La nueva edición del Encuentro que reúne a las colectividades del mundo en la ciudad de Alta Gracia volvió a mostrarse como una celebración de la diversidad cultural, donde se degustaron las comidas y bebidas típicas de diferentes países y conocieron sus bailes tradicionales y costumbres.
Con Revista Random presenciamos el desfile por las calles céntricas en el comienzo de la Fiesta donde los vecinos salieron a las calles para recibir y aplaudir a las delegaciones que se llenaron de color desde la avenida Belgrano hasta el Predio donde se desarrolló el encuentro.
Sabores, aromas y música fueron los ingredientes de una de las fiestas más convocantes de la provincia, donde este año volvieron a decir presentes figuras consagradas de primer nivel, junto a artistas locales que mostraron su música en el gran escenario. En la primer noche fue una revelación el show de cierre de Martín Monguzzi que presentó algunas de las canciones de su segundo disco y se ganó a la multitud, esa que alguna vez supo descubrir a un jovencito Abel Pintos que solía cenar con su familia en el extinto restaurant Albeniz. Hablando del artista del momento, cortó 30000 entradas en su noche, interpretando canciones de su último disco y otras que fueron pedidas a gritos por el público. Cientos de fans se hicieron presentes para deleitarse con su actuación, que sin dudas y como cada año, fue una de las más convocantes del Encuentro.
Ese día el artista local Darío Cobo se hizo presente con su folclore melódico, acompañado de los aplausos del público general y del de su familia y amigos que lo alentaron a gritos. Se hicieron presentes también, la colectividad de Francia con su típico baile Can Can, y artistas de Alta Gracia pertenecientes al Estudio de Danzas Mónica Bossi, luciendo un cautivante espectáculo de electro tango. Una perlita fue la actuación de Milo Morcillo, María Soaxe, la altagraciense radicada en Barcelona que viaja por el mundo interpretando canciones de pop melódico que forman parte de su primer trabajo discográfico “El Camino de los Sueños”.
Más tarde, y por tercer año consecutivo, se hicieron presentes en Colectividades, el dúo bonaerense Los Campedrinos difundiendo su folclore juvenil. Representando la música pop, la adolescente de catorce años oriunda de Villa María, Yas Gagliardi, presentó en el Encuentro de Colectividades de Alta Gracia su primer disco que lleva su nombre. Pasada la medianoche subió al escenario Mayor, Lucho Arrieta, el joven que viene recorriendo diversos escenarios de la Provincia propagando su música folclórica melódica. Al momento antes de despedirse, invitó a cantar con él a la altagraciense Natalia Torti.
La segunda noche en la música la propuesta fue la peña y el folklore. Marianella Falchetto con tan solo 15 años deslumbró en el escenario mayor con su música folclórica y hermosa voz. Acto seguido, se hicieron presentes el cordobés Fausto Lescano y posteriormente el grupo altagraciense Los Sobrinos. El baile folclórico tradicional estuvo representado por la colectividad Argentina de la mano del ballet local Inti Punku. La actuación de Daniel Benítez, alias El Changuito Zafrero, hizo levantar de sus sillas a los espectadores, dando apertura al baile tradicional que se prolongó durante toda la noche debajo del escenario. Continuaron las actuaciones del ballet de Despeñaderos, y luego Gustavo Chazarreta presentando su folclore arraigado del norte del país.
Como teloneros de lo que sería la ansiada actuación del Indio Rojas, se lucieron en el escenario mayor Dalmiro Cuellar, gran referente del folclore boliviano y luego, desde la provincia de Chaco, el cantautor Néstor Coco Gómez.
Más tarde, con su energía del monte, y acompañado de sus raíces y esencias, se hizo presente Lucio “el Indio” Rojas, culminando la segunda noche del Encuentro con un público eufórico de alegría por su canto, baile y folclore.
Si bien en las páginas de esta edición se respira Chaya, no podemos obviar que la misma tuvo su gran momento en la cuarta noche. El folclorista riojano, Sergio Galleguillo interpretó canciones de todo su repertorio y grandes éxitos de su carrera, ovacionado por el público que saltaba y bailaba en la fiesta chayera en la que no faltó la harina y la albahaca.
Un dato a destacar es que la fiesta se destacó por su gestión ambiental sustentable gracias a un convenio colaborativo entre la Comisión Organizadora y la Fundación Natura, y sobre la base al relevamiento y estudio que realizó la ONG durante la edición del año 2015, se optimizo el consumo energético en todos los stands y se recuperaron las distintas fracciones aprovechables del residuo. Desde el aceite usado de cocina (convirtiéndolo en biodiesel o lubricante ecológico) evitando contaminar cursos de agua y napas freáticas; hasta las aguas grises de algunas carpas que fueron tratadas con biopurificadores de bacterias y lombrices, obteniendo abono orgánico y agua limpia como resultado. Además de recuperar el papel limpio y el cartón, los envases PETs descartables, las tapitas de gaseosas para ser destinadas a colectas solidarias, el vidrio y la materia orgánica compostable.
Un dato a destacar es que la fiesta se destacó por su gestión ambiental sustentable gracias a un convenio colaborativo entre la Comisión Organizadora y la Fundación Natura, y sobre la base al relevamiento y estudio que realizó la ONG durante la edición del año 2015
La fiesta nació por los 400 años de la fundación de Alta Gracia, un grupo de vecinos se organizó para celebrar el cumpleaños y tuvieron la gran iniciativa de convocar a todas las representaciones de inmigrantes que participaron en su importante desarrollo. Este año fueron 24 las Colectividades que participaron: Italia, España, Francia, Polonia, Alemania, Austria, Armenia, Irlanda, Países Vascos Turquía, Países Árabes Musulmanes, Países Árabes, Siria, Libano, Cuba, México, Paraguay, Brasil, Argentina, Perú, Estados Unidos, Sudáfrica, Irak.
Un dato para cerrar con un guiño a las papilas gustativas: son 600 las porciones de la famosa paella de Tino Navas, asturiano de nacimiento, altagraciense de adopción, que desde la primera edición se encarga personalmente de una de las comidas más esperadas de la temporada cordobesa.