Pocos postres son tan fáciles y exitosos como el crumble.
Para aquellos que nunca han probado hacer algún tipo de crumble, es muy simple, les resumo: empiezan con alguna fruta fresca de estación, la cubren con un crumble y la mandan al horno. Antes de que se den cuenta, sentirán un olorcito a caramelo dorado y crujiente como un mar sobre una base de frutas caramelizadas.
Acá aparecen los tintes ingleses Peck de la familia, y si hay algo de lo que saben los ingleses es de crumbles, manzanas y recetas que requieren mucha manteca.
Yo tuve que salirme de la receta familiar para poder aplicar un poco mi teoría sobre el no consumo de mucha harina refinada, manteca y azúcar blanca. Acá les presento mi versión sana y nutritiva de la famosa receta familiar. Para darle un toque moderno y de imprevisibilidad le sumé tomillo, que junto a la miel y la manzana, generan una bomba de sabor increíble.
Se que esta receta puede sonar a una versión sofisticada y refinada pero en serio, no podría ser más fácil y barata.
Porque el invierno esta hecho para Domingos de postres de manzana calientes con miel.
Como siempre, siéntanse libres de experimentar con los ingredientes y de sumar o restar miel y azúcar dependiendo de la fruta que le pongan. Tengan en cuenta que las frutas, cuando se cocinan, se caramelizan bastante dando a la receta un giro más dulce de base. Prueben con un poco de vino en lugar de agua y sumen semillas a la masa si es que tienen a mano. El vino le da un toque mucho más profundo de sabor y es perfecto como postre para alguna reunión con amigos o familia.
INGREDIENTES
Para la base:
- Dos manzanas verdes grandes
- Miel 3 cucharadas
- Canela 1 cucharada
- Tomillo dos o tres ramitas o ½ cucharadita del deshidratado (opcional)
- Agua o vino blanco o tinto ½ taza
Para el crumble:
- Avena 1 taza
- Harina común o integral ½ taza
- 3 cucharadas de manteca
- Azúcar integral o común ½ taza
- Yogurt 3 cucharadas
- Fuente resistente al horno de aprox 12 cm de diámetro.
PREPARACIÓN
Precalentar el horno a 200°C y sacar la manteca de la heladera.
Cortar las manzanas en cuadraditos de más o menos 2 cm de ancho. Colocar los cubitos de manzana con la miel, canela, agua o vino y el tomillo en una cacerola o sartén para llevar al fuego. Yo uso una sartén de hierro que después pueda meter al horno, pero si no tienen no importa, cualquier sartén va a servir.
Llevar las manzanas a fuego medio hasta que estén tiernitas pero no deshaciéndose por la cocción, aproximadamente 15 minutos. Tengan en cuenta que más tarde se van a seguir cociendo en el horno.
Mientras las manzanas se cocina, aprovechen ese tiempito para armar la costra del postre. En un bowl mezclen la avena, harina, azúcar, manteca y yogurt (este ingrediente es parte de mi incorporación más sana, En realidad la receta es con pura manteca, pero el yogurt es un buen reemplazante, con menos grasa y le da un toque ácido que me encanta. Pueden igualmente suplantar el yogurt con más manteca y va a quedar igual de rico)
La idea con todos estos ingredientes es trabajarlos con la mano intentando armar migas de mezcla de manteca avena y azúcar, tiene que quedar granulado con algunos pedacitos más grandes y algunos más chicos como se ve en las fotos.
Una vez que las manzanas están listas las transfieren a una fuente resistente a horno y arman una base de manzana y las cubrimos con la costra que hicimos.
Lo metemos en el horno por aproximadamente 15 o 20 minutos hasta que se lo vea dorado y el olor a manzana caliente con tomillo haya invadido toda tu cocina.
Tip de la receta: El crumble está buenísimo como postre para congelar. Yo a veces lo preparo en bowls chiquitos resistentes al horno y en lugar de cocinarlos los llevo al freezer y simplemente los bajo cuando los necesito. Pueden hacer el doble de la receta y voila! postre de manzana caliente para alegrar el alma en cualquier noche fresca invernal.