera tan cuidada, sin poner en un ítem la palabra aborto, sino desarrollando un concepto que tenía que ver con los derechos de la mujer, con las decisiones respecto de su cuerpo, incluso en términos de abuso. El tema estuvo siempre en el debate, si bien es cierto que por ahí no era ese el momento. Y la verdad es que hace nada de esto. Fue en 2015 y si nos ponemos a pensar el movimiento Ni Una Menos, generó, activó, abrió y se metió por la ventana y por la fuerza. Entonces hay un momento que se fue armando, que se fue preparando, y ahora sí es el momento. Cuando comenzó realmente todo este debate, fue más pensando desde el “hagamos algo”. No sabés si lo vas a lograr, lo que sabés es que no te vas a quedar quieta. Salgamos a la calle, no sabemos si van a ser 10, 20, 100, 500. Pero tiremos ideas, hagamoslo y así se fue armando una bola enorme.
“Hay veces que hay parámetros que te sirven para ordenarte en la historia. Dónde estabas parada, de qué manera. Cuando fueron esas reuniones de Ni Una Menos en 2015, y armábamos el documento, surgió el tema de qué hacer, en cuanto a incluir o no el tema del aborto.”
-¿Ves los cambios en el día a día, respecto de este nuevo lugar que ocupa la mujer, este empoderamiento que estamos teniendo?
-Sí, claro. Se nota, está y hasta está exacerbado te diría. Me parece que estamos en la cresta de una ola. Yo convivo mucho con colegas varones y hablamos mucho en todos lados de este tema. El tema está super instalado, instaladisimo. Las nuevas generaciones mucho más. No están sólo con el pañuelito verde, sino que están metidos en el tema. A mi me parece interesante el camino. Creo que esto también va a decantar. Es una olla a presión que en un momento estalló, y las mujeres dijeron basta porque las estaban matando, porque nos estaban matando. Ahora sí, por supuesto que estamos envalentonadas, y estamos en la calle y estamos exigiendo. Me parece que el reclamo también va a encontrar su lugar. Y que por supuesto si todo es acoso, se relativiza y se puede banalizar ese concepto. Hay cosas más delicadas. Una mujer denuncia abuso y yo sigo queriendo escucharla y no me es tan fácil por ahí, escuchar la otra voz, es este ejercicio de haber escuchado muchas historias, de mujeres desoídas durante tantos años. Ahora, entiendo que eso se va a acomodar. Estamos encontrando también nuestro lugar. Además cuando no te escuchan, salís a los gritos. Por ahí después cuando ves que sí te escuchan, bajás un poco el tono, ¿no? Digo, es el ejercicio cotidiano. Evidentemente las mujeres se están animando, y se animan porque están más acompañadas. ¿Hay más casos ahora? No, ahora se conoce, ahora se sabe.
-Hablemos del futuro. ¿Sos una mina de pensar mucho más allá y programar lo que viene?
-Cero. Sí soy bastante inconformista y muy inquieta. Entonces eso me lleva a incomodarme en ciertos lugares y buscar otros nuevos. Hay gente que se pone objetivos. Yo, la verdad que salvo algo que sea a corto o mediano plazo, no me puedo poner objetivos a largo plazo. Porque en el medio ya me dieron ganas de hacer otra cosa.
-Pero sí sabés que lo que te gusta y querés seguir haciendo, tiene que ver con la comunicación…
-Sí, en la comunicación seguiría y no me veo en otra cosa. Por supuesto que si tengo que trabajar de cualquier otra cosa, lo hago -de hecho lo hice en mis comienzos- y no se me caen los anillos. Pero así como en un momento empecé a escribir por una necesidad de estar en casa y lo descubrí y me encanta, ahora también estoy escribiendo las micro historias de amor. Las subo al blog y a mi Instagram. Yo nunca antes había escrito nada vinculado al amor, y ahora estoy enganchada con eso y es algo que no hubiera pensado. Yo no me encasillaría en nada. Me gusta lo que hago y lo disfruto mucho, pero no sé hacia donde voy.