#Portada | Mónica Antonópulos: Tiempo de reconciliación

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El hotel elegido para recibir a la prensa, estaba repleto de periodistas esperando el turno para ingresar al salón donde estaban las protagonistas de la película. El murmullo de fondo se mantenía constante, todos se veían apurados repasando las preguntas que tenían pensado realizarles a los protagonistas. Y así las cámaras de los programas de la tarde se agolpaban para poder hacer las entrevistas en vivo, y las chicas que manejaban la prensa de la película comenzaron a calmar la ansiedad de los recién llegados. Es que todos buscaban las palabras de los actores, dado el filme ha traído cierta polémica o controversias por la temática en la que se basa.


El film se llama “Desearás al hombre de tu hermana”, y está dirigido por Diego Kaplan y escrito por Erika Halvorsen – la autora de El hilo rojo y guionista de Amar después de amar – y se focaliza en la compleja relación entre las hermanas Lucía (Mónica Antonópulos ) y Ofelia (Carolina “Pampita” Ardohain), y en cómo la misma será puesta a prueba por sus respectivas parejas, interpretadas por Juan Sorini (en el papel de Juan) y Guilherme Winter, (en el rol de Andrés).
La historia está ambientada en los años ‘70 y su banda de sonido contiene inolvidables hits de Sandro. El thriller erótico también cuenta con una intervención secundaria de Andrea Frigerio , como la madre de las hermanas en pugna.


Al mejor estilo “hollywoodense”, en el salón había dos livings elegantemente armados. Con unos sillones de estilo inglés, donde estaban sentadas ambas protagonistas, manteniendo cierta distancia entre una y otra. La luz era tenue y propiciaba cierta calidez en el ambiente. Y allí, hacia el final de esa gran sala, estaba Mónica Antonópulos o Monna (para los amigos).
Al encontrarme con ella, bella y seductora, pero con la seguridad de una actriz consagrada, Mónica esboza una cálida sonrisa, y me saluda cordialmente. Luego le solicita a una asistente un almohadón para colocarse detrás de la espalda. “Ya estoy vieja y me duele todo si no hago esto” dice muy risueña.
Aunque se la nota cansada, ya pasó por cuatro entrevistas y aún le quedan más por delante, está distendida y dispuesta a seguir, ofreciéndome así la posibilidad de tener con ella una conversación distendida y amena. Además se la ve muy contenta con la película y también por la elección del personaje que le tocó encarnar en el film. “En principio me habían ofrecido el papel de Ofelia, pero había algo que no me cerraba; entonces, opté por hacer Lucía y me sentí más a gusto”.


Esta proyección ha generado cierta controversia, porque será prohibida para menores de 18 años, según la Comisión Asesora de Exhibiciones Cinematográficas (C.A.E.C.). Esta prohibición hizo que los protagonistas salgan a defender el trabajo realizado, algunos con más tranquilidad, y otros con mayor vehemencia.
Mónica fue quien exteriorizó este malestar. “Me molesta que sean tan prejuiciosos, la película muestra el despertar del deseo sexual en dos niñas; pero parece que eso no se puede mostrar”. Le fastidia que la sociedad sea hipócrita y se escandalice con las escenas que revela el filme; mientras que en otros ámbitos, como la televisión se pueden ver imágenes de mayor violencia y contenido sexual.

 

Esta prohibición también cayó mal en la producción, porque entiende que restringe el público en un contexto en el que, para muchos films argentinos, es difícil llevar gente a las salas. Mónica agrega “Hoy el despertar sexual es temprana edad, y es bueno que los jóvenes puedan ver esto; pueden votar a los 16 años, pero hay que tener 18 años para ver una película de éstas características que muestra la sexualidad de manera natural”.
De todos modos, el film no muestra escenas de sexo explícito. Sino que narra la historia de estas hermanas, Lucía y Ofelia que crecen experimentando el sexo de manera absolutamente diferente. Mientras Lucía no puede disfrutar, Ofelia lo hace sin culpas. La diferencia enfrentará a las hermanas en una perturbadora lucha interna y externa en busca del deseo y la satisfacción.


Pero lejos de ser un drama erótico, Kaplan elige contarla en un tono psicodélico y divertido, echando mano a una estética particular, y a los rastros que quedan en el inconsciente de todo el que vio el cine de Armando Bo con la Coca Sarli, e incluso algo de Almodóvar.
En el inicio de la película, se la puede ver a Mónica cantando y esto llevó a la pregunta de si era ella o un doblaje. “La que canta soy yo, tuve que ponerme un coach para que me ayude a vocalizar y enseñarme como se hace” y agrega “Me encantó poder hacerlo, pero no es que voy a sacar un disco por esto; todo lo contrario, me dio mucha vergüenza” dice entre risas.
Después de estar presente en muchas tiras en la tele, en películas y en teatro, ella puede elegir lo que quiere hacer. Pero tuvo que pasar mucho para darse ese lujo, y así lograr imponerse y ganar protagonismo a fuerza de trabajo constante. “Vengo del palo del modelaje, sería muy hipócrita de mi parte decir que hay que formarse para ser actor; pero si hay que trabajar mucho para perfeccionarse”.
A pesar de ello, Mónica tenía algunos prejuicios sobre la presencia de Pampita en el film, pero se llevó una sorpresa porque vio el profesionalismo con que la modelo se tomo este proyecto. “Trabajamos en un clima de gran compañerismo, no sólo entre los protagonistas; sino con el director, la escritora y el resto del equipo”.


La gente de prensa de la película, nos hace seña que el tiempo de la entrevista va terminando. Se escapó la pregunta de si haría una nueva tapa en Playboy, recordemos que la hizo la primera tapa de la revista en enero de 2007, se rió y dijo: “¡Ni loca!” y cerró graciosa “En realidad no me volvieron a llamar”.
El tiempo terminó, da la sensación que es una persona con la que se puede hablar de cualquier tema; y además, tiene un humor muy particular. Se levanta para saludar y agradece. Mónica es sencillamente lo que se ve, no necesita aparentar otra cosa.


 

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