De la masas de espinaca sumergida en aceite a un panqueque sano, pituco y perfumado con lima.
¿Quién no extraña comerse uno de esas bolas de espinaca fritas de textura perfecta, esponjosas por dentro y crocantes por fuera, que hacía la abuela? Era la única forma que había encontrado la pobre de hacer entrar algo verde en nuestros cuerpos diminutos. Ni siquiera la historia alentadora de Popeye funcionaba en casa.
Pero hoy, se puede decir que ya madura y parte de una nueva generación de cocineros, pienso que una comida cuya base es sumergir una cuchada de masa en grasa o aceite, ya no es válida. Cualquier cosa que flote en aceite para cocinarse me encanta, claro está, pero queda para ocasiones especiales y casi nunca en casa. Lo bueno es que siempre existe el lado S (sano) de la cosa. Y no les prometo que estos panqueques los va a teletransportar a la mesa de la abuela, pero casi.
Una textura similar se puede conseguir sí, a estos buñuelos apanquecados, los cocinamos en una sartén de hierro que se caliente para pelar chanchos, como diría mi abuela (ya que estamos en el tema abuelas) . Esto hace que el resultado sea crocante por fuera y tierno por dentro. Si no tenés sartén de hierro lo podés hacer de todas formas, precalentando bien la superficie en la que los vayas a cocinar.
Tengo que admitir que la manteca de lima ya es una pituqueada y nada tiene que ver con los buñuelos de la vieja escuela. Pero le da un toque increíble y le devuelve un poco de la humedad y grasa que le quitamos a los amados buñuelos para esta receta.
Acá va esta receta inspirada en unos panqueques de Otto Lenghi, gurú de mi cocina y fuente de inspiración.
Manteca de lima
50 g de Manteca a temperatura ambiente
Ralladura de 1/2 lima
Jugo de lima 1 cucharada
1/2 diente de ajo picado
Cilantro o perejil 1 cucharada
Pizca de ají molido
Sal y pimienta
Poner la manteca a temperatura ambiente en un bowl mediano y revolver con una cucharada de madera hasta que quede suave y cremosa. Incorporar el resto de los ingredientes. Colocar la mezcla en un rectángulo de papel film y enrollar hasta conseguir la forma de una salchicha. Sellar las puntas retorciéndolas y dejar enfriar en la heladera.
Para los panqueques:
Harina común 1 taza ( Media taza de harina y media de avena arrollada también funciona perfecto)
Polvo de hornear 1 cdta.
Huevos 2
Aceite de oliva 2 cda.
S al ½ cdta.
Comino en polvo ½ cdta.
Leche ½ taza
Cebollitas de verdeo (aprox. 5)
Espinaca 3 tazas
Aceite para engrasar la sartén
Para los panqueques lo primero que vamos a preparar es la espinaca. La vamos a cocinar al vapor para evitar la pérdida de los nutrientes solubles en agua. Después de 5 minutos, retirarla del vapor y dejarla enfriar. Estrujar bien las hojas para que larguen casi todo su líquido y picarla bien chiquita.
En un bowl colocar la harina, el polvo de hornear, los huevos, aceite de oliva, comino, pimienta, sal y leche y revolver con un batidor hasta que la mezcla quede sin grumos. Agregar la espinaca y las cebollitas de verdeo picadas y mezclar hasta incorporar todos los ingredientes.
Precalentar la sartén a fuego medio/alto y agregar una cucharada de aceite. Para cada panqueque vamos a poner entre dos y tres cuchadas de la mezcla, intentando conseguir una superficie redonda de aproximadamente 7 cm de diámetro y 1 cm de alto. Yo cocino tres panqueques por tanda, pero dependerá del diámetro de tu sartén. Cocinar por uno o dos minutos y darlos vuelta. La idea es conseguir un color dorado verdoso de ambos lados. Cuando estén listos retirar del fuego y pasar a un plato apilando uno arriba del otro. Repetir el proceso agregando una media cucharada de aceite antes de colocar cada nueva tanda de panqueques en la sartén.
Para terminar, sacar la manteca de la heladera, cortar una rebanada y colocar encima de los panqueques tibios, la manteca se va a derretir y no vas a poder creer la mezcla de sabores que va a aparecer en este plato.
