En el corazón de la Cordillera de los Andes, en suelo riojano, donde los colores del silencio comienzan a desplegar su magia escénica, se encuentra el espejo de agua navegable más alto del mundo.
Rodeada de glaciares en sus bordes, representa un verdadero desafío para los montañistas de todo el mundo y un destino imperdible para viajeros que disfrutan de la naturaleza indómita en su máximo esplendor. A 520 Km de la Capital riojana, la impactante belleza de este azul espejo de aguas cristalinas marca el inicio de una experiencia inolvidable para los más intrépidos. Desde Vinchina o Alto Jagué, el último poblado erguido sobre el terreno aluvional de la precordillera. A bordo de vehículos 4×4 comienza una de las travesías que maravillan a cualquier mortal. Atravesando la Quebrada del Peñón, la Reserva Natural Laguna Brava, donde los flamencos ilustran el salobre de sus aguas, y la Pampa del Veladero, una naturaleza indómita accede a ser descubierta ante el imponente macizo de sus hielos que ni el propio sol anima derretir en verano.
A unos 5.500 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el espejo de agua navegable más alto del mundo. En la cima de una antigua montaña que, tras uno de esos inconcebibles actos de rebeldía volcánicos, se ha desplomado sobre sí misma. La expulsión de ceniza y de otros materiales creó una especie de anillo y el agua de deshielo formó una laguna de color azul profundo.
Trescientos metros de profundidad y cinco kilómetros de diámetro, es rodeada de glaciares perennes en sus bordes. Universo cromático, cubierto por infinitas planicies de negra ceniza, coladas de basalto y túneles de lava que constituyen un verdadero tesoro geológico.
“Trescientos metros de profundidad y cinco kilómetros de diámetro, es rodeada de glaciares perennes en sus bordes.”
La zona comparte con la Provincia de Catamarca el Corredor de los Seismiles, un Conjunto de montañas de más de seis mil metros de altitud, que representa un verdadero desafío para los montañistas de todo el mundo y un destino imperdible para viajeros que disfrutan de la naturaleza indómita en su máximo esplendor. Un universo cromático cubierto por infinitas planicies de negra ceniza, coladas de basalto y túneles de lava que constituyen un verdadero tesoro geológico.
Con la logística necesaria, de diciembre hasta abril, es posible llegar en compañía de especialistas no sólo que conocen la zona como la palma de su mano sino que instruyen con perfección el ascenso hacia una travesía de jornada completa. El cuerpo de Guías especialmente preparados para acompañar la travesía, conforman Laguna Brava Turismo, cooperativa de 8 miembros que trabaja con el equipamiento y seguridad indispensable para la aventura.