El amor y la pasión por el yoga, la llevaron a animarse y lanzarse en busca de una vida distinta. Se formó como instructora, dejó su trabajo en relación de dependencia y poco a poco fue construyendo sus sueños. Tiene 35 años, y es toda una MUJER EMPRENDEDORA. Conocé más de la fundadora de Espacio Yoga, en esta motivadora entrevista.
– ¿Hace cuánto que estás vinculada al mundo del yoga?
Vinculada desde los 20 años, y dando clases hará 12 años más o menos.
Creo que llegué a esta disciplina, como el 95% de la gente que se acerca: con un dolor muy grande de espalda. Yo en esa época estudiaba, trabajaba e iba al gimnasio. Ahí probé y me sumé a las clases de yoga que daban. Conocí así a mi primera maestra, que era una señora grande y con mucha experiencia con todo lo relacionado al cuerpo. Venía del mundo de la Educación Física, la danza, la expresión corporal. También en un punto el yoga estuvo en mi vida siempre. Mi mamá siempre fue muy new age y esotérica, y estuvo muy vinculada a la disciplina. Pero al comienzo, típico de hija, yo rechazaba un poco todo eso. Hasta que comencé en este gimnasio, probando, y me enganché. Fui 3 años a tomar clases con mi maestra quien también dictaba el instructorado. Me invitaron a participar, me sumé ese año y completé así toda la enseñanza. Al otro año ya comencé a dar clases y nunca paré hasta el día de hoy.
– ¿Cuánto es que dura un instructorado de yoga?
Al no ser una carrera formal, cada profesor le da su formato. El que yo hice era de dos años.
– ¿En qué tipo de yoga te fuiste especializando a lo largo de los años?
Con el tiempo me fui orientando más en lo que es yoga para embarazadas y también implementé lo que es el masaje shantala para bebés, que está buenísimo. Digamos que me fui especializando en eso, pero además doy Hatha Yoga tradicional.
– ¿Cómo fue ese proceso desde que terminaste el instructorado hasta que pusiste tu propio lugar, ESPACIO YOGA?
Yo también estudié y me recibí de Licenciada en Relaciones Públicas en el 2007. Ya estaba de novia con mi marido y de alguna manera estaba visualizando un futuro y la idea de tener un espacio propio. También me pasaba que no me cerraban los tiempos laborales “normales”, la relación de dependencia. Entonces empecé a dar clases, mientras mantenía mi trabajo. Las primeras que di estuvieron muy buenas y yo me sentí super cómoda. La verdad es que mi marido me alentó mucho y seguí dando clases en simultáneo con mi trabajo. Las primeras clases fueron en lugares prestados, por ejemplo en el quincho de la casa de mi suegra. Y era genial lo que se iba generando, lo disfrutaba mucho realmente. Así que al año siguiente, dejé mi laburo y me dediqué 100% a dar clases. Aparte de tener mis alumnos, también tomé horarios para dar clases en distintos centros o gimnasios, incluido el lugar donde yo estudiaba el instructorado. Al quedar embarazada de mi primer hijo, más o menos a los seis meses de embarazo, dejé todas las clases porque creía que no estaba bueno estar yendo de un lado al otro con un bebé recién nacido y que no iba a poder sostener ese ritmo. Pero justo coincidió todo con la visita de un amigo nuestro argentino pero radicado en España, que me super insistió y alentó a que ponga mi blog de yoga. Yo tenía el dominio web desde hacía un par de años, pero no le daba mucha bola. Apenas pude encontrarme el tiempo para sentarme a escribir, lo empecé a hacer y a subir contenidos al blog.
– Digamos que el blog fue como un puntapié para poder poner tu lugar…
Sí, la verdad es que fue una manera de animarme. Tuve la posibilidad de empezar a alquilar sala, y así empezó Espacio Yoga, alquilando sala durante los primeros tres años. Después tuve a mi segunda hija y ya sentía la necesidad de alquilar algo propio, que sea totalmente mio. Así que surgió la posibilidad de alquilar un departamento en Caballito y le metí para adelante. Hace cuatro años que estamos ahí. Después vinieron las sucursales de Caballito, Flores y Palermo. Ahora ya somos un gran equipo consolidado.
– ¿Cómo te sentís vos estando al frente de Espacio Yoga y ocupando un lugar de liderazgo?
La verdad es que me siento muy copada. Hago mucho hincapié en que todos estemos cómodos y que se pueda generar esa sinergia donde todos seamos felices. Es mucho el tiempo que uno le dedica a esto, y aunque nos encante y nos guste mucho lo que hacemos no deja de ser un trabajo. Por eso para mí es fundamental que haya buen clima y comodidad laboral. Cuando yo trabajé en relación de dependencia, realmente la pasaba mal. Así que para mí, ser emprendedora y estar al frente de este espacio tan mío, es como estar en un oasis. La paso bomba (risas). Me llevo muy bien con todo el equipo y ellos también entre sí. Trato de estar atenta a cada necesidad que surge y estar detrás de lo que sucede en cada espacio, con cada profe y hasta con los alumnos. Me parece muy importante que todo fluye y nos sintamos cómodos en lo que hacemos.
– ¿Qué aconsejás para poder animarse y tomar las riendas de un emprendimiento propio?
Yo creo que sobre todo hay que dejarse llevar por la intuición. Lo sentís. Y también que cuando se presente la duda, se lancen igual. Ante la duda, hacelo. Claro que depende de la personalidad de cada una, pero creo que hay que animarse y jugársela, siempre siguiendo la intuición de cada una. Yo me dejo llevar por lo que siento. Hay que escucharse más y conectarse más con lo que uno necesita. A veces la respuesta está en uno. Las listas de pros y contras, nunca te van a dar. A mi me funciona así. Y con los profesores también me pasa lo mismo. Hay un feeling, una sensación de que esto va a funcionar, y así pasa. Funciona.
– ¿Cuáles son los beneficios que trae el yoga y por qué lo recomendarías?
Para mi yoga es todo. Yoga es unión, es el todo. Es como la vida misma y es un estilo de vida también. Los resultados son geniales y con solo probar uno ya se da cuenta lo bueno que es y lo bien que nos hace. En general los que comienzan a hacer las prácticas vienen muy afectados físicamente. Hace poco vino una señora con mucho dolor de cadera y no se podía casi mover. Se paró de cabeza al mes de empezar. Ella lo deseó tanto y le puso tanta voluntad, que ahora lo logró. Los beneficios son a nivel físico, a nivel mental y emocional. El yoga te calma, te baja. La respiración, que es fundamentalmente la base del yoga, es lo que hace ese trabajo de relajación. Creo que es cuestión de que la gente pruebe y en general, se terminan enamorando de la disciplina.
– ¿Qué te gustaría que suceda con Espacio Yoga en un futuro? ¿Cuáles son los planes?
La verdad es que ahora estoy en una etapa de agradecimiento total, muy conectada con el presente. Todo lo que pedí se dió y superó incluso lo que yo deseaba. Este emprendimiento fue creciendo de a poco y ahora la verdad es que sólo me toca agradecer y dejar sorprenderme por las cosas que surgen y suceden. Dejar que aparezcan proyectos y conexiones nuevas. Estoy muy agradecida y ahora estoy disfrutando de este presente.