Julieta Ortega, En Estado de Plenitud

En el marco de la nueva edición del ciclo de Desfile Estilo Córdoba que organiza Córdoba Shooping en la Capital mediterránea, una asistente estelar estuvo lejos de pasar desapercibida.

Se trató de la elogiada actriz Julieta Ortega que acompañó a una de sus marcas preferidas: Mishka y con Revista Random aprovechamos para conversar en exclusiva. Luego de las preguntas de rigor sobre moda donde se reconoció como “muy curiosa” y eligió los diseños que presentó Marcelo Cantón, Julieta adelantó su nuevo proyecto que fusionará la literatura con la televisión. 

-Con indisimulada obsecuencia le transmití que celebraba su manera de pensar aunque le haya traído más de un dolor de cabeza en un país que se empeña en fabricar dicotomías. Luego, le pedí su opinión sobre la apariencia, justamente en el detrás de escena de un desfile. “Somos todos presos de eso, más una persona como yo que trabaja en este medio, imagínate que uno se está viendo todo el tiempo en un monitor, está todo el tiempo escuchándose la voz o leyéndose; no es un medio que ayude a que uno no esté pendiente de la apariencia. Por supuesto que lucho contra eso, lucho contra eso constantemente”, expresa.

-Sobre el presente de la televisión actual a la que Julieta ha observado y criticado últimamente en su twitter me dice que “si te pones a prestar atención los ratings de hoy no son los que teníamos hace tres años, hay muy pocos programas que superan los veinte puntos hoy, sin embargo, si no medís –sobretodo- en un canal líder, si no medís un número que tenga al canal medianamente contento, eventualmente te van a levantar. Contamos con eso también y tenemos mucha presión los que hacemos televisión, tal vez no es la presión que tenemos los actores. Los actores ponemos el corazón en lo que hacemos, cruzamos los dedos y esperamos lo mejor, después no está en nuestras manos todo lo demás. Pero seguramente es una presión que los productores sí tienen en este caso. Mi hermano (Sebastián Ortega) lo debe tener en su cabeza en algún lugar: “ojalá que me vaya bien”. Televisión no es teatro independiente lamentablemente. Entonces, el componente de cuanta gente te vio la noche anterior no es menor.

-En el último tiempo estás participando en la lectura de poemas en el espectáculo que propone tu novio (el escritor Pablo Ramos), ¿Estás con ganas de hacer algo en ese sentido?

-Sí, de hecho tenemos un proyecto de programa que quiero hacer hace rato, él tiene un programa en canal Encuentro que es muy lindo, se llama “Animal que cuenta”. Juntos presentamos un proyecto de los dos que se llama “Ellas poetas”, se trata de un programa que quiero hacer hace bastante y que terminó de tomar forma con la ayuda de él que estaría en los guiones. Es un programa donde vamos a elegir a ocho poetas latinoamericanas y vamos a hablar de cada una de ellas. Además, traer una invitada para que nos hable como esa poeta o un poema determinado de esa escritora la influyó. Eso es algo que me interesa mucho, me parece que lo lindo de la literatura, sobre todo de la poesía es eso, donde te toca a vos eso que leíste. Después no importa, biografías de poetas o de escritoras hay muchas y lo pueden hacer mejor que yo. Lo que me interesa es traer gente para que hable de cómo fue atravesada por eso que leyó particularmente y eso es algo en lo que obviamente Pablo Ramos me puede ayudar mucho.

“Tengo una profesión que adoro pero que tiene el valor que tiene que tener, no tiene más que eso, mi vida no pasa por ahí definitivamente.”

-Es interesante aprovechar en este caso tu popularidad para difundir la cultura…Si lo hacen finalmente en canal Encuentro también está la plataforma para descarga en colegios o en jóvenes que se pueden acercar…

-A mí me encantaría, me parece que hay algo muy rico ahí y que de verdad si uno le puede hacer entender a alguien joven que -a veces- en vez de prender la tele o ver su teléfono o de distraerse con un montón de cosas, encuentra un libro maravilloso y este le puede cambiar la vida. Siento que lo que soy tiene que ver mucho con la música que escuché, con los libros que leí, con la gente que conocí, con las conversaciones que tuve con esa gente. Es muy formador un autor que te gusta mucho o una poeta que te gusta para una mujer. El otro día estaba limpiando mi biblioteca y miraba los libros que había leído a los veinte años y pensaba, “ah claro de acá saqué esto y de acá saqué esto otro” y es así uno se va formando con lo que va leyendo.

-Además el hecho de cultivar la imaginación también es energía para proyectar, para soñar… ¿Cuáles son los tuyos?

-Primero hay que saber que desea uno y después saber que es posible. Ahora no deseo nada que esté tan alejado a mí, porque lo que tengo es muy lindo pero ya hace muchos años que me pasa esto. Tengo una sensación de plenitud muy grande, me parece que también tiene que ver con el paso del tiempo, con la edad. Hay una edad donde uno se empieza a sentir más cómodo en sus zapatos, más completo, más entero y más la persona que siempre quiso ser. Me parece que los veinte en ese sentido son como mucho más un chamuyo medio raro, siento que la juventud está bastante sobrevalorada. Siempre quise ser grande y ahora que soy grande siento “ah ok, era esto lo que quería ser”. Digamos, no veo fotos mías de los veinte años, las miro con ternura pero no siento que es un lugar al que quisiera volver. Me gusta ser la mujer que soy, también tiene que ver con el paso del tiempo, con tener más de treinta y cinco años donde uno empieza a decir “ah, ok, estoy bastante cerca de lo que algún día pensé que podía ser”. Me siento muy completa con mi hijo, con mi familia de origen, con mi pareja ahora, que no siempre estuvo ahí. Si bien es una persona que estaba en mi vida, éramos amigos y lo quería mucho.

-Quizás era un romance inevitable…

-No sé si inevitable pero era una persona querida para mí, entonces ahora puede haber tomado otra forma esa relación. Era una persona que estaba en mi vida, valoro mucho a la gente que está en mi vida que no son necesariamente mi familia. Mis amigos no son un montón pero es gente muy entrañable para mí.

-Queda en claro que todo lo que te llena no tiene que ver con mayor popularidad, más rating, más dinero…

-Absolutamente, si crees que el éxito pasa por un programa de televisión, a los siete meses vas a ver como se termina el éxito porque el programa de televisión se termina también. Tengo una profesión que adoro pero que tiene el valor que tiene que tener, no tiene más que eso, mi vida no pasa por ahí definitivamente.

-También está eso que si no estás haciendo televisión pareciera que una actriz no está trabajando, incluso algunos sufren ese estado fuera del aire…

-No solo no lo sufro que tengo que tener cuidado, me tengo que recordar que tengo que volver a trabajar cuando voy al cajero y veo cuanto llevo gastado. Es una profesión que, a diferencia de muchas otras profesiones, nosotros tenemos la suerte de ser gente que gana muy bien. En televisión se gana muy bien pero el trabajo no está todo el tiempo, uno gana y también vive y se come esos ahorros. Hay momentos en que se sabe que hay que volver al ruedo no solamente porque se quiere, sino también se debe, porque es una necesidad. Por tanto, adoro mi trabajo y me siento muy afortunada de lo que hago pero cuando no lo estoy haciendo encuentro belleza en montón de otros lugares.

“Tengo una sensación de plenitud muy grande, me parece que también tiene que ver con el paso del tiempo, con la edad.”

-Entiendo que esta frase última podría titular la nota, no quiero dejar de preguntarte, por ejemplo, por casos como el actual de tu querida Tucumán y por la politización constante de tragedias varias…En todos estos años venís sosteniendo la idea de construir un país para todos, ¿Por qué no podés sostener tu opinión sin que un sector te confronte?

-A veces te hacen dudar, te dicen mejor no digas nada para que la gente no te putee, tengo redes sociales, tengo twitter suelo decir lo que me parece. No soy una persona que puede hablar de igual a igual con un periodista sobretodo en política porque no estoy capacitada. A veces me invitan a programas políticos y no voy porque no me siento capaz. Sí, me interesan algunas cosas como ciudadana, sí, me he sentido cercana a muchas cosas que ha hecho este gobierno y lo he dicho públicamente. Cuando me pidieron apoyar a un candidato determinado si sentía que era alguien del cual me sentía cerca lo hacía porque me parece -en ese sentido- también que actúo con el corazón. Si me equivoco, que me puedo equivocar, mala suerte. Sé que actúo con el corazón, a mi no me pagan, no me regalan pasajes, ni me trae ningún tipo de beneficios decir lo que digo. Si mañana el Gobierno cambia, supongo que seguiré pensando parecido.