No, no quiero saber nada de nada de lo que vendrá- dice y canta Marcos Orellana. El vicio que tenemos los periodistas de preguntar en algún momento –casi siempre al final- por el futuro no conseguirá eco en una banda acostumbrada a hacer bandera “del movimiento, en movimiento”, despreocupada por el devenir y, menos aún, por las exigencias del mercado.
“La música es tensa pero está flotando”-insisto con la misma canción- “soy la conciencia, el estupor de lo que nadie me dio”. Con su último disco pronto a estrenarse en el Gran Rex, “El Estupor” podría funcionar para promocionar el show o como tráiler de “OV IV”, cuarto trabajo de estudio de la banda, aunque “la Maga” con videoclip incluido, resultó un corte acertado de iniciación.
Sus orígenes de arena y mar, de zapada en quizás el mejor lugar para tocar: cielo estrellado, la inmensidad, el aire puro, han sido constantes y consecuentes con la carrera de Onda Vaga. No es lo mismo un fogón del tipo campamento, bosque, bichos y sensación de tocar “una que sepamos todos” para espantar a la bruja de Blair que ese mismo fuego en un escenario costero, un porrón de cerveza, una compañía con mucha piel, el amanecer en el mar. Si en el fútbol, Saavedra dixit, “los relatores leen en voz alta lo que los jugadores escriben con los pies”, en la música rioplatense, Onda Vaga le da el ritmo a las historias fugaces, estivales, del tipo carpe diem, disfruta el instante y luego vamos viendo.
La historia sostiene que un verano del 07 (más talentoso que el del 98) en tierras uruguayas se unen dos bandas: Doris (Nacho Rodríguez y Marcelo Blanco) y Michael Mike (Marcos Orellana y Tomás Justo Gaggero) a quienes se sumó Germán Cohen (Flor de Mambo) en voz y trombón. Esquivando la industria discográfica y gracias al boca en boca de un público que los sigue desde entonces, se convirtieron en suceso de culto con presentaciones constantes, siempre a sala llena. Orellana (guitarra/percusión /voz de Onda Vaga) admite sentir “mucha expectativa, ansiedad y nervios, todo positivo” antes del concierto en el Teatro Gran Rex (8 de abril). “Cada vez que hacemos una presentación así nos lo tomamos como algo súper especial ya que es el estreno de un disco y además esta vez coincide con que cumplimos 10 años, aprovechamos y festejamos todo”, agrega.
En “OV IV” respetan sus premisas musicales pero se percibe cierta reformulación de manera sutil en lo sonoro. “La clave fue dejarnos volar sin pensar en que algo estaba fuera de lo que hacemos nosotros. Sin reprimirnos a hacer algo distinto. Tampoco es que hicimos un disco tecno, pero en general grabábamos lo que queríamos sin limitaciones”, reconoce el músico.
Ya con un par de meses del disco en la calle y devoluciones del mismo, ¿no te resulta complicado predecir el concierto del Rex?
Vamos a tocar seguro todo el disco nuevo y también vamos a hacer cosas viejas y clásicas. Va a haber de todo. Es nuestra noche de gala. No vemos la hora de tocarlo en vivo porque para nosotros es importantísimo llevar nuestro trabajo de estudio a lo que es el verdadero feedback con la gente que es en el vivo. La verdad que hemos tenido muy buenas devoluciones, La gente nos felicitó y se copó mucho con el disco, pero la posta todavía falta. Una vez que empecemos a tocarlo en vivo ahí va a empezar a transmitirse la energía del disco en su totalidad.
El año pasado además se dieron el lujo de tocar nuevamente en Europa y girar dos meses, tras esas presentaciones ante públicos variados, ¿qué fueron incorporando a la banda de estas experiencias?
Viajar nos hace crecer mucho como banda. A veces la formación de músicos varía y esto ayuda a que podamos interpretarlas de diferentes maneras y nos fortalecen algunas adversidades. También nos ayuda a tocar más y más y esto hace que la interpretación mejore, a un nivel en el que casi no pensamos. Y solo nos dedicamos a sentir y a vibrar con la gente.
Hoy gracias a la tecnología se puede seguir puntualmente que público los sigue más, por ejemplo, a través de los videos, ¿Cuáles son los lugares donde más lo sorprende el afecto?
La gente nos cuenta mucho lo que le emociona la banda y hay muchas anécdotas de fanáticos y no tanto que se cruzaron con la banda o que nos siguieron de formas inauditas. Eso nos llena de orgullo y nos hace dar cuenta de que vale la pena lo que hacemos.
La concepción de la banda surgió a partir de la espontaneidad de los encuentros entre las bandas que cada uno traía pero ¿cuál creen que fue la bisagra que los impulsó a trabajar de manera profesional?
La banda, a medida que se fue profesionalizando, fue cambiando y creciendo. También nosotros, no tenemos la misma edad de los inicios. La banda fue creciendo al mismo nivel que nosotros como personas, porque es una parte importante de nuestras vidas y nuestro día a día. Empezó siendo algo espontáneo que se profesionalizó pero no dejamos de tener el espíritu de siempre que es el de hacer canciones cada vez mejores.
¿Qué recordás de esas primeras zapadas hace una década cuyo devenir era inimaginable?
Al principio nos juntábamos y hacíamos un asado y tocábamos. Ese mismo día nos íbamos a fiestas y tocábamos sin plantearnos muchas cosas, sin cobrar entrada, pero siempre queríamos gustar o expresarnos para generar algo, sobre todo a nosotros mismos. Creo que la clave está ahí, ya que si a nosotros nos gusta es lo que nos deja tranquilo y nos da fe de que al público que nos sigue les va a gustar.
¿Cómo lograron fusionar las vertientes musicales que cada uno traía?
Siempre con la canción como eje principal. Cada uno traía su espíritu musical, crítico, artístico y todo eso no tiene por qué ser exclusivista. Somos, creo yo, pibes abiertos y supimos crecer como banda porque somos amigos también, y si un amigo te muestra algo que le gusta, uno tiene que prestarle atención. Después puede gustarte o no, pero creo que mejor ver en que coincidís que en qué discernís. Gracias a mis amigos escucho mucha música nueva. Nosotros antes de ser una banda éramos amigos.
“Si lo pienso, no lo canto / Si lo canto, siento renacer” expresan en toda una declaración de principios. Siete giras europeas, presentaciones en cuatro continentes y la consagración como banda revelación en el festival Fuji Rock de Japón donde tocaron en el mismo escenario de bandas como Radiohead, Stone Roses y Noel Gallagher; son algunos de los tantos pergaminos que cosecharon. Tienen un gran poder en redes sociales, el Facebook oficial de la banda supera los 240 mil fans activos y la participación de la gente con comentarios y posteos compartidos en sus propios muros deja en evidencia el entusiasmo y la lealtad del público con la banda. “La verdad es que no tenemos un mensaje claro. Nosotros hacemos canciones y lo hacemos a veces juntos y a veces separados. No tenemos una política específica para escribir. Una canción podría decir lo rico que es un helado y otra hablar del holocausto y no es que una sea más importante que la otra, inclusive tal vez la del helado es más conmovedora. Para mí son más importantes otras cuestiones que ver el mensaje. Creo que la canción te gusta y no tenés que saber por qué. Simplemente te gusta o no”, dice Orellana.
Hay una unidad conceptual en sus letras que plantean una manera devivir mejor y, sobre todo, aprender a sentir y valorarlo. ¿Cómo logran ser coherentes con este pensamiento?
Como te decía, no buscamos un mensaje, el mensaje se da solo. Cada uno expresa emociones mediante una canción y eso se convierte en un mensaje pero no está intencionado.
Nosotros no vendemos una mentira, pero tampoco una verdad. No tenemos que rendir cuentas de lo que escribimos pienso. La idea es hacer una canción conmovedora y que nos guste principalmente a nosotros, pero después no tenemos por qué ser esa canción en la vida real.
No sólo en el arte sino en cualquier expresión laboral en equipo, cuando la cosa pasa de la diversión a un asunto profesional pueden provocarse conflictos en las amistades, ¿cómo fueron superando esa etapa sin herir susceptibilidades y mantener la vigencia?
Bueno, no es algo fácil ni simple la interacción amorosa entre personas. A veces tenés que discutir, equivocarte y hasta pelearte para poder entender al otro y convivir. Lo importante es generar una construcción y no un simple encuentro. Esto es lo que hizo que seamos lo que somos y eso es por el amor que le pusimos. Por ahora estamos con todo con la presentación en el Gran Rex. Esta fecha para nosotros es muy importante, es la apertura de una nueva era. Y la idea es Así en general, tratamos de pensar objetivos a corto plazo, paso a paso. Ahora lo que el que nos toca es esto, el 8 de abril en el Gran Rex, dar un show de p… madre y tocar por todos lados este nuevo disco.