Visitar Tailandia no tiene desperdicio, y es uno de esos destinos para todos los gustos. Desde playas paradisíacas a templos milenarios, desde la paz y naturaleza a las noches más divertidas de Asia. Todo en el mismo recorrido.
Texto y fotos: Petu Gutierrez
Cuando pensamos en viajar, generalmente suponemos que los destinos más cercanos en distancia son los más económicos. Error. Yo también suponía eso. Pero hay muchísimos lugares que nos prueban lo contrario. Tailandia es uno de ellos. Y como si fuera poco, es un paraíso de playas de aguas transparentes con una cultura fascinante.
Bangkok, la capital, es una ciudad cosmopolita y activa, que merece dedicarle al menos dos o tres días. La mayoría de hostales, guest houses y hospedajes económicos se encuentran alrededor del Khao San Road, calle que por las tardes se vuelve peatonal, y es el lugar de paseo obligado para los viajeros. No parecen existir reglas ni límites en esta calle. Por las noches la música de los pubs, más la de los carritos-bares improvisados en las veredas, los puestos de feria, camas de masajes (si, en el medio de la calle), las casas de platería, hacen que esta zona no pase inadvertida.
Durante el día, sin embargo, hay muchos lugares para visitar en esta ciudad. Hay un circuito histórico de templos maravilloso. Entre ellos el del Buda Recostado (Wat Pho), el Palacio Real, el templo del Buda de esmeralda o jade (Wat Phra Kaew) y el templo del amanecer (Wat Arun), son los más cercanos entre sí, tanto que se puede ir caminando. También es recomendable visitar el Chinatown y el mercado flotante. Si quieren hacer compras, Bangkok tiene los mejores precios.
La oferta de traslados dentro de Tailandia es muy amplia y accesible. Aviones, buses, ferrys, lo que sea. Desde acá podés armar tu visita a Chiang Mai (700 km al norte) por ejemplo. El paisaje que ofrece esta zona es totalmente diferente a lo que uno se imagina, mucho verde y montañas, y hay más de 200 templos budistas. Las actividades son numerosas, las más comunes son las excursiones de trekking, los campamentos y las visitas a los refugios de elefantes (en el resto de Tailandia no recomiendo esta actividad por el trato que reciben los animales).
La oferta de traslados dentro de Tailandia es muy amplia y accesible. Aviones, buses, ferrys, lo que sea. Desde acá podés armar tu visita a Chiang Mai (700 km al norte) por ejemplo.
De Bangkok también se puede emprender camino al sur. Si buscás diversión, Phuket es la reina de la noche. La isla cuenta con la increíble Patong Beach, con una calle principal donde se agrupan cientos de bares, cabarets, casinos, karaokes, diez cuadras al mejor estilo Las Vegas.
Koh Phi Phi, en cambio es más pequeña (de a acá en adelante para que no haya confusión: Ko o Koh significan isla). En esta isla podés tomarte una cerveza en un pequeño bar del pueblito, o caminar hasta los bares más grandes sobre la playa que organizan diferentes entretenimientos para los turistas, shows de fuego en la playa, competencias, etc. De día Phi Phi ofrece playas hermosas y excursiones a la famosa Maya Beach, por ejemplo, que es donde se filmó la película “La Playa”. Para los que buscan más tranquilidad, Koh Lanta es una muy buena opción. Mucha naturaleza, poca gente. Ideal para alquilar una moto, recorrer la isla, o simplemente ver el atardecer mientras te hacen un masaje Tai.
Koh Phangan también es una isla tranquila, a menos que vayas en luna llena, que es cuando se celebra la “Full Moon Party”, una fiesta electrónica mundialmente conocida, a la que asisten miles de turistas todos los meses. Si sos amante de los deportes acuáticos, no dejes de visitar Koh Tao. Allí hay escuelas para aprender diferentes deportes, obtener tu licencia de buceo, o simplemente bucear en los corales más hermosos del área.Como dije en un principio, hay para todos los gustos y colores. Estos son sólo algunos de los rincones más hermosos del país, pero hay innumerable cantidad de islas y playas a visitar. Desde ya vale aclarar que casi todas las excursiones o caminos que tomes te llevarán a un paraíso, ya que vas a estar rodeado de lugares increíbles.
Como dije en un principio, hay para todos los gustos y colores. Estos son sólo algunos de los rincones más hermosos del país, pero hay innumerable cantidad de islas y playas a visitar.
Si bien la mayoría de los que viajan tan lejos quieren probar sus exóticos platos, bebidas y postres tradicionales, no a todos les gusta experimentar con las comidas. Eso no va a ser un problema, ya que hay grandes cadenas de comida rápida, pizzerías, pastas y panaderías. En los supermercados también encontrás productos occidentales, gaseosas, galletas, lo que busques. Hay que animarse, la oferta es muy variada. Antes de decirle no a Tailandia, te recomiendo definir tu presupuesto, y en base a ello comparar los destinos. ¡Te aseguro que te vas a sorprender!