Su fascinación por la equitación empezó a los seis años cuando su abuelo le regaló un caballo de andar y todos los fines de semana lo iba a montar. Al poco tiempo,un amigo, lo invitó a verlo montar y rápidamente se sumó a la disciplina de equitación donde hoy es un destacado deportista.
Entre varias personas clave en su vida, el deportista señala al profesor Gustavo Prato y a Gucho Díaz Cardelliac, con quien hizo toda su carrera hasta saltar 1.30. “Le estoy sumamente agradecido por todo lo que me enseñó y por haberme hecho un amante de este deporte”, agrega. Entre sus principales referentes cita a Martín Dopazo, al histórico Roberto Tagle, a Guillermo Córdoba y al jinete italiano Iván Pérsico.
Consultado por los caballos que lo acompañaron en su carrera, Ignacio destaca que “uno monta muchos caballos todos los días y crea un vínculo fuerte con muchos de ellos, pero si tuviera que elegir un par sin dudas me quedo con Gitana, una yegua que me regaló mi papa y con la que llegué a saltar todos los campeonatos regionales federales y nacionales hasta la altura de 1.30. Me acuerdo de ella ya que fue con quien subí varias categorías.
Era noble y sumamente competitiva. Otro caballo del que no me voy a olvidar es 4 soles Dominic, la yegua con la que actualmente estoy saltando. Considero que es el caballo con más condiciones y aptitudes para el deporte que tuve y con ella empecé a hacer las pruebas de primera categoría”.
Entre las claves para ser un gran deportista, opina que hay que “ser metódico”. “Hay que entrenar mucho los caballos y lograr hacer un binomio con ellos. Es mentira que en este deporte el caballo hace todo, hace falta tener un buen caballo para ser competitivo pero si uno no se entrena y no logra compenetrarse con el caballo es muy difícil llegar a algo”, nos explica.
Es mentira que en este deporte el caballo hace todo, hace falta tener un buen caballo para ser competitivo .
Su rutina de entrenamiento es periódica ya que los caballos deben entrenar casi todos los días. “A los caballos los tenemos que cuidar mucho y sobre todo tenerlos en buen estado físico para prevenir lesiones que son muy comunes en la equitación”.
Su próximo objetivo es afianzarse como jinete de primera categoría, poder mantenerse saltando grande y, de a poco, que se vayan dando los resultados. “Me gustaría poder participar en el torneo del Centro, el concurso más importante del año en Córdoba y participar de algunos de los más importantes en Buenos Aires. Otro gran anhelo personal es seguir creciendo como entrenador y continuar con los buenos logros obtenidos el año pasado”, concluye el deportista.