Hace dos años y quizás antes, ser señalado como “hipster”, era sinónimo de ser diferente no sólo con respecto a la moda sino a la música, literatura y hasta los lugares a los cuales esas personas frecuentaba.
Ser “hipster” conllevaba en sí el futuro de lo que el resto de los mortales irían a usar, escuchar o visitar. Pero las modas cambian, quizás más rápido que otras cosas, y estamos asistiendo a un cambio de paradigma en cuanto a cómo las personas se posicionan ante la compra y uso de la indumentaria.
Vemos que grandes diseñadores y marcas internacionales se vuelven más urbanas, más clásicas, porque la gran masa de los consumidores se dieron cuenta que el esfuerzo de destacarse a través de la ropa suele ser energía mal gastada y hay casos, que hasta ya nos les importa la mirada externa con respecto al look elegido para salir a hacer las compras o ir a un evento social.
Por eso, no te debería llamar la atención que cada vez más escuches o leas el término “Normcore” el cual proviene de la unión de las palabras “normal” y “hardcore”. Y, como lo define Fiona Duncan, redactora en The New York Magazine, es “la moda para aquellos que se han dado cuenta de que son uno entre siete mil millones”. Ya no se trata de destacar, sino de acomodarse dentro de la sociedad. Hablamos de capacidad de adaptación. La exclusividad ya no se busca.
Los ejemplos más palpables y de los cuales uno se puede tomar para saber quiénes son los referentes de este estilo son nada más y nada menos que personajes de las series de los 90 como Friends y Seinfield, y hasta se ha enmarcado en este celebrar la igualdad a Homero Simpson, Barack Obama y Steve Jobs.
Las marcas que, a consecuencia de esto están de parabienes, son Adidas, Nike y Levi´s. Las camisas blancas, los jeans y zapatillas no demasiado aparatosas vuelven a tener su lugar en el mundo.
Para los diseñadores y grandes marcas esto significa todo un desafío porque, como decía anteriormente, esta tendencia supone que uno nunca se equivocará al hacer una compra, se va a lo seguro, entonces ese momento en sí, se vuelve único y una oportunidad de venta que no se vuelve a repetir.
Como para terminar, muchos estudiosos de tendencias y costumbres creen que hablar de Normcore no es una moda sino una mentalidad. Según la mayoría de los bloggers, que son parte fundamental de este movimiento, los que se vuelcan a esta forma de vivir son conscientes que pierden exclusividad, que se vuelven más invisibles pero no les importa. Ellos saben encontrar la exclusividad en otras cosas.