La primer gran noticia que hay que destacar es que el sexto Festival Internacional de Jazz de Córdoba agotó las entradas en todas las salas.
Fueron más de 16 mil espectadores que disfrutaron de seis jornadas a puro Jazz convirtiendo así al evento cordobés en uno de los grandes encuentros del género en Latinoamérica y el mundo. Con gran nivel de sonido, puesta escénica y alto contenido musical pasaron por los seis escenarios del Festival nueve agrupaciones extranjeras de máximo jerarquía y más de 250 músicos de toda la provincia de Córdoba.
Organizado por la Agencia Córdoba Cultura, el festival deja un saldo más que positivo en términos cuantitativos como cualitativos.En cuanto a lo cualitativo se puede decir que se desarrollaron con normalidad todos los espectáculos destacándose el gran nivel artístico de todos y cada uno de los shows que se presentaron con muy buen sonido y puesta técnica. Además, es dato sobresaliente la participación de los artistas cordobeses que cosecharon ovaciones del público tanto en los shows de sala (Libertador, Villa María, Río Cuarto, Villa Allende), como en el escenario al aire libre del Parque de las Tejas y el escenario de Cocina de Culturas donde los músicos tocaron junto a las grandes figuras del jazz mundial demostrando el gran nivel de la música cordobesa. En cuanto a la grilla internacional estuvieron presentes músicos de Estados Unidos, Francia, Italia, Polonia, Brasil y Cuba. Compartimos en Random un par de crónicas de noches de antología aportadas por el amigo Juan Ramia.
LA NOCHE INAUGURAL
El Festival comenzó con un impactante show de Gerardo Di Giusto junto a la Banda Sinfónica de la Provincia ante un Teatro del Libertador absolutamente colmado de gente y de emoción. Por eso, el concierto comenzó con 20 minutos de demora debido a la gran convocatoria que se agolpó en las puertas del teatro sobre la hora de inicio. El aplauso cerrado del público cortaba la ansiedad de una tribuna deseosa por descubrir una propuesta que, de antemano, se sospechaba dotada de belleza y calidad.
Un calmado Di Giusto dibujó los primeros acordes en el piano y la Banda Sinfónica comenzó a tocar Habanera. El pulso de los aires folklóricos, por los que navegaban armonías y melodías propias del jazz inundaron el auditorio de música ante un público atento que disfrutó y aplaudió a rabiar la ejecución de Leve, Primero y Ya está, obras que completaron la primera parte de la suite especialmente arreglada para la Banda Sinfónica que sonó impecable bajo la batuta del maestro Gustavo Fontana.
Luego de un intermedio, el telón se abrió por segunda vez para dar vida a una sección pensada para un formato más reducido de Big Band. En esta parte sonaron Endeveras, Huayno en cinco (una composición de melodías bellas y virtuosas sobre un ritmo de Huayno en compás de 5/4), Pechando Fuerte y el bis (que se impuso por el cerrado aplauso del público) con Chacaraca. Vale la pena dedicar una oración aparte para destacar las intervenciones de Gustavo Cocha en trompeta y de Federico Seimandi en contrabajo quienes protagonizaron momentos de alto voltaje musical durante la suite.
De esta manera concluyó el espectáculo principal de la noche en el que la emoción se apoderó del público y los artistas por igual y se compartió por todos la sensación de que algo importante y memorable había pasado allí.
Minutos después, un auditorio totalmente repleto en Cocina de Culturas fue el marco perfecto para la presentación de DenaDeRose (piano y voz), Ed Neumeister (trombón), ambos referentes del jazz norteamericano que, compartían por primera vez un show juntos. El ensamble lo completaron los cordobeses Fernando Olmedo (contrabajo), Luis Barzola (batería), quienes demostraron el altísimo nivel de nuestros músicos a la altura de cualquier artista internacional.
Los primeros acordes sonaron experimentales, complejos. Les siguieron una sucesión de temas y canciones propias de un jazz melódico de buen gusto, bien tocado con gran solvencia artística y mucha belleza en la interpretación instrumental, destacándose la voz de DenaDeRose quien acopia unos 11 discos editados y la mágica manera de sacar sonidos al trombón de Ed Neumeister que arrancó aplausos cerrados en varias de sus intervenciones y solos.
Así, con un altísimo nivel artístico, gran emoción y una enorme afluencia de público arrancó una nueva edición del encuentro anual de jazz cordobés.
ENCUENTRO DE BIG BANDS
La jornada del viernes del Festival Internacional de Jazz de Córdoba comenzó desde temprano en el Parque de las Tejas. Allí, el escenario montado al aire libre fue lugar de encuentro de las Big Bands cordobesas que desde las 18 animaron a los casi mil espectadores que pudieron disfrutar de conciertos de un gran nivel a cargo de jóvenes músicos cordobeses. El segundo dato festejable de la jornada provino a las pocas horas desde el interior provincial. Tanto en la sede del Festival e Río Cuarto como la de Villa María se agotaron las localidades, mostrando que el público cordobés está ávido de propuestas de gran jerarquía musical tanto en la ciudad capital como en el interior.
En tercera instancia, una nueva función en el Teatro del Libertador con entradas agotadas terminó de confirmar que no era casualidad lo de las noches anteriores y que este seguramente fue el año de la consolidación definitiva del Festival de Jazz Cordobés. En el plano de lo artístico, la función principal en el coliseo mayor comenzó con la presentación de los locales Papa Banjo que confirmaron su buen momento y arrancaron varios aplausos ensordecedores de la platea.
La presentación del trío polaco de Marcin Wasilewsky fue de gran intensidad sonora y destreza técnica, deslumbrando a un público que en su mayoría desconocía la obra del joven polaco y que quedó atrapado en la excelencia musical del concierto que superó las expectativas de todos los presentes. Párrafo aparte merecen los responsables de la puesta técnica del festival, equipo que tanto en el escenario al aire libre, en el teatro o en el concierto del club nocturno; viene logrando conciertos de un sonido perfecto, elevando aún más el nivel musical y de disfrute de los espectadores. Por último, la jornada cerró con la presencia de Saracotia Trío en Cocina de Culturas. Un auditorio totalmente repleto recibió al trío oriundo de Pernambuco, Brasil, que no defraudó con su propuesta de jazz fusión de gran destreza rítmica, melódica e instrumental.
Texto Gentileza: Juan Ramia/Fotos: Agencia Córdoba Cultura