Caminar por las calles de Cartagena de Indias a horas de haber arribado a tierras colombianas, descubriendo la arquitectura antigua de la ciudad que data del siglo XV resulta por demás enriquecedor.
Escribe: Maria Silvia Astudillo y Marcelo Vallés (Desde Cartagena)
Toparse con una ciudad amurallada hace recordar parte de la historia de Latinoamérica y, ni hablar de todos los atractivos que se conservan de la época, como los mateos, estatuas de bronce que reconstruyen escenas de la vida de la época colonial, placas en las casas que cuentan quién y cómo vivió: desde poetas, mártires hasta historiadores. Cada recorrido no tiene precio, pero la satisfacción aumenta para los amantes del séptimo arte porque en esta ciudad se desarrolla el festival de cine más antiguo de Latinoamérica, ya en su edición 55, el flamante Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI). El primer día, algo desorientados, caminamos en búsqueda de la sede del festival por algunas de estas callecitas llenas de historia.
En el trayecto nos encontramos con la casa en que se filmó “La Quemada” (con el mismísimo Marlon Brando), la cual está preservada y se le están haciendo obras de mantenimiento. Igual eso es sólo el aperitivo porque en este contexto todos los integrantes del mundillo del cine invitados a este festival se relajan, nos referimos a importantes productores y directores de cine independiente y también de Hollywood. Y en ese ambiente zen (o de armonía total) es que nos encontramos con el mismísimo Darren Aronofsky caminando tranquilamente por las calles con un sombrero típico caribeño, saludándose con sus fans. Luego, a un hombre alto, delgado, muy entusiasmado sacando fotos a un mural callejero con motivos marítimos y era, nada menos que el creador de “Guardianes de la galaxia”, James Gunn. Para cerrar la noche, vemos a un hombre rapado, fumando, rodeado de algunos fotógrafos a la salida de una sala de cine y no era otro que Pablo Trapero a quien esa noche se le había rendido un homenaje a su trayectoria.
Les podemos asegurar que en los seis días que dura el Festival se respira sobredosis de cine en Cartagena, con la posibilidad de asistir a estrenos mundiales, “Master class” con directores prestigiosos y muchísimas actividades más.
Les podemos asegurar que en los seis días que dura el Festival se respira sobredosis de cine en Cartagena, con la posibilidad de asistir a estrenos mundiales, “Master class” con directores prestigiosos y muchísimas actividades más. En ediciones anteriores, contaron con la presencia de Clive Owen, Alejandro González Iñarrítu, Benicio del Toro, Alex de la Iglesia, Abbas Kiarostami, entre otros. Lo preciado que tiene este festival es que se convierte en la vidriera de los nuevos cineastas y, por otra parte, es que da posibilidad a los espectadores de que vean otros modos de hacer cine, como es el caso del cine coreano. En esta oportunidad fue representado por el director Kim Ku Duk, que maravilló con su modo de narrar en sus películas que casi no tienen diálogos y son las acciones las encargadas de causar diversas emociones: risa, miedo, llanto, etc. Pero el cine colombiano también tiene su presencia en el FICCI, en esta oportunidad se estrenó la película “La semilla del silencio”, protagonizada por Angie Cepeda y Andrés Parra. Este actor es posible que no les suene conocido pero en el año 2013 no pasó desapercibido en Argentina, ya que fue protagonista de una serie fenómeno en nuestro país.
No voy a negar que a mí me pasó algo parecido porque en el hall de la sede me topé con un hombre alto, de mirada penetrante, se me hacía familiar pero no sabía de donde, hasta que una agente de prensa nos presentó y ahí recordé que era el actor que había interpretado a Pablo Escobar, en la ficción: “Escobar el Patrón del mal”. También comprendí que Andrés Parra es un muy buen actor porque es todo lo contrario a su personaje de ficción, es un tipo amable y muy sencillo. Para terminar les puedo decir que Cartagena es una bella ciudad y su festival es tan cálido que logra una comunión única entre productores directores guionistas, espectador, colaboradores y, por supuesto, nosotros, la prensa que asistimos.