Cada mañana de Viernes, mientras cosecho chauchas en la granja en la que trabajo, me la paso maldiciendo las vainas
hablando de lo sosas que me parecen y de como me sorprende que acá, en Estados Unidos, la gente pague tanto por una cajita con unas poquitas chauchitas verdes. Por esto me sorprendí cuando pensando en una nueva receta para la columna, me encontré deseando una sopa de arvejas. Así de impredecible es la vida.
En fin, esta receta me viene acompañando hace años a donde sea que voy. Tiene una base de la famosa sopa francesa, pero durante todo este tiempo fui improvisando con diversos condimentos y acompañantes y se puede decir que para mi gusto, está cerca de la perfección de sopa cremosa, acompañada por unos crujientes crutones de aceite de oliva y un buen parmesano. Muchas veces, cuando el bagre está picando más fuerte que lo normal y el cuerpo me pide a gritos proteína, le sumo un huevo poche y voila! Si hay algo que supieron los francés fue mantener a las amantes y los estómagos rebosantes de felicidad.
Esta sopa tiene una textura cremosa que la van a tener que ir controlando con la cantidad de agua que le agregan. Acuérdense que la sopa al enfriase se endurece aún más.
Yo uso chauchas secas de las que vienen partidas que se consiguen en la dietética y son muy baratas, pero siéntanse libre de usar las frescas y solamente salten el paso del remojo.
Ingredientes:
- Arvejas secas partidas, 2 tazas
- Aceite de Oliva, 3 cucharadas
- Cebollas picadas 3
- Dientes de ajo triturados 3
- Morrón 1
- Zanahorias 3
- Agua, cantidad necesaria
- Sal, 1 cucharada
- Pimienta, ½ cucharadita
- Comino, 1 cucharadita
- Pimentón Ahumado, 1 cucharadita
Opciones para arriba…
- Crutones de pan caseros
- (Aceite oliva + pan lactal)
- Yogurt o crema
- Ají molido
- Queso Parmeggiano
- Huevo poche.
Preparación:
Poner en remojo las arvejas la noche anterior o al menos 4 horas antes hasta que aproximadamente duplique su tamaño (a partir de ahora deberíamos tener 4 tazas de arvejas)
En la olla que vamos a usar para todo hacemos una base de refrito: colocamos el aceite, las cebollas rebanadas, el ajo y los cocinamos hasta que estén dorados. Agregamos el Morrón y la zanahoria cortas en rodajas de aproximadamente un centímetro y revolvemos por unos minutos hasta que también sientan que están dorados y semi-cocidos. En este punto vamos a agregar las arvejas, la sal, pimienta, comino y pimentón y cubrimos todo con la cantidad de agua que haga falta. Cocinar por aproximadamente media hora y chequear que las arvejas estén cocinas y se desarmen fácilmente al aplastarlas. Ajustar cantidad de sal y pimienta a gusto y triturar en una procesadora o con la mini-pymer agregando agua hasta llegar a la consistencia buscada.
Servir con crutones de pan lactal ( cortar los panes en cuadraditos, salpicar aceite de oliva y meter al horno por aproximadamente 15 minutos hasta que estén crujientes y dorados) un poco de yogurt o crema, ají molido para los que les gusta el picantito y espolvorear con un buen queso parmeggiano.