RECITALES | Bruno Mars en Argentina

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Un nuevo Rey asoma. Mars logró ensamblar el new jack swing y remezclarlo con el funk, el hip hop, e incluso el rock y el soul, logrando un sonido nuevo, pegadizo y bailable.

El sábado 27 de noviembre el cantante estadounidense desató la magia en La Plata, presentando el 24K Magic Tour y trajo una batería de éxitos que hizo bailar a un público expectante que agotó las entradas hace mucho tiempo. Además, probamos la Hasselblad True Zoom en un Motorola Z2Play y la cámara 360, accesorios ideales para un recital como este.

A diferencia de los últimos recitales en el Estadio Único de La Plata, la llegada al lugar fue más rápida. Que la visita de Bruno Mars sea un sábado y no un día de semana hizo que la gente venga más distendida; nadie tuvo que salir a las apuradas de su trabajo y enfrentar el tránsito de los días laborales.

El 24K Magic Tour llegó con entradas agotadas a la Argentina, pues había una expectativa importante por la presentación de este gran cantante. Pero, ¿Cuál es la historia de esta celebridad de la música? El joven artista nació en el seno de una familia musical, no había otro destino para Peter Gene Hernández Jr., apodado por su padre “Bruno Mars”, en honor al luchador profesional Bruno Sammartino.

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Su padre, oriundo de Puerto Rico, era un percusionista de Brooklyn que se instaló en Hawaii al conocer a una bailarina filipina de hula, la danza típica hawaiana, y de esa unión nació Bruno. Juntos hacían shows para turistas en los hoteles. Desde pequeño Mars mostró su habilidad para imitar a Elvis Presley, su gran inspiración.

La influencia del “Rey del Rock & Roll” y su adoración por Michael Jackson, fueron formativas para el cantante que a sus 19 años, y tras un frustrado paso por el icónico sello Motown Records, se dedicó a componer temas para otros artistas.

La previa del recital estuvo a cargo de Lo’ Pibitos, la banda compuesta por cinco chicos de Villa Crespo (Ciudad de Buenos Aires) que impusieron un ritmo fresco con bases Groove; y especialmente por DNCE, el nuevo grupo de Joe Jonas (Ex Jonas Brothers) con su Pop súper pegadizo, hizo que el público, en su mayoría adolescente, comience a precalentar para el plato fuerte.

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A las 21:15 hs las pantallas se encendiero con el logo del tour; cinco minutos después, Bruno Mars y los Hooligans hacían su aparición en escena. El estadio estalló con un ensordecedor griterío y comenzó con Finesse, la primera de las quince canciones que estaban previstas en la lista del recital. Le siguió, casi sin pausa, 24K Magic. Es la canción emblema que viene triunfando desde 2016, rompiendo todos los charts de música.

La puesta en escena, que en principio parecía sencilla, se transformó en una disco de los 90; con paneles de luces que se iban moviendo conforme iba cambiando de tema musical.

Las pantallas dispuestas a los costados del escenario reflejaban los movimientos de este showman y sus socios; daba la sensación de estar mirando un videoclip, así de perfecto y cuidado se vio el show. Los fuegos artificiales, ayudaron a marcar el cambio de ritmo, a medida que la música iba sonando, haciendo delirar a las 50.000 personas que llegaron al estadio.

El recital fue una sucesión de guiños a personalidades que marcaron al hawaiano, Perm es funk puro y un momento que deslumbra con sus piernas descubiertas, en donde rinde tributo al todopoderoso James Brown. Versace On The Floor, la canción que Mars eligió para los Billboard Music Awards 2017, es otra cumbre de la noche. Aquí la referencia ineludible es Michael Jackson. También en Calling All My Lovelies, donde Mars toma la guitarra eléctrica y busca agudos imposibles como Prince. Luego le canta a un viejo teléfono portátil, suplicante, y en un buen castellano: “Te quiero mucho, mi chica, mi chica”, mientras busca una aprobación que llega enseguida, en forma de ovación.

Para coronar una noche ideal, Bruno Mars cierra con el mejor funk que puede ofrecer y la gente lo agradece coreando su nombre. Llega Uptown Funk es un hit tan perfecto que, aunque todos lo estén esperando, sorprende y encanta como si fuera la primera vez. El estadio se cae, se rinde hacia este futuro rey; la gente baila, canta, salta y queda llena de alegría. Terminó el show y saludó al público, que llegó hasta ahí esperando ver un gran show. No defraudó. Mars logró ensamblar el new jack swing y remezclarlo con el funk, el hip hop, e incluso el rock y el soul, logrando un sonido nuevo, pegadizo y bailable. Esto es lo que fue a buscar la gente, y eso es lo que obtuvo.

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Larga vida al Rey.

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