Ser talentosa y no tener el cuerpo “perfecto”: la historia de Bebe Rexha

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Siempre se ha creído que ser famosa trae un sinfín de ventajas y oportunidades. Nadie puede llevarte la contra y las oportunidades están al alcance de la mano. Tener un talento y ser reconocido o reconocida por esto, es el sueño de cualquier persona porque es la llave de la felicidad, esto es lo que aparentemente creemos y las redes sociales potencian este pensamiento al punto de creer que todo lo que sucede allí es lo real.

Nada feo sucede en el mundo, todo es maravilloso. Pero la realidad dista de esto… dista y mucho.

Para esto basta tomar un sencillo ejemplo, de una cantante mainstream, que suena en cualquier radio del planeta, que tiene millones de escuchas en Spotify, de reproducciones en Youtube y seguidores en Instagram, además de ser nominada para los premios Grammys como mejor dúo/ grupo y mejor artista revelación pero todo se convierte en drama cuando ningún diseñador renombrado te quiere vestir porque no encajas con los talles estándares.

Así lo expuso en su cuenta de instagram Bebe Rexha diciendo: “Lo siento, he tenido que sacarme esto de dentro. Si no te gusta mi estilo o mi música eso es una cosa, pero no digas que no puedes vestir a alguien que no tenga una talla de pasarela. Empoderen a las mujeres a amar sus cuerpos en lugar de que las mujeres y las niñas se sientan inferiores por su tamaño. ¡Somos hermosas en cualquier talla, altas o bajas! Y por cierto, mi culo de la 8 seguirá yendo a los Grammy. Muchas veces, los artistas van a hablar con los diseñadores, y estos les hacen vestidos a medida para la alfombra roja. Así que mi equipo llamó a muchos diseñadores y muchos de ellos no quisieron vestirme porque soy demasiado grande. Literalmente, soy demasiado grande”, contaba empezando a mostrar su verdadera indignación respecto a la posición que toman las firmas. “Si una talla 6/8 es demasiado grande, no sé qué decirte. Entonces no quiero usar tus vestidos. Eso es una locura. Estás diciendo que todas las mujeres en el mundo que tienen una talla 8 o más no son hermosas y no pueden usar tus vestidos. Entonces, todas las personas que dijeron que estoy gorda y que no puedo usar sus vestidos, jódanse, no quiero usar sus vestidos.”

Pero no es a la única que le pasa esto, Adele en su momento sufrió los duros comentarios de Karl Lagerfeld diciendo que la cantante era demasiado gorda. O Ashley Graham, no pudo acudir al Met Gala del año 2016 porque no pudo encontrar a absolutamente nadie quien la vistiera por no ser talle 0 o 2 norteamericana. Otro caso renombrado es la actriz de “Mad Men”, la hermosisima Christina Hendricks, quien adjetivó a la época de premios como una tortura porque simplemente le dicen en la cara que no la van a vestir por no tener un cuerpo de alta costura.

Aparentemente del “Body shaming” no se salva nadie ni siquiera aquellas personas que aparentan tenerlo todo y lo que es más triste, aquellas marcas que hacen alarde de ser más inclusivas siguen con sus prácticas discriminatorias.

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