Julio Oropel, el diseñador diletante

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Entrar en el mundo del reconocido arquitecto y decorador de interiores significa ingresar en una atmósfera de creaciones únicas, de experimentaciones con diversos materiales y de ideas que se multiplican al compás de su notable aporte a la cultura. Admirado en incontables ferias de diseño de todo el mundo, tempranamente se hizo un nombre propio con sus creaciones y exhibiciones que, a fuerza de premios y reconocimientos, hizo trascender notablemente su trabajo.

Oriundo de la ciudad de Cruz del Eje en el Noreste cordobés, Oropel es arquitecto desde hace más de un cuarto de siglo, además de este aspecto, en su mini biografía siempre hace énfasis en el agradecimiento a su formación en la UNC (Universidad Nacional de Córdoba). Es presidente de DArA (Diseñadores de Interior Argentinos Asociados), habitual exponente en las ediciones de CASA FORA y curador de la Feria PuroDiseño. También, ejerce la docencia en el posgrado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA (DISIN -Diseño del Espacio Interior). Alguna vez se autodefinió como un “diseñador diletante”, “me interesan varias disciplinas del saber, y dentro de mi profesión, me interesa diseñar tanto una vivienda, como un interior o un objeto”, cuenta en una cálida entrevista.

Si bien, cuesta imaginarse a Oropel fuera de arquitectura y el diseño, resulta curioso su ingreso a la actividad, ya que previamente cursó otras carreras: “cuando tuve que decidir mi profesión, comencé estudiando ingeniería química, a los dos años dejé la carrera y comencé matemática y física, luego arquitectura. Todas estas disciplinan me interesan, las aprehendí y adopté, además ninguna se contradice con la otra, sino se complementan. Creo que todo aprendizaje deja siempre una enseñanza, un bagaje de conocimientos y prácticas que se internalizan y afloran sin darte cuenta, sintetizadas y concatenadas. Todo esto forjó mi personalidad y mi trabajo. Mis diseños son consecuencia de todo esto. En mi profesión de arquitecto y diseñador, la geometría y las texturas tienen mucho que ver, y creo que es allí donde mi base científica aflora”, dice.

Si hoy lo mira en perspectiva, quizás le resulte difícil haberse imaginado haciendo otra cosa. No obstante, la arquitectura, a diferencia de otras profesiones, da la sensación que no termina nunca. Parafraseando el dicho popular, jamás cuelgan el casco…

Es verdad, se puede mutar todo el tiempo y como todo proceso creativo, es siempre distinto. Son distintos los condicionantes y premisas, distinto el entorno, distinto el cliente, y por lo tanto, distinta la respuesta que mediante el diseño se da a cada situación particular. Creo que también en algún momento futuro, la escultura formará parte de un objetivo importante. Mis diseños -no lo digo yo- sino la gente, tienen mucho de escultórico.

Arriesgo que su personalidad de curioso empedernido fue el motor de su experimentación con diversos materiales, ¿Qué fue la clave de esta vocación que se terminó convirtiendo en uno de sus sellos?

Me defino como un gran y absoluto curioso, en la Facultad, en el posgrado de Diseño de Interiores de la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires, siempre aconsejo lo mismo a mis alumnos, la observación continua. Ser curioso es fundamental: observar y observar todo el tiempo. Siguiendo por la investigación y experimentación, transgrediendo los límites propios de cada material y explorando la versatilidad de los mismos. Cada material además, tienen sus limitaciones, sus aptitudes y cualidad especiales, hay que investigar siempre, ese proceso inicial es necesario para evitar errores que nos pueden costar caro.

Una de las adversidades que supo esquivar fue la crisis del 2001, ¿Cómo resume esa apuesta con el colectivo 2X4 que evolucionó la venta al exterior de productos argentinos?

Una gran y linda experiencia. Sobre todo porque a los argentinos nos cuesta este tema de integrarnos y pensar en grupo. Pero funcionó. Recorrimos diversos países en ferias y muestras y fue comenzar a mostrar nuestra cultura y nuestro país a través del diseño.

Además, los argentinos somos expertos en “sacar el cuero a otros” pero muy pocos en manejar la técnica del estribo como usted, ¿Qué lo atrapó de esa relación?

(Risas) El cuero es un material muy nuestro, con gran calidad, aunque falta aún incorporar alta tecnología para lograr acabados como los cueros italianos. La serie de objetos y muebles creadas a partir de esta antigua técnica de los estribos de cuero, surgió, como tantas otras cosas en mi vida, de la curiosidad, al observar un estribo antiguo criollo en una feria de antigüedades. Luego la técnica evolucionó y se sofisticó, logrando objetos muy contemporáneos.

La madera es otro de los materiales que ha explorado con rotunda eficacia, ¿Qué es lo que más le atrae de la misma? ¿Siente que de alguna manera no está del todo explotada en nuestro país?

Me atrae por su simpleza y fragilidad, por su aroma, su color, su textura. Es un gran material, en el resto del mundo su uso se torna cada vez más intensivo. En nuestro país, los diseñadores y empresarios de la madera comienzan a ver su alcance a corto y mediano plazo. Es una tarea de los diseñadores educar en este sentido.

Posee un especial interés en el medio ambiente, ¿En qué debemos trabajar en términos de sustentabilidad en la arquitectura moderna?

Sustentabilidad es ya un concepto sobre el cual los países avanzados no hablan, ya es una hecho, esta internalizado y asumido. Para nosotros es aún una novedad sobre la cual se habla. Los avances y las áreas a las que llega su aplicación son cada vez mayores. Creo fundamental la educación, partiendo de los niños, para tener un futuro mejor en nuestro planeta. Y también la necesidad de todas las ciudades de contar con más espacios verdes.

Con DARA han realizado aportes significativos, ¿Qué balance hace de su gestión?

DArA me atrapó y lo disfruto. Siempre hay cosas por hacer. Me gustaría poder dedicarme a full a ello, pero ya sabemos que en instituciones de este tipo lo hacemos por un gran cariño y pasión, tratando de hacer lo mejor posible, pero tenemos muchos planes. En lo personal, el deseo es eguir trabajando, soy un trabajador y entusiasta incansable.

Se sabe que le da mucha importancia a la reformulación en el proceso, en ciertos cambios sobre la marcha. Si lo quiero poner en un aprieto al final, le voy a pedir que califique su estilo de trabajo…

(Risas) ¡Qué difícil responder esta pregunta! No me gustan los encasillamientos. Creo en la evolución y en los cambios constantes. A veces, es mejor hacer borrón y cuenta nueva. Forzar algún diseño o situaciones que no nos convencen, no da buenos resultados.-

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Riestrense por gestación y cordobés por adopción, ejerce el periodismo desde hace un cuarto de siglo, publica mensualmente crónicas y entrevistas en gráfica y realiza producciones audiovisuales para redes sociales y televisión. En ficción es autor de libro “Cuentos de Bar” y, en no ficción, de: “Cien años de gracias” acerca del Santurio Virgen de Lourdes de Alta Gracia.

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