Sí, sí, sí. Una delicia que te va a sorprender. Además es super sana y nutritiva. Ideal para acompañar con bastoncitos de zanahorias, apio o untar sobre una rica rodaja de pan de campo.
El poder de las semillas de girasol es maravilloso. Además de ser un gran antioxidante, están llenas de fibra, vitamina E y son ricas en minerales. También aportan grasas saludables, por su contenido de ácido linoleico, aportando beneficios para nuestra salud cardiovascular.
A veces puede resultar aburrido consumirlas por separado. Una buena opción entonces es agregarlas a las ensaladas o aprovecharlas en preparaciones como este untable cremoso.
El dato clave cuando usamos semillas es respetar el proceso de activación de los nutrientes. Para esto, a estas semillas hay que lavarlas colocándolas en agua fría y vinagre durante veinte minutos. Luego enjuagamos y las ponemos en remojo durante toda la noche. Retiramos el agua de remojo y las enjuagamos con agua nuevamente. Ahora sí, están listas para ser consumidas. Dejamos atrás los antinutrientes y dimos vida a su poder nutricional.
Ingredientes
-1 taza de semillas de girasol
-Jugo de limón
-Sal rosa, pimienta, ají molido y cúrcuma.
-Aceite de oliva La Toscana (variedad ajoncello)
Procedimiento
El procedimiento para esta receta es super sencillo. Colocamos en licuadora o procesadora, 1 taza de semillas de girasol activadas. Agregamos un buen chorro de jugo de limón. Sumamos sal rosa (yo me traje una de las salineras de Maras, en Perú, que es riquísima), pimienta y ají molido. Para potenciar beneficios le puse una cucharadita de cúrcuma (otro gran antioxidante) y por último un chorro de aceite de oliva La Toscana, variedad ajo y limón, que le da un sabor único a esta preparación. Dale play a la licuadora durante un buen rato y andá moviendo si hace falta. Agregá un chorrito de agua para que no quede tan espeso. Cuando tenga la consistencia justa, ya está. ¡Listo para la picada! ¡A comer!