Para los que nos gusta combinar playas hermosas y ciudades con historia, Colombia es un destino soñado. Y Cartagena de Indias, es definitivamente la ciudad que no debemos dejar de recorrer.
Visitar el Caribe Colombiano parece lejano y carísimo. Pero, como siempre se plantea en esta columna, es mucho más accesible de lo que suena. Depende de cómo se organice mi viaje, las fechas en que lo haga, y el lujo que esté dispuesto a resignar. De la misma forma, depende sólo de mí la ¨cara¨ que voy a conocer del lugar que visito. Colombia, por ejemplo, es mucho más que playas hermosas. Por eso elegí Cartagena de Indias. Porque si bien es la ciudad más turística, no pierde sus costumbres, esa cultura caribeña, la calidez, la música, los platos típicos. Es una ciudad hermosa y sencilla, llena de gente hermosa y simple.
Cartagena es la ciudad fuerte del país. Literalmente. Como en la época colonial era atacada por piratas, se construyó una muralla inmensa en la costa y torres con cañones en el ingreso a su puerto. El casco antiguo de la ciudad todavía está amurallado y es imperdible. Las construcciones antiguas conviven con bares, restaurantes, plazoletas, todo en armonía. Incluso las que una vez fueron bodegas de la muralla, hoy son espacios para que los artesanos locales vendan sus productos. Desde arriba de la muralla tenés las mejores vistas de la ciudad y el mar, se puede merendar o cenar en este lugar, así como sacar las mejores fotos panorámicas de las vacaciones.
“Hay mucho más para hacer en Cartagena, sólo hay que dedicarle tiempo para descubrir una de las ciudades más completas del Caribe. Y con opciones variadas para todos los bolsillos. ”
Cuando salís a recorrer, también podés picar algo de paso por los puestos callejeros, como arepas, cocadas, pinchos de carne, jugos naturales, frutas, helados, todo muy barato y casero. Por la noche, la ciudad amurallada parece atrapada en 1800, con calles empedradas, faroles, carruajes. Los restaurantes sacan sus mesas a las plazas, hay música callejera, muchos bares ponen sus mesas en pequeños balcones para que puedas tomar algo mirando la ciudad. Frente al ingreso del casco antiguo está el puerto de la ciudad, el que en un momento fue el más importante de América Latina. En las boleterías del muelle se pueden comprar tours para visitar islas cercanas, como las Islas del Rosario o Barú (las playas más hermosas de la zona). Algunas paseos incluyen visitas al acuario flotante, otras snorkel en los corales, y hasta almuerzo (recién pescado y frito). Recomendación: conviene comprar las excursiones acá, en las agencias y hoteles suelen duplicar el precio.
A sólo metros del puerto, se ubica el barrio Getsemaní, que es ideal para hospedarse a un precio razonable, y cerca de todo. De acá se puede ir caminando a la muralla y al puerto. También visitar las típicas casas de comida colombiana, como la famosa “Casa de Socorro” (ni lerdos ni perezosos, hay como seis que dicen ser la original), comer los mejores mariscos o tomar algo en pequeños bodegones, por ejemplo. También a pocas cuadras está el Castillo San Felipe De Barajas, sobre la colina de San Lázaro. Una caminata que vale la pena hacer, ya que este castillo es parte de los fuertes de la ciudad y es considerado una de las siete maravillas de Colombia. Se puede hacer un paseo por dentro del mismo.
Como toda ciudad turística, Cartagena también tiene una parte nueva y moderna, el barrio Bocagrande. A sólo 15 minutos del casco antiguo, podemos encontrar una oferta totalmente diferente a la anterior. Hoteles de lujo y nuevos edificios, pero no a tan accesibles precios. Es “el lugar” si lo tuyo es el shopping ya que tiene casas de marca, perfumerías, clubs de habanos, restaurantes de cocina internacional, cadenas de comidas rápida, discotecas, etc. También podés desayunar en los cafés mirando al mar. En Bocagrande hay algunos bares en la playa, y los atardeceres son increíbles. Es un barrio que vale la pena visitar, pero que poco tiene que ver con el espíritu del resto de la ciudad.
Desde Cartagena se puede visitar otras ciudades costeras como Santa Marta, que queda a 230 km, y aparte de tener playas muy bonitas, es la ciudad más antigua de América del Sur. Suelen ofrecer excursiones, o uno puede comprar los pasajes de bus e ir por cuenta propia.
Por avión, la más visitada es la isla de San Andrés, que es un paraíso de aguas cristalinas y corales. Los precios de San Andrés son un poco más altos, ya que la mayoría de los hospedajes son complejos all-inclusive. De todas formas se pueden encontrar algunos a un precio bastante conveniente, considerando que no se gasta en más nada durante la estadía. Una recomendación más: Tomen taxis en el aeropuerto, la isla es muy chiquita y son mucho más baratos que los transfers.