A pesar de ser uno de los lugares más elegidos por los mismos europeos para visitar, generalmente Irlanda no está en el circuito clásico que nos ofrecen las agencias.
Pará, vale la pena desviarse del camino unos días. No sólo tiene paisajes bellísimos, mucho verde, costas rocosas y pueblos medievales, también es más económico que otros países como Francia o Inglaterra, tiene turismo de todas las edades y está perfectamente preparado para recibirlos.Empresas de las más grandes del mundo, como Google o Airbnb entre otras, tienen su sede aquí, y dan trabajo a jóvenes de todo el mundo. Su música y literatura se destaca entre las mejores del mundo, así como sus cervezas y su whisky. Y la calidez, podría calificar como una de esas características que no debemos obviar en una cultura, y el irlandés es cálido, es atento, es servicial. Comparte. Nos hace sentir como en casa. En un mismo viaje se pueden combinar la República de Irlanda e Irlanda del Norte, ya que las distancias son cortas y los medios de transporte variadísimos, cómodos y a buen precio. Un ejemplo es el Aerobús, que va de Dublín a Belfast por 24 euros ida y vuelta.
Dublín
La puerta de ingreso generalmente es el Aeropuerto Internacional de Dublín. Muchas compañías de bajo costo también llegan acá desde toda Europa. Dublín es la capital de la República, la Irlanda independiente y situada al centro este de la isla. La ciudad en sí es bastante chica, si uno se hospeda en el área central (denominada Dublín 1) puede ir caminando a casi todos los lugares de interés turístico, cultural, recreación, etc. Y en el caso de esta ciudad son muchísimos, ya que cuenta con una rica historia, entre vikingos y celtas, que aún hoy está presente en las calles. Y sumado a un sinfín de iglesias, castillos y otros edificios medievales perfectamente conservados.
Algunos de los lugares de interés para ver durante el día en la ciudad son el Castillo de Dublín, la Catedral de Saint Patrick, el Museo Nacional, el Trinity College, la Kilmainham Gaol, antigua cárcel, hoy museo. También vale la pena dar un paseo por el Phoenix Park, el parque más grande de Europa, con monumentos, zoo, y castillo incluido (Ashtown Castle). Este gran espacio verde es locación para conciertos y festivales al aire libre.
“En un mismo viaje se pueden combinar la República de Irlanda e Irlanda del Norte, ya que las distancias son cortas y los medios de transporte variadísimos, cómodos y a buen precio.”
Para los fanáticos de una rica cerveza la Guinness Storehouse en un buen recorrido y para conocer la historia, probar algunas variedades y comprar recuerdos. A pocas cuadras también se puede recorrer la Old Jameson Distillery, destilería del Whisky Jameson, el más tradicional de esta zona.
De noche, Dublín nos ofrece la zona del Temple Bar, que además de ser un pub, es también el nombre del barrio que encierra gran parte de la vida nocturna. En él encontramos música en vivo, la mejor cerveza tirada, bares de whisky, etc. Otra opción para ver bandas es la tradicional Vicar St, The Grand Social y The Button Factory, que tienen una agenda bastante completa, por lo que es fácil encontrar un buen recital durante la estadía.
En cuanto a la comida, las posibilidades son muchísimas, las famosas fondas para comer la comida más tradicional, se alternan con restaurantes de cocina más global. Curioso dato, en este barrio, a orillas del rio Liffey, hay un patio de comidas internacional, en donde podés comer por muy bajo costo una Feijoada brasilera, una paella española, un asado argentino, pastas de Italia, etc.
Para el que quiere comprar algo al paso, la practicidad es lo que más predomina. Los minisúper con take away (comida para llevar), o hasta con mesitas adentro para comer, la comida por kilo, o los súper económicos Meal Deal, están por todas partes. Éstas últimas ofrecen un sándwich, una gaseosa y un postre o snack por menos de 5 euros. De todo y para todos los gustos y bolsillos.
Hagas el paseo que hagas, en las callecitas empedradas vas a encontrar mucho arte, algo que en este país no pasa desapercibido, al contrario, parece ser sumamente incentivado, ya que en cada esquina, hay murales, o gente haciendo música, o galerías de arte.
La cantidad de extranjeros que alberga Dublín es grandísima, muchos llegan a estudiar y/o trabajar aquí. Y luego de haber hablado con varios de ellos, parecen coincidir todos: eligen este destino para aprender inglés: es más barato que Londres, es más pequeño, y es más fácil sentirse como en casa. Además de tener excelentes academias de inglés, el mercado laboral es bastante abierto para el recién llegado, sin las complicaciones de las grandes ciudades.
Belfast
A 140 km de Dublín, ya en Irlanda del Norte, tenemos la maravillosa Belfast. Acá ya estamos en territorio británico, pero poco se nota, más que en la moneda, que es la libra esterlina, a diferencia del euro de la República.
Belfast se ubica bien al norte de la isla, rodeada de los acantilados que más de uno hemos visto en la tele. Imponentes, igual que los castillos en medio de ellos.
La ciudad en su estructura es bastante industrial, y resurgió luego de varias guerras civiles apoyándose principalmente en la música, la cultura y la expresión. El arte urbano, está en cada rincón, las paredes de toda la ciudad tienen sus grafitis, los callejones, las fábricas, los estacionamientos, las persianas de los negocios, todo artísticamente coloreado.
“La ciudad en su estructura es bastante industrial, y resurgió luego de varias guerras civiles apoyándose principalmente en la música, la cultura y la expresión. “
En las peatonales de los alrededores de The Cathedral Quarter, encontramos escuelas de circo, centros culturales, barcitos, pequeños restaurantes, teatros under, todo lo que te puedas imaginar, en dos manzanas. Esta es la zona ideal para tomar una pinta en el Duke of york, uno de los mejores pubs de Irlanda, junto con el Dark Horse, rodeados de pasajes con intervenciones plásticas, luces al mejor estilo feria, música en vivo, etc.
En esta pequeña urbe se fusionan las antiguas fábricas con edificaciones más modernas, con castillos, ayuntamientos, iglesias, etc. que datan de siglos atrás. El ritmo de vida es más tranquilo que en Dublín, pero el bar sigue siendo el principal lugar de encuentro, la Guinness es la bebida más tomada, suena la música celta, todo nos demuestra que por más que pertenezca al reino unido, a esta pequeña ciudad le sobra personalidad propia. A diferencia de la República, en Belfast la población extranjera es muy poca, aunque si cuenta con muchos turistas de paso.
Desde acá se ofrecen varios tours, uno de los más vendidos es el que recorre las locaciones de la serie Juego de Tronos. Otro tour es el de “Giant´s Causeway”, es decir la Calzada del Gigante, una playa de rocas, que forma un escenario natural de 40.000 columnas de basalto, que ahora es Patrimonio de la Humanidad.
Por supuesto que no sería Irlanda si no hay destilería para visitar y degustar un whisky, y para eso nada menos que la Old Bushmills Distillery, que también tiene su propio festival de rock cada Junio.
- Tips viajeros
Tantos Irlanda del Norte como la República sorprenden de organizados. Su sistema de transporte, la comunicación entre el aeropuerto y las capitales no es la excepción. Y los pequeños mimos a los que no estamos acostumbrados, wifi libre, enchufes para cargar los teléfonos literalmente en todos lados (aeropuertos, bares, terminales), mapas gratis, adaptadores a buen precio, minimarkets 24 hs en cada esquina, sitios bien señalizados. Realmente el sueño del viajero. Si bien siempre elegimos visitar estos lugares cuando hace calor, la época navideña también tiene su encanto. A los irlandeses les fascina festejar la navidad, y las calles son iluminadas y decoradas para la ocasión, con desfiles, ferias durante todo Diciembre y súper rebajas en las tiendas.