Es dueña de una visión del mundo diversa, ecléctica y vanguardista que condensa en obras antológicas donde combina las diferentes vertientes de la fotografía.
“Siento que la palabra ecléctico me define fotográficamente, me gustan distintas ramas, me he formado y sigo haciéndolo porque en mi nuevo proyecto pienso integrar a todas ellas en algo que tenga un mensaje un tanto más contemporáneo, sin tener que recurrir a lo onírico y abstracto” explica.
La artista, oriunda de Córdoba, se sintió atraída por el arte en todas sus formas, la música y el canto en su niñez, y con posterioridad el dibujo y la pintura, de la mano del artista cordobés Ramiro Vázquez. Sin embargo, su aflicción por la fotografía fue el hilo invisible que unió todas sus inclinaciones artísticas. “Estudié muchos años dibujo y pintura y me sentía frustrada entre la imagen que tenía en la mente y la que terminaba en el lienzo. Una amiga me sugirió hacer una salida con fotógrafos y curiosamente lo hice con una cámara compacta prestada…tras esa experiencia, esa misma noche entré a internet a comprarme una cámara y lo hice con la seguridad que había encontrado algo que venía buscando de toda la vida. Una forma de expresarme diferente….”, cuenta.
De profesión Odontóloga, egresada de la UNC, decidió desde hace cuatro años dedicarse también en forma profesional a la Fotografía. “Revisando fotografías en papel que había sacado a lo largo de mi vida, encontré un registro fotográfico de una época donde íbamos con un grupo de odontología de campaña -que había formado- y visitábamos escuelas albergues. Ahí me di cuenta que la fotografía estuvo siempre, sólo hacía falta pararse y lograr ver eso”.
La filosofía de trabajo de Cavallera se identifica en la máxima de Jean Paul Sartre que sostiene que “una imagen es un acto, no es una cosa”. “Es ahí cuando uno siente que es algo superador, cuando se constituye en una acción”. Su formación en Fotografía requirió profundizar en técnicas de Make up y producción de moda que proporcionan el complemento estético que estilizan su visión. “Somos lo que somos y seremos el recuerdo que dejamos, las ganas de trabajar en la fotografía vienen desde un punto muy personal, pero ya trabajando como fotógrafa social veía la necesidad que había que compactar la información para que el otro capte lo que uno siente que es lo más importante”, expresa
Consultada sobre una de esas fotos que siempre recuerda, Cavallera dice que caminando por pleno centro de Córdoba, en un semáforo muy transitado, y con unas bolsas de supermercado más un caño para una cortina que debía reparar, ve a mitad de calle dos colectivos, uno de estilo inglés y otro de la flota de trasporte público. “Los dos pegados, era la foto, la vi ahí y dejé todo en medio de la calle porque quedaba poco tiempo del semáforo, corrí para enfocar bien con el celular porque se veía muy chiquito, hice zoom y saqué la foto. Ahí nomás largó el semáforo y volví corriendo, agarrando las cosas que había dejado y había un mundo entero que me miraba. No paraba de reírme y de tentarme con lo que había hecho. Creo mucho en la risa y en el poder de la misma como sanadora, la mejor es cuando uno se ríe de sí mismo, como en este caso”. En tanto, uno de los registros más movilizantes es el realizado para la ONG “Una gota de salud” que asiste a niños del noroeste cordobés. “Los niños tienen un estado de pureza donde ser perciben muchas cosas, esa experiencia concentró en un punto todo lo que tiene que ver con el ser humano, que somos lo mismo vivamos en una salina o en pleno centro. Los momentos más rescatables fueron cuando los niños se reían y estaban felices porque ya habían pasado por los distintos controles sanitarios y venía el premio que eran las golosinas, las comidas, la ropa que le llevan. Rescato lo importante que es el esfuerzo de esas personas, caminan kilómetros o van a caballo para hacerse revisar y sumamente lo agradecen. Esos retratos transmiten la necesidad genuina de todo ser humano de ser reconocido, el síntoma de compartir”.
Es admiradora de artistas como Franco Capellari, José Beut, Chema Madoz, Rebeca Saray, Laura Helena o, en lo contemporáneo, Nicola Constantino. Por ejemplo, con el maestro Raúl Villalba, también ha explorado la faceta de modelo. “Me ha gustado transitar cosas muy diferentes y en algún lugar de mi alma todas encajan y hacen un todo como un rompecabezas. Por eso el arte que hago tiene cosas tan diferentes”.
Claudia dictó cursos de Fotografía como salida laboral para el Ministerio de Trabajo, como así también cursos iniciales de técnica, composición y edición. Ha participado de numerosas Exposiciones colectivas e individuales. “El avance tecnológico hace que todo el mundo pueda expresarse a través de la imagen, está lleno de fotos buenas y originales, incluso de aficionados, pero la fotografía artística posee una creatividad que nace de ver otra cosa. No siempre pasa pero hay que desarrollar la virtud de anticipar el momento justo y captar lo espontáneo”, dice.
Como miembro integrante de la Federación Catalana de Fotografía, participa de Salones nacionales e internacionales, siendo premiada este año en España. Participó como jurado, en noviembre de 2016 y en abril de 2017, en la Liga Social de Afosaint de Barcelona y en la social de Fotofilm Calella, a la cual pertenece.
En estos últimos dos años incursiona en la fotografía creativa de la mano de Villalba, enriqueciéndose con conocimientos en técnicas de postproducción y desarrollo de la creatividad. “En la post producción más allá de la imagen lo que busco transmitir es una sensación. Debe generar el clima, el ambiente que uno siente que lo rodea”, agrega.
Ya como discípula del mencionado Villalba, se encarga de la organización de Talleres y Exposiciones en el país y en el mundo. Actualmente trabaja en la integración dentro de una obra donde la foto tenga otro tipo de soporte “que no sólo el merco sea el papel, es decir instalaciones, intervenciones, incorporar volúmenes…”. En cuanto al lugar que ocupa hoy la fotografía Claudia admite que hubo una evolución en su interior. “Al principio era eso que parece que en todos lados hay fotos buenas, pero a medida que uno saca muchas fotos y volvés a tu casa y ves que no sirven todas, que era innecesario y que uno se dispone como un disparador serial a sacar fotos. Entonces, se pasa al nivel siguiente que es sentir las acciones”.
Antes de comenzar una producción tiene en cuenta básicamente si se trata de una imagen aislada o si es una serie, “a veces la hago aislada y termina en una serie y en ocasiones al revés. Primero me pregunto si quiero algo fuera de contexto o una obra que se exprese en más imágenes. Como casi todos los que hacen fotografía, me inspira escribir, transmitir el mensaje y, en general, la foto empieza primero escrita…Igual creo que es como dice (Mario) Benedetti que cuando te enamorás es como una rayo que te parte en medio del patio. Bueno, es una cosa así, cuando nace algo es un momento de iluminación”.
Mientras, trabaja en el proyecto de un libro donde participa como modelo y escritora. “Mi meta es que mi arte sea valorado como tal y que sea considerado una acción. Me gusta cuando hago una obra y la gente tiene la misma sensación que buscaba transmitir”.
En la actualidad participa junto a Villalba de la Exhibición Fotográfica BEAUTIFUL ARGENTINA, en la REPUBLICA de UCRANIA, en LVIV NATIONAL ART GALLERY, Ciudad de Lviv.