Encontrarse cara a cara con el entrevistado, siempre tiene un halo de misterio. La intriga radica en pensar cómo se dará la charla, si será fluida, cordial, muy seria, más relajada.
Acomodarse al entrevistado, acompasar con su ritmo y estilo, es un arte distinto, que un periodista debe desplegar por lo general, en escasos minutos. Es el baile de la comunicación. El misterio se rompe rápido, en el saludo inicial. Apenas las miradas se cruzan y las primeras palabras se emiten, ya se puede prever claramente cómo se dará el encuentro. Esta vez no fue la excepción, y con tan sólo cruzar un par de palabras, supe que tenía en frente, a Luciano Cáseres, persona. No vino el famoso, el personaje, el galán. Vino Luciano, el mismo que alguna vez crucé en Fundación Sí, empaquetando ropa y cargando camiones para ayudar a los inundados de La Plata. Con eso ya digo mucho. Se lo ve buen tipo, “buen chango”, como dicen en mi querida Rioja. Tranquilo, simpático, sin apuros ni pretensiones. Queridos lectores, una vez más se enciende el cartel de “Pasen y Lean”, esta vez para tomar una birrita fría con Luciano Cáceres.
Estamos en la recta final del 2017. No sé si solés hacer balances a fin de año, pero yo te lo voy a pedir. ¿Qué tal el 2017, Cáseres?
Fue un año muy intenso, muy positivo, de concreción de proyectos y sueños muy importantes. Estrenamos Corralón, primera película de nuestra productora Eusebia en la Higuera. Fue un proyecto muy a pulmón y la verdad es que estamos muy felices con lo que está sucediendo y va a seguir sucediendo con la película. También haber hecho este año Funny La Fan (Tira que se emitió por Telefé) fue genial, a mi me encantó hacerla. Y en lo personal fue un año de reconciliación conmigo mismo, de empezar a quererme mucho y de una hermosa relación forjada con mi niña y mi paternidad.
Empecemos por Eusebia en la Higuera. ¿Cómo nació el proyecto y qué los motivó a lanzarse como productores?
Surge de la idea de una productora de dos hermanos y un primo, Pablo, Pichi y Eduardo, actor, músico y director respectivamente. Yo estaba filmando Cien Años de Perdón, película española-argentina, de director español, donde uno de los atracadores era Pablo Pinto. Me contó que estaban armando esta productora y le dije “me quiero sumar”, por ahí desde un lugar más artístico. Me abrieron las puertas y teníamos una urgencia terrible por salir a filmar y no esperar la burocracia que lleva hacer cine, la búsqueda de recursos económicos que por ahí te llevan 2, 4, 5, 6 años. Yo estoy esperando hacer una película hace 11 años, porque no se llega a conseguir los recursos económicos para hacerla. Entonces nos juntamos en un bar y birra va, birra viene, dijimos “salimos a filmar ya, qué tenemos?”. Bueno “tenemos un corralón, tenemos Moreno, tenemos actores amigos, tenemos equipos de amigos, gente que tiene ganas de laburar” y nos mandamos. Así que Corralón es eso, es el hijo de muchos y así lo estamos criando, entre muchos, dedicándole tiempo y alimentándolo muy bien.
¿Y cómo surgió la idea del nombre?
Bueno, en realidad primero teníamos otros nombres alternativos y cuando fuimos al registro de nombres para la productora, esos ya estaban. Plan 1, plan 2 y luego dije “tiene que ser el nombre de su abuela”. La abuela de mis socios les contaba cuentos, y en definitiva eran las primeras ficciones que escuchaban, y lo hacía en la higuera del fondo del patio de la casa Pinto. Así que así nació la idea del nombre.
¿Hace mucho los conocés a ellos?
Bueno, por supuesto que sus carreras, sus laburos ya los conocía, pero hace dos años que estamos más cercanos y haciendo cosas.
Hace muy poco estrenaron Corralón, la primera película de la productora…
Sí está recién estrenada, si bien viene haciendo un recorrido por festivales. Es una película fundacional para nosotros. Es nuestro hijo. Es un equipo de trabajo independiente que sin recursos económicos, pero sí con mucho ingenio, talento, equipos prestados, locaciones prestadas y algunas también robadas, logró llevar a cabo este proyecto y es un gol. Es una película que me tiene muy ocupado, y muy feliz, así con el pecho ancho de que las cosas se pueden hacer con buena gente y con talento y sin depender de grandes estructuras, ni de burocracias, de subsidios y demás. Aclaro igual que está bueno que eso suceda, que el INCAA apoye nuestro cine y a todos las miradas que pueden tener distintos directores y no pensando solo en el macro y en las películas comerciales, sino que el fomento tiene que existir, los recursos son genuinos para hacer nuestro cine, sale del mismo cine. Así que teniendo en cuenta eso, iremos por el INCAA también para otras películas. En este caso, Corralón es una película independiente, hecha a pulmón y que adoro, y que me hace muy feliz que ya esté en la etapa de poder compartirla con el público.
¿De qué se trata? Adentrémonos en la historia…
La película tiene básicamente dos actos, uno que es más bien costumbrista mostrando el laburo de un corralón donde trabajan mi personaje, Juan, e Ismael que es digamos del otro sindicato, el que se ocupa de la carga. Este acto un poco presenta su amistad, cómo se relacionan con los clientes y en entre ellos aparece el antagónico de la historia, que es el personaje de Ricardo, que hace Joaquín Berthold, y su mujer que es el personaje que hace Brenda Gandini. Es una especie de nuevo rico, con fondos de dudosa procedencia, o sea que tienen el culo sucio. Juan e Ismael comienzan a recibir maltrato de parte de este matrimonio, maltrato directamente relacionado a la diferencia de clases, un maltrato gratuito. Una, dos, tres veces, hasta que mi personaje luego de una larga jornada de trabajo y un poco de alcohol encima, comete un acto gratuito y ahí vira la película hacia el segundo acto, donde la película se transforma en un thriller psicológico de terror. Él decide secuestrar a este personaje, no para sacarle dinero, sino para darle una lección y lo empieza a domesticar como a un perro. Juan está rodeado de perros y paradójicamente se lleva mejor con los perros que con las personas. Es loco pensar esto de que el perro es el mejor amigo del hombre. Tenemos esa frase recontra naturalizada, como que la fidelidad uno la va buscando en algo que es de otra raza, otra naturaleza.
Al ver la película se puede notar esa cadencia de tiempos, que hace que al principio sólo navegues en la cotidianeidad del corralón, donde pareciera que no sucede nada. Y de golpe, el tiempo se acelera y los hechos toman fuerza y relevancia. Es un cachetazo interesante…
Es que es la trampa de la peli, lo bueno es eso. Por ahí es mostrar, mostrar, mostrar y mostrar, para que la piña sea más fuerte. Si uno anticipa ya no sirve. Está bueno que no te esperás para nada lo que va a suceder y esa claramente fue una decisión de nuestro director Eduardo Pinto.
Y si le sumamos la puesta fotográfica, encaja todo perfecto…
Sí, claro. Rodamos en Moreno, en el conurbano bonaerense, con esa cantidad de paisajes urbanos y también los alrededores más campestres. Incluso el increíble dique que tiene Moreno, que tiene todos los paisajes. Es increíble que a 30 minutos de la Capital Federal tengamos ese grado de urbanidad enorme, el centro, la estación, las casas bajas y los countrys. Hicimos un pantallazo general por todos los paisajes.
¿Cuándo y cómo fue el rodaje de la película?
Se hizo en el invierno del año pasado. Mucho frío. Todos los días llovió, todos los días barro y mucho frío. Pero también eso tiñó mucho a la peli y colaboró a la decisión de que sea en blanco y negro, que por ahí en un momento estaba en jaque. Sabíamos que estábamos haciendo una película que era oscura, que iba a tener sangre, mucha violencia y desde el principio pensamos en hacerla en blanco y negro porque si no, las situaciones que íbamos a transitar con color se nos podía tornar un tanto bizarra. El blanco y negro nos dio una plasticidad que le dio como más elegancia a la peli y además el tiempo encapotado que nos tocó. En cuadro poníamos el cemento de la ciudad y se veía todo gris también.
La película ya estuvo girando en varios festivales. Contame más y adelantame lo que se viene para el futuro de Corralón.
Sí, viene de hacer muchos festivales y entró el Festival del Este, que se hace acá en Buenos Aires, se hace el Lima y se hace en Francia. También en el Festival de Montevideo, y bueno…va a seguir rodando. Estamos contentos. Al mismo tiempo va a girar por el interior del país, por los espacios INCAA y otros festivales. Así que estamos a full acompañándola. Nosotros vamos a la mayor cantidad de funciones posibles, nos subimos todos al auto y vamos a donde sea. Nos interesa la devolución y también creemos que acompañarla, estimula un poco a que el público se acerque a ver un poco de cine.
Este año también seguiste con Pieza Plástica en teatro. ¿Qué se viene para el 2018?
Sí este año estuve con Pieza Plástica, obra que estrené en 2016. Inició su recorrido internacional y en festivales internacionales hicimos Mercosur, Madrid, Costa Rica, también gira por el interior del país, así que realmente estoy muy contento. Voy a seguir en 2018, y va a seguir porque siempre funciona. Además voy a dirigir una nueva obra en el Auditórium de Mar del Plata, una obra que se llama El Ardor. Estoy terminando de armar elenco y eso, para estrenar en enero. Y se vienen muchas más cosas pero todavía no están definidas. Sí, te puedo contar que ahora empiezo a rodar No Llores Por Mi Inglaterra, una película de Néstor Montalbano, que tiene como protagonista también al gran Capusotto, se viene con las invasiones inglesas. Y es muy divertido mi personaje. Soy un inglés invasor, está muy bueno.
¿Cómo fue tu año laboral en televisión? ¿Cómo viviste lo que sucedió con la salida del aire de Funny La Fan?
Para mi fue genial. Yo laburé muy bien, con un equipo muy lindo. Si bien hubo todo un fenómeno con el programa y repercusiones con su salida del aire, también hay que entender que hay nuevas plataformas y hay que pensar en proyectos para esas nuevas plataformas y un público jóven que en su mayoría o en una parte muy grande, ya no se sienta a mirar la tele cuando le dicen, a la hora o el día que se emite el programa. A mi me preocupó un poco la continuidad, si bien sabíamos que hasta esa etapa iba a ser, digamos que hicimos lo previsto. Salir del aire fue un golpe un poco incierto, pero también mucha gente lo pudo seguir por otras plataformas y obviamente sí me preocupó la gente que no tiene esas otras plataformas o que no sabe cómo utilizarlas. Pero bueno, hay algo con la ficción que está pasando. Esto está demostrado. Uno puede darse cuenta lo que sucede. En lo personal yo también veo series en otras plataformas, decido la hora, como, cuando, cuanto miro. Si quiero en un finde me veo una serie entera, es así. Hay que adaptarse, pensar en otros formatos y retroalimentarlos, además de pensar proyectos para la gran cantidad de países de habla hispana que hay, creo que ahí todavía no está el tema explotado a full.
¿Cómo es eso de que te estás reconquistando a vos mismo? ¿Te desenamoraste de vos?
No, no es que me haya desenamorado de mi. Creo que tiene que ver por ahí con los tiempos de la soledad, de la soltería. Hay algo ahí que uno empieza a recuperar tiempos que uno tenía siempre compartidos. Está bueno este momento de independencia, con muchas dependencias y obligaciones, y mucho amor alrededor. Pero tiene que ver con eso lo que me está pasando. Reconquistar mis gustos, mis tiempos, mis intereses, mi placer. Estar ahí. Y además es una evaluación que le debe pasar a todo el mundo. Cumplir 40 años es un montón de años y esperás que vengan muchos más. Entonces también es ver cómo te parás de acá en adelante.
¿Hay ganas de que venga un nuevo amor?
Yo estoy muy bien así, la verdad. Cuando venga, vendrá como trompada, y no podré escapar (risas).
Escribe: Laura Giovanetti.
Fotos: Santiago Ruiz
Asistente de fotografía: Nacho Quintavalle y Juan Vega Maza.
Maquillaje: Guillermina Van Thiesen.
Locación: Distrito Beer Garden.
Agradecimientos: Punto Tiff, Paula Aisenberg, Boca PR, Converse, Frankie, Wanama.