Existe una cuenta de Instagram que cuenta con más de 7000 fotos de mujeres cuyo tono varía desde la simple seducción a lo más border porno que una red social se puede permitir. Las chicas no son las típicas modelos de portada o lencería, no (todas) tienen un cuerpo hegemónicamente delgado ni respetan los cánones de belleza del momento. La mayoría usan piercing y llevan tatuajes a granel, muy pocas son modelos de profesión.
Pero todas comparten el hecho de haber sido retratadas por el mismo artista: Jota Duke.
Duke, cuyo verdadero nombre es Darío Sorasio, mendocino radicado en Capital Federal, 35 años y soltero, tampoco es un fotógrafo convencional. No tanto por la elección de las modelos, ni siquiera por su autodidaxia detrás del uso de una cámara, pero sí por el método.
“La idea”, resume Jota, “es que no modelen”.
¿Es polémico lo que hace? ¿Transgresor? ¿Tienen razón los que dicen que se aprovecha de las mujeres? ¿Los que lo tratan como a un proxeneta?
Entre las razones para entrevistar a Jota la más fuerte fue un posteo, difundido en redes por una de sus modelos. En él, la chica relata cómo fue el proceso de ser fotografiada desnuda, sola, en casa de Duke. Más importante aún, cuenta como la oferta le llegó en un momento en que tenía “la autoestima por el piso” y, luego de una vida expectante de la opinión de otros, no se sentía bien con su cuerpo: “en el colegio me enojaba cuando me sacaban fotos y evitaba los espejos”, dice.
La sesión empezó con varios minutos de charla, confianza, y luego algunas fotos simples, con ropa porque “¡mirá que yo no me desnudo!”, le había adelantado. Pero las fotos se volvieron más atrevidas y terminó “totalmente desnuda sacándome fotos sobre la mesada de la cocina”. “Entendí todo (…) no posaba ni para Jota ni para la gente que iba a ver las fotos, posaba para mí y solo para mí”, cierra el post.
Jota Duke: Lo que yo busco hacer una especie de terapia, no puedo decir profesionalmente que es una terapia porque no tengo estudios para decirlo, pero la idea mía es que cada una de las chicas saque su verdadera manera de seducción. Que ellas saquen esta seducción en el momento que quieran, de la manera que saben, con el cuerpo que tienen y con la actitud que saben manejar y sobre eso busco lo que a mí me atrae de esa persona y uso eso que está pasando para sacar la foto.
¿Cuándo empezaste con este proyecto?
Yo empecé hace tres años con lo que es fotografía. No he estudiado nada, soy completamente amateur y voy a prendiendo a media que voy haciendo. Siempre trabajé de esa manera, la charla es la forma en que voy llevando la sesión.
¿Cómo es tu método de trabajo? ¿Buscás una foto en particular para Instagram o es lo que pide el cliente?
Les doy la posibilidad de que lleguen a donde quieran: capaz que la sesión arranca con lo más naíf que puede tener una persona y llega al punto cúlmine de lo más porno que se le ocurra a esa persona. Yo lo que hago es entregar todas las fotos a cada modelo, pero solo se publica lo que ellas quieren y las que quieren ser publicadas. Yo hice fotos a 316 chicas en estos cuatro años y públicas hay solo 48, las demás las han guardado para ellas.
Por lo que leímos en la carta, tenés una manera especial de liberar los prejuicios y los límites de las modelos ¿Cómo construís esa confianza?
La idea mía es charlar con cada una, conocerlas, conocer sus historias. Muchas me terminan contando desde algunas cosas de sus relaciones, de su vida sexual e incluso cosas que no están buenas, cómo situaciones graves de abuso y violencia; lo que yo busco es charlar sobre los temas que más miedo les da y demostrarles con las fotos que esa inseguridad es algo que ellas ven desde una visión retorcida de sí mismas. Es una forma de vencer esos miedos. Tampoco digo que les curo la vida, pero me gusta pensar que, por lo menos desde lo físico, lo que ellas ven no siempre es lo que hay.
¿Cómo elegís a las chicas que querés retratar?
Yo soy una persona bastante directa, no voy con segundas intenciones: si quiero sacarle una foto a una chica le digo, si quiero invitarla a salir la invito, cuando se entiende ese límite entonces se puede empezar a construir confianza para que la modelo muestre su verdadera actitud. A mí me interesa más retratar la actitud de una persona que su cuerpo.
Humor en el Espacio
Desde hace unos años que en las redes sociales argentinas circula un “meme” en el que dos astronautas con rostros de gato enmarcaban un chiste. Es muy posible que no tengamos que introducir a los célebres “Gatos en el espacio”, la página de Facebook que rescataba el humor argentino más negro e ingenioso (de Twitter, nada más y nada menos). A Jota es a quien debe agradecérsele por eso.
Empezó con twitter, porque a mí me gusta mucho el humor de twitter porque es resumido y muchas veces es humor negro y yo son fan del humor sin límites. Entonces intenté trasladar eso a Facebook, que no lo tenía; lo representé con unos gatos vestidos de astronautas y, la diferencia con otras páginas fue que yo mencionaba al autor del tweet. Hay muchas páginas como esa ahora, pero muchas se apropian del material y se adjudican todo el humor para ellos cuando en realidad no es así.
¿Qué pasó con la página que dejó de publicar?
¡La hackearon! Igual, por suerte pasó eso porque ya me había aburrido el proyecto. Todavía sigue en Instagram y en Twitter y está el programa de radio que se llama Gatos en el Aire, pero si bien la radio me interesa ya no me importa Gatos como proyecto.
¿Y cómo llevas el programa de radio por ahora?
Mirá, los tres que participamos en el programa no tenemos experiencia en radio, si bien este es el segundo año que hago radio, cada uno va con su personalidad y tratamos de hacer lo que nos salga. Estoy yo, mi compañera Tamara (Jalif, la “turca”) que tiene un humor muy parecido al mío. Tenemos un estilo donde, por ejemplo, llevamos un invitado si averiguar que hace y ahí tratamos de sacarle toda la información que podemos.
Una de las cosas que más me divierten de tus posteos es la manera en que manejas a los trolls que te piden fotos de las chicas en privado…
Ya no está pasando tanto porque creo que el mensaje fue entendido (risas). Me dicen que yo no tengo códigos con otros hombres, pero a mí me parece que es al revés, porque tengo códigos es que lo hago: creo que hay personas que están actuando como boludos y necesitan que alguien les demuestre que está haciendo algo que no está bien, que pone incómodo a otras personas. Si nadie le dice nada está convencido de que está bien.
Con las mujeres que piden no lo hago porque me di cuenta que cada vez que la hago varias suman varios miles de seguidores: me pasó con una chica que me ofreció fotos por sexo y luego de publicarlo me fijé y había sumado 3000 seguidores.
Muchas gracias por la nota y la visión mas sincera y real de mi trabajo.