Su taller de motos customizadas es reconocido en todo el mundo. Es un constructor cordobés incansable que desde muy chico siempre reformó o modificó todo. Desde juguetes, bicicletas, kartings hasta armas de juguete. “Desde que tengo uso de razón siempre le metí mano a las cosas, soñaba con fabricar algo groso. “Todavía sueño con eso, es lo que me motiva. Siento que lo que viene va estar mejor que lo anterior”, dice. Su historia y pasión con las motos comenzó porque una vez vio en un clasificado a “una Harley Davidson en venta y nunca había visto una”. Entonces fue a conocerla sin intención de comprarla, no le alcanzaba el dinero pero cuando la vio, se enamoró a primera vista.
En ese momento supo que esa moto iba ser el comienzo de una nueva etapa usando las motos como herramienta para direccionar su arte y sus ideas. “Customizar una moto es darle otro estilo, otra personalidad y hacerlo sobre una Harley es como jugar en primera. Es la moto más usada mundialmente para reformar.
Con respecto al ambiente de las motos y motoqueros, tengo un concepto muy formado, es mentira que porque tengamos la misma moto ya somos hermanos o porque hicimos un viaje juntos ya somos una hermandad. La gente que no pertenece a las motos piensa eso y nada que ver: acá hay rivalidades, afinidades, diferencias, amistades. Como en todos los grupos de cualquier tipo; de los autos, del fútbol, de la música.
Creer eso es utópico, el ser humano es muy complejo en cuestión de relaciones y convivencia”, explica.
Sobre su trabajo cree que lo más valioso que logró “es que mientras la mayoría de este país copia lo de afuera ―o lo copia de internet― los de afuera copian mis diseños. Ven mi página y sacan ideas, las copian. Se inspiran en mis laburos, antes me daba celos pero ahora lo disfruto porque el dueño de la gallina de los huevos de oro soy yo. Siempre se me va ocurrir algo nuevo y diferente”. Por el momento, el constructor tiene numerosas propuestas para trabajar en el exterior pero no se encandila con eso. “Quiero que mi taller tenga proyección internacional y se estabilice entre los más grosos del mundo y estamos bien encaminados. Me conocen mucho más en países como España, Italia, Alemania, Brasil o Chile que en mi propio país. La cultura de las motos modificadas es muy nueva acá todavía pero ya se están abriendo cabezas”, asegura.
Hace un tiempo, el proyecto número 11 de Lucky estuvo en el top ten mundial de motocicletas artesanales, un producto hecho en Córdoba (Argentina). Desde la creación de la empresa hace más de una década, cada moto salió siempre del taller con un detalle o varios que la hacen única y muy personal. Con el paso de los años, los desafíos fueron creciendo y hoy desfilan “Harley Davidson” “Indian Honda” y las mejores marcas de motocicletas del mundo. Las personalizaciones fueron siendo cada vez más radicales e incluyen trasformaciones donde sólo se usa la mecánica de la motocicleta original para dar un nuevo y total diseño a cada proyecto.
Las presentaciones en “Bike shows” y concursos de motos modificadas siempre con primeros puestos, atrajo la prensa mundial y hoy las motos de Lucky Custom viajan en portadas de revistas y páginas web, portales de motoaficionados de todo el planeta. Actualmente, Lucky Custom se enfrenta a un nuevo reto: la invitación a participar del Campeonato Mundial de Customizadores. Para ello está haciendo una moto totalmente desde cero y absolutamente artesanal con un diseño innovador que mixtura lo retro con lo futurista.
Lucky cuenta lo gratificante que le resulta que sus clientes directamente le dejan la moto o compran una moto y la dejan sin indicaciones. “Me dejan hacer lo que yo quiera…desde diseño, formas, colores, estilos. Me dicen: `hace lo que quieras, decime cuánto es y cuándo la vengo a buscar`. Saben que lo que salga va estar muy por arriba de sus expectativas”, declara.
Instagram: @luckycustom
